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Primer análisis desde la raíz.


Chan suspiró y de forma inevitable hizo una pequeña mueca. Felix se removía insistente sobre el asiento de plástico. 
¿Por qué el mayor no deseaba darle la dirección de Changbin? El día anterior había cancelado su asistencia sin explicación y cuando Christopher trató de inventar un pretexto se enredó con sus mismos enunciados y tuvo que terminar explicando que Seo se había quedado dormido porque no se encontraba bien. Felix se alivió de que finalmente el mayor durmiese más de tres horas, pero al mismo tiempo era aquello su preocupación; siendo Seo Changbin alguien que evita a toda costa el dormir, que algo le llevase a hacerlo toda la tarde, debía ser algo con un rango de seriedad importante.
Yongbok sólo quería saber el estado de salud del mayor, pero éste no contestaba sus llamadas o mensajes y en cuanto se lo pidió a Bang, éste palideció e hizo todo lo posible para evadir darle la ubicación del hogar de Changbin.

—Bien, entonces, ¿por qué no vas tú? Sólo quiero saber que está bien, no tengo que verlo yo mismo —se rindió. Christopher negó nuevamente.

—Changbin quiere estar solo —finalizó tomando sus cosas, si se mantiene más aquella conversación va terminar cediendo al menor.

—¿Cómo lo sabes? —Felix se puso de pie frente al rubio.

—Porque está enfermo, Lix. Estoy seguro que únicamente quiere descansar, solo —soltó cansado implorando que el pecoso desistiese. Pero en respuesta el menor abultó sus labios.

—¿No te preocupa saber cómo está?

—No trates de manipularme, Lee Yongbok —el mayor lo miró de forma acusatoria. Tenía que irse en ese momento o terminaría cayendo por los ojos brillosos y el adorable puchero del menor.








—Vamos, toca —Felix se escondió detrás de él en cuanto estuvieron frente a la entrada de los Seo. Chan suspiró y mientras golpeaba la puerta con sus nudillos, se cuestionó su débil voluntad frente a Felix.

Golpeó un par de veces y ambos se mantuvieron en silencio tratando se buscar sonidos que proviniesen del interior de la casa para comprobar que había alguien dentro y no habían ido en vano. 
El corazón de Felix latió con preocupación cuando con el paso de los minutos aquel silencio se mantuvo.

—Toca de nuevo, quizá no te escucharon —susurró con un tono de implora y el mayor le dedicó una mirada rápida antes de asentir y repetir la acción contra la madera.

No mucho después unas voces y pasos hicieron eco por dentro de la casa logrando que los australianos suspiraran aliviados. Una mujer asomó un cuarto de su rostro por un pequeño espacio que dejó al abrir la puerta, pero este espacio se amplio en cuanto ésta reconoció el sonriente rostro de Bang.

—¡Christopher! —la mujer, que Felix dedujo era la madre de Changbin, le sonrió abiertamente al rubio y le dio un rápido abrazo, para después invitarles a pasar.

—Él es Felix —Chan hizo un ademán hacia el nombrado y éste le sonrió tímido a la mujer. Era demasiado parecida a Changbin, sus rasgos eran obviamente más finos y femeninos, pero de forma somera se podía reconstruir el rostro del coreano sólo basándose en los detalles de su madre. Sus ojos eran igual de finos y daban esa aura fría que desaparecía en cuanto sonreía, su rostro tenía una forma similar a un triángulo invertido y sus mejillas eran igual de delgadas como las de Changbin. Por un par de segundo se preguntó qué es lo que Changbin había heredado de su padre, pues parecía que todos sus genes eran los de su madre.

mortem; changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora