I LOVE YEONGSU .ㅡCHANGLIX

⭐03.

Era un chico de contextura delgada, casi débil se podría decir; una tez clara que contrastaba con su cabello oscuro y una expresión tierna, pero fría. Extraña, pero linda combinación de todas las características que tenía.

Al parecer eso de que era tímido y retraído, era más que verdad. Nadie había dicho nada después del Hola de Felix. Changbin estaba a su lado, un poco incómodo y cómodo a la vez, ya se comenzada a acostumbrar a la extraña sensación que le producía el orfanato.

ㅡEh... ㅡHabló por fin Felixㅡ. ¿Te llamas Yeongsu, ¿verdad? ㅡLuego de unos segundos obtuvo respuesta en forma de asentimiento con la cabeza por parte del infanteㅡ. Yo me llamo Felix y él es Changbin.

El menor volvió a asentir. Felix quiso gritar de la ternura que sentía al verlo, no veía nada malo en él, ¿ser retraído? ¿Tímido? ¿Por qué él sólo veía un niño perfecto y que necesitaba mucho amor?

ㅡ¿Cuántos años tienes?

Las respuestas del pequeño parecían llegar siempre después de un preámbulo silencioso. Uno a uno, fue levantando sus deditos hasta que cinco de estos se mostraron frente al australiano. Changbin volteó a ver a su novio quien lucía fascinado por cada pequeña cosa que hacía del niño, desde mirar por la ventana hasta rascarse la nariz.

ㅡVoy a ir a fuera un momento, ¿sí? ㅡHabló Changbin, recibiendo sólo un asentimiento con la cabeza por parte de su pareja. Estaba bastante conmocionado aún y necesitaba despejarse. Era ilógico, pero ese lugar lo hacía sentir extraño, un extraño cómodo y conocido. Negó con la cabeza y salió al pequeño patio interior del lugar.

Al lado contrario de este, habían dos niñas y un niño jugando con muñecas y tazas de té. Sólo habían tres árboles en el patio, dos manzanos y un cerezo, además de bastantes maceteros coloridos con flores.

Una imagen cruzó por su cabeza como un flash repentino con una frescura de primavera y la calidez del sol, un niño tropezando con una piedra en ese mismo lugar. El niño lloraba por su rodilla raspada, provocando que una señora se acercara a verlo. Esa mujer le sonreía y le colocaba una curita de ositos. Esa señora era su madre. ¿Eh?

ㅡ¿Qué clase de cosas piensas, Changbin? Es imposible, deja de inventar cosas ㅡse dijo a sí mismo, tratando de que ese escenario se borrara de su cabeza. Era ilógico, su mamá no pudo haber estado ahí y él no podía tener un recuerdo así. Sí, era una alucinación, un constructo de su imaginación.

ㅡ¿Está todo bien? ㅡEscuchó detrás suyo y volteó, encontrándose con quien los recibió.

ㅡSeñorita Lee, yo... Sólo me sentía algo mareado, pero estoy bien.

ㅡEntiendo que puede ser abrumador una adopción... Y más cuando son una pareja homosexual. Pero por lo que vi y pude conversar con ambos, siento que son bastante capaces de darle un buen hogar a Yeongsu.

ㅡ¿Usted lo cree? No sé si pueda hacerlo.

Mingdae lo volteó a ver, ¿por qué ahora le resultaba conocido su rostro?

ㅡÉl lo hará, deberías apoyarlo. Será un proceso bastante largo, mucho papeleo, entrevistas, etc, porque quiero asegurarme que sea un buen lugar para que Yeongsu se desarrolle, pero ¿no crees que lo valdrá al ver a tu novio feliz? Se nota que quiere formar una familia y entregarle un buen hogar al pequeño. Ustedes son sólo dos personas queriendo formar una familia, no hay nada extraño en eso, ¿verdad?

ㅡNo sabes lo asombroso que es Yeongsu ㅡdijo Felix cuando iban de camino a casa. Caminaban hacia la parada de autobuses, uno al lado del otro, con las mano a entrelazadas y sus hombros chocando de vez en cuando. La sonrisa no se iba del rostro del menorㅡ. Hablamos mucho, sobre lo que le gustaba, lo que hacía y...

Changbin le dirigió una mirada extrañado, pues, antes y después que saliera de la sala de acercamiento, el pequeño niño se había mostrado tímido y silencioso. No le hacía sentido todo lo que le contaba.

ㅡ¿Estamos hablando del mismo niño? ㅡInterrumpió el entusiasmo del contrario. Se veía tan alegre, pero no le entendía.

ㅡSí, ¿por qué? Creo, bueno no sé aún, no estoy seguro, pero creo... creo que Yeongsu es el indicado, ¿sabes? Sentí eso como... esa conexión.

¿Una conexión? Vaya, no parecía haberlo visto de esta manera antes.

ㅡEntonces hagámoslo. Si tú lo sientes de esta manera, hagámoslo. Yo te apoyaré en todo lo que pueda, voy a estar aquí tu lado tomando tu mano, hasta que tú seas el que tome de la mano a Yeongsu y yo, su otra manito.

Las mejillas de Felix quemaban, ardían, pero se sentía bien, él estaba ahí y, si él estaba ahí todo estaría bien, lo sabía. Apretó el agarre de su mano y le dedicó una sonrisa.

ㅡ¿Cuándo te volviste un algodón de azúcar, eh?

Pero así lo amaba, amaba toda esa azúcar y todo el amor que le daba. Cada día pensaba que Changbin también podía dar ese amor a Yeongsu, claro, no están complicado como el mayor suponía. Sólo debía dejar que todo sucediera.

Empezaron siendo dos visitas semanales de acercamiento, pero prontamente se convirtieron en tres y luego ya Felix iba de forma periódica al orfanato a ver y pasar un rato con Yeongsu. Jugaban juntos, leían cuentos, veían vídeos, comían juntos.

Su vínculo se fue incrementando, el pequeño esperaba todos los días que el australiano llegara por esa puerta, disfrutaba mucho y jugaba, cosa que no hacía seguidamente con los otros niños.

Changbin había dejado de ir a las visitas por el trabajo que se le había acumulado y la fecha inminente de entrega. Chan siempre confío en él y ahora que estaba produciendo el nuevo disco debut de un grupo de chicas, le había encomendado a su productor estrella esa tarea.

Lentamente todo estaba tomando su ritmo, se veía un futuro alegre y próspero. Y eso es lo que más quería Felix, poder formar una familia con el amor de su vida y el niño que se había ganado su corazón con una mirada.