Me miré una vez al espejo y me encontré con una chica con un vestido negro, que me llegaba hasta los pies y era recto, había aceptado el vestido bajo pero me opuse completamente a que sea ancho, era sencillo – si me lo preguntaban – pero me gustaba, la parte de arriba era ajustada a mi cuerpo y desde las caderas caía la falda dándole un suave realce a mis caderas.
- Por aquí, señorita – me guío una chica hasta el tocador – ahora le vamos a arreglar el cabello – dijo y yo asentí
Las manos de las chicas hicieron maravillas en mi cabello y al final lo dejaron suelto y con pequeñas ondas en las puntas, dándole un toque natural a mi cabello, me encantaban como sobresalían mis mechas azul eléctricas. Luego de maquillarme y calzarme los zapatos, se retiraron dejándome sola hasta que la ceremonia empiece.
Suspiré y me senté en la cama, Lucifer no había querido esperar demasiado para hacer la unión de sangre, así que acordamos en que sería en tres días, y aquí estoy esperando a que me digan que ya era hora.
La puerta se abrió y alcé la cabeza esperando encontrarme con alguna chica del servicio pero sonreí al ver que era mi mejor amigo que estaba vestido con un pantalón negro y una camisa blanca, entró y cerró la puerta.
- ¿Estás lista? – preguntó y yo asentí – nunca pensé verte enfundada en un vestido y mucho menos para unirte a alguien – dijo sentándose a mi lado
- Así es la vida – respondí encogiéndome de hombros – yo tampoco pensé encontrar al chico correcto
- Espero que todo te vaya bien – sonrió y miró hacia el frente – estoy seguro que tus padres están orgullosos
- Lo están – le dije y él giro la cabeza mirándome fijamente – soñé con mi padre – conté y sonreí – me dijo que tenía su permiso para unirme a Lucifer – lo mire y él asintió
- Si es así – habló – entonces ya no tengo nada que decir – se paró y yo lo imité – solo me resta ver cómo eres feliz
- Gracias Samael – dije y le abracé – eres el mejor amigo que alguien pueda tener
- Tú también eres la mejor amiga que se puede tener – me abrazó aún más fuerte – ahora hay que bajar
- Sí
Salimos de mi habitación y bajamos las escaleras, caminamos por el pasillo y antes de entrar pude ver que había cientos de demonios en la sala, esperando por mí y para ver como su rey se unía a alguien.
- ¿Cómo me veo? – pregunté en un susurro a Samael
- Estas hermosa – sonrió y luego entró a la sala
Los violines empezaron a sonar indicándome que era tiempo de entrar, respiré profundamente y empecé a caminar por el pasillo, y allí estaba, al final esperándome, mi boca se secó al ver que estaba más guapo de lo que suele estar, la camisa se le ajustaba bien a su cuerpo y su cabello estaba desordenado, dándole un aspecto de chico rebelde, sonreí y me acerque a él.
- ¿Lista? – preguntó y yo asentí
- Más que nunca – respondí
- Este día estamos aquí para ver como Lucifer y Kenya unen sus almas para toda la eternidad – habló el demonio de rango mayor, que era él que siempre hacía este tipo de eventos – como todos sabemos, este acto es de amor verdadero, ya que casi nadie se atreve a hacerlo pero hoy, ellos lo han decidido hacer....
Sabía que el demonio seguía hablando pero yo ya no le estaba escuchando, toda mi atención estaba puesta en el chico que estaba a mi lado sosteniendo mi mano con fuerza. Nunca había pensado casarme y ahora estaba haciendo algo más fuerte que el matrimonio, bien dicen que la vida da muchas vueltas y en alguna de ellas puedes encontrar tu felicidad, sabía que de ahora en adelante todo iba a ser diferente ya que mi vida dio un giro de 360 grados y al unirme con Lucifer estaba aceptando muchas responsabilidades pero a su lado sentía que era capaz de hacer lo que sea.
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La Princesa del Infierno
De TodoCasandra siempre pensó que su mejor amigo a veces se comportaba raro, porque parecía que a él no le importaba su vida mientras ella estuviera a salvo. ¿A qué grado llegaba su amistad para qué él siempre estuviera pendiente de ella como su guardaespa...