Capítulo 7.

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Volver a mi corazón de piedra; mi rostro de acero. Engañar y ser engañado, y morir : ¿quién sabe?

Somos ceniza y polvo.

Lord Alfred Tennyson, Maud

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15 de Marzo, 2001

Despertar era lo último que se esperaba de esta semana.

Era la cumbre de la debilidad en los íncubos, era como una enfermedad grave que acababa contigo lentamente. Él la había soportado años atrás y de nuevo.

Sentía el sudor correr por sus sienes, sus piernas temblando debajo de la manta.

SiCheng yacía a su lado, profundamente dormido y con el cabello alborotado, al parecer no se había percatado de que Yuta se había sobresaltado en sueños.

Yuta levantó su cabeza y observó al precioso humano, la luz del sol que se colaba por la ventana del salón le hacían ver tan etéreo. Sus gruesos labios se admiraban abiertos, sin un atisbo de baba mientras había estado durmiendo. Su pecho subía y bajaba con serenidad. Su cabeza había estado apoyada en el pecho de Yuta todo este tiempo, parecía tan indefenso. Verlo dormir así hizo que su sueño pasara a segundo plano.

Pasó el dorso de su mano por su frente, empapada de sudor y se lo limpió con asco en la manta, con una mueca de desagrado. También era extraño sudar para él.

Crujió sus dedos y enderezó su espalda. Sin molestar a SiCheng se levantó del sofá. Le dolía extrañamente todo y parecía estar como en un mal y buen sueño.

Llevó su vista hacia la ventana del salón. Tenían que ser las once o doce de la mañana, había mucha luz que entraba, pero no llegaba a molestar durmiendo. Chasqueó los dedos y en su mano apareció su teléfono. Tenía que hablar con YounGho ahora mismo sobre su sueño con Lucifer. Le había dicho que ahora mismo estaba débil, y que debía alejarse del humano.

Pero había algo en SiCheng que le hacia retroceder y desobedecer las órdenes de su amo y señor. Si él moría no sería una gran pérdida pero, ¿quién cuidaría de Winnie? ¿Taeil?

Yuta carcajeó internamente. No dejaría que nadie que no fuese el le tocase un pelo, y menos aquel ángel tan cruel. SiCheng era tan indefenso y precioso, no lo iba a abandonar, jamás.

Dejó aquellos pensamientos de lado y tecleó el número de YounGho antes de invocarlo por la vía rápida. Un tono, dos tonos, tres tonos, nada; solo un contestador de voz automática.

El móvil desapareció de sus manos mientras él soltaba un bufido y dio una palmada sorda por la estancia a modo de llamada. La luz pareció volverse roja y todo a su alredor quedó en silencio.

Youngho Seo, íncubo de primera familia y duque de la lujuría, manifiéstate ante mí, el gran Nakamoto Yuta, de primera querarquía, dueño de la lascivia y oscuridad. Por Delilah te imploro que aparezcas - Murmuró para no despertar a su querido humano. Una nube negra se plantó ante él.

Estuvo durante unos largos minutos esperando a que aquella entidad estuviera ante él, pero no ocurrió. Era tan extraño que un íncubo llamado no fuera presentado al acto, muy extraño.

Íncubo [ Yuwin ] ; Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora