Capítulo 11.

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"Lágrimas despiertas caen por mis mejillas,
¿Quién fui hasta ahora?"

Awaken, StrayKids

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17 de Marzo, 2001

Clac.

Clac.

Clac.

Clac.

Clac.

Solo se escuchaba el sonido de unos zapatos por aquel pasillo. Ese pasillo. Ese edificio. Todo ocurre allí, ¿no?

Dong SiCheng caminaba hacia los alaridos, que cesaron hace ya un buen rato. Las luces de vez en cuando se apagaban y SiCheng temblaba mientras tanteaba la húmeda pared en busca de un interruptor.

Tap.

Tap.

Tap.

Tap.

Tap.

Había recorrido pasillos y bajado algunos tramos de escaleras, mirando hacia atrás cuando escuchaba algo, claro que era él mismo siempre. Entrecerró sus ojos cuando vio a lo lejos una puerta apartada de los demás, con el número 189 a fuego marcado. Una corriente extraña atravesó la espina dorsal de SiCheng. Yuta tenía que estar ahí.

El rubio apretó sus puños y caminó lento y pausado hasta aquella puerta. Sus labios temblaban, sus ojos estaban nublados por algunas lágrimas. Necesitaba ser fuerte por Yuta, el peligris no podía desaparecer así como así. Aún se sentía culpable por dejar a Mark sólo en el pasillo, pero Yuta estaba en peligro, lo sabía, lo sentía.

SiCheng se quedó a unos pasos de la puerta. Algunas lágrimas se acumulaban en las esquinas de sus ojos, esto era tan surrealista, pero quería a Yuta, no se cansaba de repetirlo. Poco a poco acercaba su mano temblorosa al pomo. Lo rozó con la punta de sus dedos y sintió como la corriente volvió a su cuerpo de una manera terrorífica. Observó como tenía manchas de sangre débiles. Cerró sus ojos mordiendo sus labios y giró el pomo por fin.

Escucho un clic vulnerable que avisaba que se podía ingresar, le sorprendió que está no estuviese cerrada, era como si alguien esperase a algo. Cada vez lo veía más claro, su íncubo estaba allí. Iba a rescatar a Yuta, iba a ayudarle, todo por él. Con paciencia y temor empezó a abrir la puerta lentamente. Presentía algo malo.

Conforme la puerta se abría se comenzaba a oler a miseria y a rosas. Su nariz picaba por la atmósfera cargada de la habitación que salía por la pequeña abertura. La abría tan lento, su corazón se aceleraba, casi estaba dentro, casi podía ver lo que aguardaba, casi volvería a reencontrarse con Yuta y escapar por fin de allí. Observó, por la puerta entrecerrada, unas cadenas y una figura de una persona observando la pared paralela.

-Shh, alguien está abriendo la puerta... cállate - un susurro se hizo notar. Oh dios, era idiota, ¿por qué no oír detrás de la puerta? Además, aquella voz... le era tan familiar.

Íncubo [ Yuwin ] ; Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora