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Residuos de valentía y

la historia detrás de los dichos.


Changbin no podría creer que le había más resultado acercarse a Felix y besarlo sin más, que el tener que hablar con sus padres sobre la terapia.
Su cuerpo temblaba sin control, sus manos sudaban contra la tela de su sudadera, su corazón latía con una rapidez casi mortal, su garganta picaba como si tuviese algo sofocándolo y su cabeza daba vueltas entre la indecisión y el miedo. 

Después de pasar horas caminando en círculos por su habitación, Changbin finalmente tuvo el coraje de marcar el número que Felix le había enviado y agendar una cita, hasta ese momento todo iba por un camino que Seo podía controlar y que no tenía complicaciones. Pero, por supuesto las cosas no se iban a dar tan fáciles. Habló unos cortos minutos de forma somera sobre la forma en la que se sentía con el hombre al teléfono, quien le escuchó atento y sin interrumpirlo, una vez Changbin terminó con la pequeña síntesis de su situación emocional actual, el hombre al teléfono aceptó citar al coreano y terminó la llamada no sin antes agregar de forma clara que lo esperaba junto con sus padres puesto que de otra forma no lo atendería.

Y aquello se sintió como un golpe bajo a la frágil valentía que había logrado juntar Seo para hacer la llamada.

Changbin se sintió incapaz de agregar más a la conversación telefónica y sólo se quedó pegado al teléfono escuchando el silencio de su vacía habitación.

Parte de él quiso empujarlo a caminar hasta donde estuvieran sus padres y simplemente pedirle que le acompañaran restándole importancia, como si fuese una nimiedad, pero su otra mitad -consciente de la gravedad del asunto- se negaba a moverse del lugar en el que llevaba largos minutos de pie.

No se sentía capaz de acercarse, tocar la puerta de su habitación y hablarles porque nunca antes lo había hecho, porque hasta este punto se sentía como si viviesen en casas separadas y se viesen de vez en cuando, como si el otro no si existiera la mayoría del tiempo. 

El menor de los Seo dejó salir un largo suspiro y lanzó su celular a su cama antes de salir lleno de incertidumbre. 

Mientras caminaba hacia la habitación de sus padres, de donde podía escuchar los sonidos de la televisión, Changbin evocó la imagen de Felix, pues pensar en él lo tranquilizaba y le ayudaba a no perderse entre sus divagaciones dramáticas. Aunque todos los recuerdos se desaparecieron en el instante que estuvo frente a la puerta de madera que lo separaba de sus padres.

Sus manos temblaron de forma frenética en cuanto trató de estirarlas hacia la manija, sintió que perdía control de ellas, su visión se volvió borrosa y sintió la bilis de su estómago en su garganta.
Su cuerpo se negó a continuar bajo aquella presión y sin seguir pensando, Changbin regresó corriendo a su habitación cerrando la puerta con fuerza y dejando caer su cuerpo detrás de ésta.

No soportó más y rompió en llanto, cubriendo su boca con sus manos tratando de encerrar los tristes sonidos que luchaban por escapar del pecho de Seo, que ahora dolía y pesaba. La impotencia, aprisionada en aquella habitación con él, lo atacó haciéndole sentir inútil y estúpido, el dolor sobre su pecho aumentó causando que una de sus manos se dirigiese a esa área como si aquel gesto pudiera ser capaz de apaciguarlo. 
Parte de Changbin deseaba tirar, romper o destrozar algo para poder deshacerse de aquella incómoda sensación que aplastaba su corazón y llenaba su ser de una clase de ansiedad que desconocía pero que mientras más permanecía en él, más lo sofocaba. Sujetó en su puño su suéter intentando calmar algo de aquel torbellino que estaba acabando con él de forma lenta y dolorosa, su mano izquierda jamás abandonó su boca manteniendo en secreto la derrota de esa noche.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2021 ⏰

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