Capítulo 15

37 2 0
                                    

- Hola ma – contesté el teléfono

- Hola Cas – saludó feliz - ¿cómo va todo por allí?

- Bien, ma y ¿a ustedes? – bajé las gradas para hacerme el desayuno

- Todo va sobre ruedas aunque cada vez hay más trabajo – comentó suspirando - ¿y el instituto?

- Va bien, ya sabes como siempre, ¿y papá? – pregunté, me estaban llamando casi a los dos meses - ¿está bien?

- Si, está bien, un poco gruñón pero hay que aguantarle – se burló y yo reí

- ¡Eh! Que te escuché – escuché otra voz al fondo y mi sonrisa se hizo más grande

- ¿Y cuándo van a volver?

- Sobre eso queríamos hablarte – dijo mi madre seriamente – pero primero habla con tu papá

- Está bien – acepté y entré a la cocina

- Hola, mi princesa – saludó papá efusivamente por la otra línea del teléfono - ¿cómo estás?, ¿ha pasado algo?, ¿ya tienes novio? – preguntó, pero lo último lo dijo entre dientes

- Hola, pa – saludé – acá está todo bien, y no, no tengo novio – respondí cada una sus preguntas - ¿y cómo te está yendo todo?, ¿mucho estrés?

- No me hables del estrés que creo que ya no tengo donde más ponerlo – se quejó – pero sí, todo está bien

- Me alegro, pa – dije – pero trabaja con calma que te puede dar algo

- Sí, eso trato – respondió - ¿y cómo está Brandon? – preguntó, era del único chico que en verdad no desconfiaba, aunque casi siempre me dejen sola, siempre ha sido un poco muy celoso

- Está bien, un poco loco pero bien

- Es buen chico – dijo y mamá lo secundó – nunca me podría imaginar que hiciera o sea alguien malo – comentó, ¿malo?, bueno papá, no es malo, simplemente es un demonio pero eso no es nada, me encogí de hombros

- Sí, es un buen amigo

- Princesa – llamó papá haciendo que ponga toda mi atención en él – queríamos decirte algo

- ¿Qué paso? – pregunté preocupada - ¿es algo malo?

- No es malo – dijo mamá y supe que habían puesto en altavoz – tú sabías que este viaje iba a durar como seis meses, ¿verdad?

- Sí y aún faltan cuatro para que regresen – respondí jugando con una naranja

- Lo que pasa es que este viaje se alargó un poco más – confesó mamá y mi respiración se cortó – hubo unas complicaciones con el proyecto que nos ha estado dando dolores de cabeza y tenemos que arreglar esto para poder volver

- ¿Cuánto más se van a demorar? – pregunté cerrando los ojos para que no se me escapen las lágrimas

- Seis meses más – dijo papá y escuché como pasaba saliva

- ¿U – un año? – tartamudee, nunca me había dejado por un año

- Sabemos que nunca te has quedado sola por más de seis meses pero en verdad que este proyecto es importante y si lo dejamos ahora puede que no volvamos a tener una oportunidad como esta – habló mamá y me imaginé sus ojos mieles mirándome tristes pero decididos

- Sabemos que para tu edad eres una chica sumamente responsable, lo que hace que nos quedemos más tranquilos – dijo papá – y sabemos que no te vas a meter en problemas para que andemos vigilándote – si papá, solo que ya estoy en problemas – así que por eso estamos tranquilos, te pedimos por favor que nos entiendas que esto es nuestro trabajo

- Está bien papá, no te preocupes – respondí, en verdad mis papás eran los únicos que dejaban sola a una chica de diecisiete años y estaban tranquilos

- Gracias cariño – dijo mamá – en verdad nos quitas una gran preocupación de los hombros

- No pasa nada ma, es su trabajo y el mío es no darles más preocupaciones de las que ya tienen

- Cuando lleguemos a casa, nos vamos a tomar una semana de descanso para pasar contigo – dijo papá y sentí como trataba de negociar, para papá todo era negocios – si necesitas algo solo dinos

- Si, está bien, yo les aviso

- Cambiando de tema – dijo papá y mamá suspiró - ¿Qué te parece un auto? – preguntó y yo sonreí nerviosamente

- Papá, no necesito un auto – respondí – Brandon me lleva y me trae del instituto todos los días y luego de eso, solo salgo para comprar la comida o alguna cosa que necesite

- Pero ya tienes tu licencia – objeto papá – te la dieron hace tres meses atrás

- Es verdad pero... - me volvió a interrumpir

- Puedes ir un rato al garaje – me pidió

- ¿Para qué?

- Tú solo ve

- Está bien, está bien, ya voy – dije y salí de la casa, en verdad que era grande – ya estoy aquí

- Entra – me ordenó y yo hice lo que me dijo, casi nunca venia por aquí ya que solo estaban los autos de mis padres

- Ya entré – avisé y prendí las luces haciendo que iluminen todo el lugar

- Ahora ve hasta el fondo – hice lo que me dijo – y quita la manta blanca

- Papá – me quejé – hay mucho polvo

- Solo hazlo – dijo sin tomar en cuenta lo que dije

Quité la manta y mi mandíbula casi toca el suelo, allí estaba estacionado el auto que siempre quise, con el que siempre soñé desde pequeña.

- ¡Es increíble! – dije mirando mi nuevo audi r8 – en verdad, no era que lo hagan

- Todo por nuestra pequeña – dijo mamá y se escuchaba feliz - ¿te gusta?

- No – dije negando - ¡me encanta!

- Te lo queríamos dar cuando regresáramos pero como nuestro viaje se alargó más – comentó papá – es mejor que ya lo tengas

- Gracias – mi sonrisa se ensancho más – en verdad, gracias

- Nos alegra que te guste – esta vez fue mamá quien lo dijo – las llaves están en la mesa que está a la derecha

- Está bien

- Bueno princesa, tenemos que volver al trabajo – dijo papá

- No te preocupes, te vamos a estar llamando – sí, cada dos meses

- Está bien – asentí con la cabeza aunque no me podían ver – los voy a extrañar

- Nosotros también – dijeron los dos al unísono – nos vemos Cas, cuídate, te amamos – dijo mamá

- Yo también los amo - ni bien terminé de hablar ellos cortaron la llamada

Volví a mi mirar mi auto, un audi r8 de color negro, en verdad que esta vez se pasaron pero no me podía quejar – me encanta el auto – fui hasta la mesa y cogí las llaves.

Salí del garaje y luego de cerrar la puerta, hice un baile de felicidad, si es que se podía llamar a eso baile, pero ahora no me importaba estaba tan feliz por el auto, pero por otra parte estaba el hecho de que no iba a volver a ver a mis padres en un año y aunque ya debería estar acostumbrada, aún se me hacía raro. 

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora