Capítulo 14

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Abrí los ojos y me encontré con el techo de mi habitación, alcé mi mano derecha hasta la altura de mis ojos y miré el anillo que me había dado mi padre, era plateado y tenía un emblema en la mitad, supuse que es el de su familia.

Bajé las gradas cuando escuché que tocaron la puerta, la abrí y me encontré con Brandon y un ceño fruncido mirándome, ¿y ahora qué pasa?, su vista me repaso de arriba abajo y luego suspiró.

- Hola – saludé confundida

- Hola – sonó más serio de lo normal

- ¿Pasa algo? – pregunté haciéndome a un lado para que pase

- ¿Te lastimaron? – lo miré con una ceja alzada ya que no sabía de qué estaba hablando y él me entendió ya que volvió hablar – ¿el ángel caído te lastimó?

- Ah, eso – dije sin darle importancia y él me miró mal – no Brandon, no me lastimó, es más, él salió lastimado – me miró ahora él sin entender – y Elián llegó en el momento justo así que no pasó nada

- Eso es bueno – se sentó en un mueble - ¿cómo salió lastimado?

- Cuando me di cuenta que alguien se estaba haciendo pasar por Elián saque un cutter que tenía en la mochila y cuando saltó encima de mí... – le miré y me alentó a que le siguiera contando – ...clavé el cutter en su pierna y salí corriendo como si el diablo estuviera atrás mío

- Ósea que actuaste por instinto – sus labios se curvaron en una media sonrisa – básicamente estabas en shock

- Bueno, no creo que haya estado en shock ya que no hubiera podido reaccionar así que dejemos en que actué impulsivamente

- Tienes razón

- Es que era matar o morir – me encogí de hombros – y aún estoy muy joven para morir así, que opté por la primera

- Sí, lo sé

- ¿Tú no sentiste nada raro? – pregunté, creía que cuando algún demonio o ángel llegaba, ellos lo presentían

- No – negó – supongo que se camufló con algún olor a humano porque no lo sentí

- Ya veo – dije y miré al cuadro que estaba colgado en la pared

- Ese anillo... - susurró y noté que en un rápido movimiento su mano cogió la mía

- ¿Qué? – pregunté desviando mi mirada a él

- ¿Quién te lo dio?

- Mi padre – Brandon me miró con una ceja alzada – Amaciel, creo que lo conoces

- Amaciel, ¿cuándo le viste?

- En un sueño

- ¿Soñaste con él?

- Sí – acepté – es más, recién me acabo de despertar

- El escudo familiar – comentó con una sonrisa torcida - ¿qué te pareció tu padre?

- Serio, imponente, misterioso, líder – fui enumerando cada característica que decía con mis dedos – y por último muy guapo – sonreí y él me miró con una ceja enarcada – ya veo porque mamá lo escogió, ¿tú la conociste?

- La vi una sola vez cuando subí a la tierra con Amaciel – respondió – era igual a ti Cas, solo que su cabello era castaño y sus ojos eran verdes

- Sí, eso me dijo papá

- Tu sacaste el cabello y los ojos de Amaciel – confesó mirándome

- ¿En serio? – pregunté – yo no tengo mechones de color azul eléctrico – cogí un mechón y lo vi – el mío es negro azabache

- Sí, es verdad – vi que frunció el ceño y luego suspiró – creo que ahora si va empezar el juego entre demonios y arcángeles – lo mire confundida – que tu padre haya aparecido quiere decir que vamos a tener que estar más alertas, antes no era tan difícil protegerte pero ahora van a venir uno tras otro para eliminarte

- Lo sé – acepté, no podía negarme a mi destino – pero no voy a rendirme

- ¿No estás asustada o nerviosa?

- Sí, lo estoy, es más, estoy aterrada – jugué con mis manos – ya que no todos los días te enteras que todo el ejercito del cielo te quiere matar pero tampoco puedo quedarme sin hacer nada

- Tienes razón – asintió – pero nosotros estamos aquí para luchar a tu lado

- Gracias – dije mirando al suelo - ¿quieres comer algo?

- ¡Sí! – gritó feliz alzando una mano en forma de puño 

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora