Epílogo.

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16 de Diciembre, 2005

Hay días en los que no quiero respirar, pero aquí estoy.

Mirar por la ventana se ha convertido en mi pasatiempo favorito. Ver a las aves tan libres y cantar felices me llena el alma, y es lo que estaba haciendo ahora.

Cada día viene una persona a ver como estoy. Me da pastillas, me habla del día a día, me pregunta cosas y me trae comida en una bolsa que después me inyecta con una vía. Eso fue el mes pasado, ahora solo viene a dejar pastillas y comida de verdad en mi escritorio, dice que mi cuerpo ha cogido peso y musculatura suficiente. Estuve casi 2 años con fisioterapia pero ya estoy mejor.

Al principio de todo esto quería suicidarme. Todas las noches tomaba algún lápiz, lo afilaba y apuñalaba mis brazos o piernas esqueléticas hasta quedarme inconsciente por la pérdida de sangre. Ya no estoy tan mal, esas pastillas me ayudan con mis demonios internos.

Demonios.

Cada noche soñaba con uno distinto, ahora no se que sueño. Solo sé que todo el día estoy medio dormido, releo mis libros, como un poco, me tomo otra pastilla y así hasta que empieza un nuevo día. Todos los meses Taeil me visita y hoy es uno de esos días. Un 16 de cada mes me cuenta sobre su vida, me cuenta que todos me echan de menos. Me cuenta de que mi madre me manda mucho amor porque no puede venir todos los meses desde China. Taeil y yo hemos reforzado aún más nuestra amistad.

Cuando escucho unos golpecitos en la puerta lo veo entrar. Trae un ramo flores, y no cualquier ramo, uno de rosas blancas ya que dicen que le recuerdan a mi, Taeil es tan detallista.

-¡Winnie! - sus ojos se iluminan con una luz especial.

Yo le sonrio débil desde el escritorio.

-Hola hyung - dejo de mirar por la ventana y voy hasta él.

Hoy viste una chaqueta azul marino y unos pantalones vaqueros. Afuera debe hacer frío, pero yo ya solo se que el viene los dieciséis de cada mes, no puedo sentir el aire natural, solo el frío de la madera en mis pies.

-¿Sabes? Tu madre me ha dicho que puede venir este mes, ¿no es genial?

No tengo muchas ganas de sonreír, pero lo hago.

-Sí, es genial - respondo - ¿Qué tal está semana?

Taeil deja el ramo en mi mesita de noche y se sienta en mi cama observándome de pie.

-Ya mismo me ascienden en mi trabajo, los jefes empiezan a confiar más en mí y mi cliente esta cada vez más cerca de comprar la mercancía - Taeil siempre hablando de su trabajo.

Taeil vivía por y para su trabajo, todos los meses traía una noticia y decía que cada vez estaba más cerca decía obtener lo que quería.

-Es fantástico hyung - Siento mis piernas cansadas y me siento a su lado - Oye, Taeil hyung.

-Dime precioso - Él me hace sonrojar, como siempre.

-¿Algún día saldré de aquí? - mi pregunta le pilla por sorpresa.

Él me toma de la mano.

-Seguramente dentro de un año, o dos, no lo sé, aún no estas curado - Su tono es serio.

-Pero yo me siento bien, ya no tengo pesadillas, Taeil. Siempre hago lo que me dicen, yo ya no tengo nada malo, creo que nunca lo he tenido, según ellos yo solo sueño y un día me desperté aquí, hace tiempo y me decían cosas malas que habían sucedido - Creo que voy a llorar de nuevo. - Pienso que me he vuelto loco por el simple hecho de estar aquí.

Íncubo [ Yuwin ] ; Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora