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ㅡ¿Este... Este es el lugar?
Lo que estaba frente a ellos era como una casa, bastante grande y espaciosa, pero deteriorada. Sus paredes estaban pintadas con un gris opaco y sucio. ¿En serio era ese lugar? Volvieron a revisar la dirección antes de atravesar la reja que parecía a punto de caerse.
Caminaron por el patio vacío. No parecía un buen lugar.
ㅡ¿Listo? ㅡPreguntó Felix a su novio, quien le hubiera dado un No por respuesta, pero se limitó a asentir. El menor golpeó la puerta suavemente y en unos instantes se abrió, dejando ver a un pequeño niño castaño detrás de esta.
Esa fue la primera vez que Felix lo vio, sus ojos habían hecho contacto con los del infante y sintió una chispa dentro de él.
ㅡYeongsu, ¿cuántas veces te he dicho que no debes abrir la puerta? Yo debo hacer eso.
Una mujer se acercó a la entrada y, a la voz de ella, el niño se fue corriendo de ahí. La dueña de la voz, que no debió haber tenido más de 40 años, soltó una risita y se acercó a ellos. Un bebé dormía en sus brazos.
ㅡHola, me llamo Lee Mingdae, ¿en qué puedo ayudarles?
ㅡMi nombre es Felix, él es Changbin y pues... Queríamos ver la posibilidad de adoptar ㅡdijo el australiano en forma de susurro, tenía miedo que volviera a pasar lo ocurrido en el anterior orfanato.
ㅡ¿En serio? ¡Qué maravillosa noticia! Pasen, pasen, por favor.
Ambos chicos se miraron con sorpresa y entrelazaron sus manos antes de ingresar a la vivienda. Adentro era cálido, contrario a lo que esperaban, un salón limpio y ordenado los recibió, habían muchos cuadros con fotos de niños y niñas, sillones y una caja en una esquina, que anunciaba un juguetes en uno de sus lados.
ㅡSiéntense, por favor. Díganme, ¿ya saben si quieren adoptar un niño o una niña?
Changbin miró a su novio, quien no parecía estar con la mente en ese lugar. Rayos, él no sabía cómo responder a esa pregunta, no sabía lo que quería Felix, pero...
ㅡ¿Un niño? ㅡSalió como duda, haciendo reaccionar a Felix, quien asintió. Vaya, había acertado.
ㅡPerfecto, ¿de qué edad más o menos? ¿Han pensado en eso? Si no, pueden pasar a verlos, son muy juguetones, así que las encantará conocer a alguien nuevo para jugar ㅡsonrió la señora, al ver la cara de confusión de ellos por la pregunta.
Felix se sentía en un sueño, no podía ser cierto, nada de eso, era demasiado bueno para ser verdad. Pero pronto se vio caminando por un pasillo con Changbin a su lado, siguiendo a Mingdae.
ㅡDetrás de esta puerta están los bebés de menos de un año y medio, la mayoría llegan muy débiles o prematuros, por eso les dedicamos un cuidado muy exhaustivo para que logren... estabilizarse.
Se asomaron por la pequeña ventana, una habitación acogedora e iluminada, con cunas, bebés y varias mujeres cuidándolos, se mostró ante ellos.
Siguieron avanzando y llegaron a un amplio salón lleno de mesas y bancos. Seguramente era el comedor, ¿qué tan grande era esa lugar? Porque parecía que estaban caminado hace bastante tiempo y por afuera no se veía tan grande.
ㅡEste es el comedor, a la derecha están las habitaciones de los niños y la izquierda las de las niñas, y derecho por aquí está el salón de juegos, pasan la mayoría del tiempo ahí. Después de que cumplen su edad, empiezan a ir a la escuela, pero siempre les gusta jugar con los más pequeños.
La emoción iba inundando a Felix a cada paso que daban. Eran sólo unos metros más, pero le resultó eterno, sentía que su corazón se iba a salir, ¿esto en serio estaba pasando?
De pronto y luego de abrir una puerta, ante ellos se presentó el dichoso salón de juegos, con pequeños niños y niñas que jugaba como si su vida dependiera de ello, había bastante bullicio por la alegría que tenían los infantes. Uno de los pequeños se acercó a Felix y lo miró, recibiendo una sonrisa del mayor, la que fue correspondida.
ㅡ¡Miren, chicos, encontré un nuevo amigo! ㅡExclamó el niño y arrastró a Felix, tomándolo de la mano.
Changbin vio cómo su novio era atacado por bastantes niños y niñas, anhelantes por jugar con él y este de la misma forma, era una imagen tan tierna. Suspiró, retrocediendo un poco y observando el ambiente, tal vez sí era buena idea adoptar.
Pero se sentía mareado en ese lugar, no, sentía extrañamente conocido, como si ya hubiera estado ahí, no, no podía ser posible que había estado ahí antes.
Deja de pensar tonterías, Changbin.
ㅡLa mayoría de ellos fueron abandonados ㅡhabló la señora que se encontraba a un lado suyo, provocando que se sorprendiera levementeㅡ, sus madres eran muy jóvenes y no podían mantenerlos, o no serían apoyadas por sus familias. Ellas mismas se acercan a este lugar porque es más discreto, tratamos de ser un apoyo para la madre como para el bebé. Así mismo con la adopción, intentamos que cualquiera que se acerque pueda darle un buen hogar a cualquiera de ellos, son niños tan alegres que se lo merecen.
Changbin asintió, pero seguía sin poder sacarse esa rara sensación del pecho. Desde que habían entrado a ese lugar la sentía, ¿por qué? Era ilógico.
Luego de un rato y seguido de expresiones tristes por parte de los niños, Felix volvió hacia los otros adultos, con una sonrisa.
ㅡ¿Ya decidiste?
ㅡNo ㅡrespondió Felix a la señoraㅡ, de hecho, sí, pero no está aquí.
ㅡ¿Un bebé? ㅡEl australiano negó e hizo que ella lo mirara confundida ya que la mayoría de los infantes estaban ahí, exceptuando a los más mayores que se encontraban en la escuela. Una exclamación salió de ella, cuando se le cruzó la respuesta por la cabezaㅡ. ¿Yeongsu? ¿El niño que les abrió la puerta? Bueno él... él no se suele jugar con los demás, es bastante tímido y retraído. ¿Podrían escog...
ㅡQuiero conocerlo. A Yeongsu.
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