Moví la cabeza hacía un lado y me arrepentí de hacerlo al siguiente segundo, el dolor había explotado en mi cabeza y recorrió cada parte de mi cuerpo, lancé un quejido y abrí lentamente los ojos, estos recorrieron el lugar y me di cuenta que estaba en mi habitación pero ¿cómo llegue aquí?
Vi hacia la ventana y me fijé que el sol ya se había escondido pero ¿cuándo? No se supone que yo baje a la cocina para ver si Dan estaba rompiendo los vasos cuando... las imágenes vinieron como una avalancha a mi cabeza una tras de otra haciendo que mis ojos se abran y de mi boca salga un jadeo.
Yo había estado a punto de morir a manos de un arcángel sino hubiera sido por Dante, Elián y Brandon, pero el arcángel llamado Gabriel los había llamado por otros nombres y cuando el arcángel se fue, Elián le había ordenado a Brandon que me durmiera, es por eso que estoy aquí.
Kenya.
Ese nombre ya he escuchado varias veces para referirse a mí pero ¿por qué? Acaso es por algo que no sé o algo así dijo Gabriel, es que ¿acaso no me habían contado algo?, pero era algo imposible que eso haya podido suceder y sí ¿solo me caí de las gradas y soñé todo eso?, pero se sintió demasiado real para ser solo un sueño.
Me bajé de la cama despacio ya que no quería que me dé un mareo o me duela más el cuerpo de lo que ya estaba, caminé hacia el baño y entré, miré al espejo y la chica del otro lado me devolvió la mirada, vi que estaba más pálida de lo normal, tenia ojeras grandes y en mi cuello estaba las marcas de los dedos de Gabriel, esa era la prueba de que no había sido un sueño.
Dejé caer mi ropa al piso y entré debajo de la lluvia artificial haciendo que mis músculos se relajaran al contacto con el agua, cerré los ojos dejando que el agua se lleve todo mi estrés y cansancio.
No entendía nada de lo que pasaba y aun así hoy habían atentado contra mí, arcángel, la palabra me sonaba, hace algunos años había leído sobre los seres de luz, sino estoy mal, un arcángel es el representante directo de Dios y para que uno de ellos haya venido hasta acá es porque algo malo tuvo que pasar y tiene que relacionarse conmigo.
¡Oh, por dios! ¿Por qué a mí?
Bajé las gradas y caminé a la sala, vi que Elián y Brandon estaban sentados en el mueble con la televisión prendida aunque su mirada estaba en otro lado, suspiré y caminé hacia ellos, necesitaba una explicación urgente.
Cuando llegue, ellos posaron sus ojos en mí repasándome de arriba abajo como tratando de ver si estaba herida o algo parecido, el primero en reaccionar fue Brandon, quien se paró rápidamente.
- ¿Te sientes bien? – preguntó preocupado
- Si – respondí y me senté en el otro sofá – solo me duele un poco el cuerpo
- No te ves muy bien – dijo Elián – ¿segura qué estás bien?
- Sí – a decir verdad mi cuerpo ya no dolía tanto – creo que me deben una explicación – demandé mirándoles seriamente y ellos suspiraron
- ¿Qué quieres saber? – preguntó Elián
- El chico que vino hoy... – hice una pausa ya que no sabía cómo continuar –...es un arcángel ¿verdad?
- Sí – Elián asintió – ¿él te lo dijo?
- Sí – afirmé – su nombre es Gabriel
- Uno de los más queridos de Dios – Elián dijo encogiéndose de hombros
- Entonces los arcángeles existen – dije con una mano en mi barbilla – pero eso no puede ser verdad – susurré mirando hacia abajo
- Es verdad – aseguró Elián – ellos son reales, uno de ellos te atacó hoy y aun así lo dudas
- Es que es algo difícil de creer – murmuré – no se supone que son seres de luz
- Lo son pero también tienen un cuerpo corpóreo
- Entonces si los arcángeles existen eso quiere decir que... - lo miré tratando de entender todo - ...los demonios también existen
- Sí, también existen – asintió con la cabeza
- Entonces, ¿ustedes son uno de ellos? – pregunté mirándoles alternativamente
- Sí – aceptó Elián y Brandon solo asintió – somos demonios
- Ya veo – dije, no sabía que estaba pasando pero no me sentía insegura a su lado, es más me sentía a gusto – por eso los llamo por otros nombres Gabriel
- Sí – dijo Elián – yo soy Lucifer – se señaló a sí mismo, ¿Lucifer? El rey del infierno – y Brandon es Samael – lo señalo, Samael ¿eh?, miré a Brandon y él me guiñó un ojo
- Un hechicero de alto status – murmuré acordándome lo que dijo Gabriel - ¿eso es verdad?
- Sí – respondió esta vez Brandon – soy un hechicero demoníaco – se encogió de hombros sin importancia y yo enarqué una ceja
- Un hechicero ¿eh? – lo miré y mis labios se curvaron en una sonrisa psicópata – y solo por preguntar ¿cuándo pensabas decírmelo?
- No planeaba decírtelo – admitió haciendo que lo mirara incrédulamente – pensé que nunca iba a llegar este día – suspiró pasándose una mano por la nuca – no quiero que estés en peligro
- Pero se supone que eres mi amigo y no me lo dijiste – dije dolida, sé que esto no es algo que se debe ir diciendo a todos pero... - yo no te lo hubiera ocultado si hubiera sido mi caso
- Cas, yo solo quiero protegerte – dijo resignado, ¿protegerme? ¿pero de qué?
- ¿De qué? – apreté mis manos – ¡Brandon! ¿de qué me tienes qué proteger?, ¿qué es eso tan grave que me va a pasar?
- Tengo que protegerte de... - hizo una pausa y sus ojos verdes se clavaron en mí –... los arcángeles, ellos ya saben que estas aquí
- ¿Pero por qué?, ¿qué hice para qué los arcángeles vengan por mí?
- Nacer – respondió Elián, mis ojos se abrieron como platos – ese es tu más grande pecado
- ¿Qué? – dije y miré a la ventana, no sabía en qué me había metido – pero si soy una humana, ¿no se supone que ellos deben cuidar a los humanos?
- Sí, ellos velan por los humanos – asintió Elián – pero tú no eres del todo humana
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La Princesa del Infierno
De TodoCasandra siempre pensó que su mejor amigo a veces se comportaba raro, porque parecía que a él no le importaba su vida mientras ella estuviera a salvo. ¿A qué grado llegaba su amistad para qué él siempre estuviera pendiente de ella como su guardaespa...