X V I I

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Pensando de más.


Había pasado alrededor de 30 minutos desde aquel encuentro con Felix en la terraza y Changbin comenzaba a asfixiarse con arrepentimientos e incógnitas que no lo llevaban a ninguna solución y sólo provocaban que el sentimiento de pesadumbre aumentase y que Seo dejase de discernir entre la lógica y la locura.

¿Realmente gustaba de Felix o sólo era que su estado emocional estaba tan decadente que tocaba la desesperación y eso lo llevaba a sentirse así? Podría ser que estaba confundiendo la emoción del nuevo sentimiento sobre la situación con gustar del australiano. También existía la posibilidad de que su mente estaba tan desganada que confundía cualquier nueva emoción por buscar mantener la serotonina.

¿Gustaba de Lee Felix verdaderamente o gustaba de el Lee Felix que él creía que era?
Es decir, antes de un par de semanas eran casi desconocidos que compartían amigos. Claro que conocía cosas de él, pero no eran cosas que Jeongin o Minho no conocieran también. Lo conocía de forma superficial, casi una mínima parte de todo el universo que era Lee Felix. Tal vez el verdadero Felix no le gustaba.

¿El haberse besado los convertía en algo?
Sólo fue un beso. Sí, Changbin no podía dejar de sonreír cada que lo evocaba su mente y sus pómulos dolían a causa de eso. También estaba ese molesto cosquilleo en su estómago cuando el recuerdo lo asaltaba. Pero seguía siendo sólo un beso, había sido para callarlo, no significaba más. ¿Verdad?

¿Aquello significaba que Felix también gustaba de él?
Nunca lo expresó, sacó a la luz que Changbin sentía algo por él pero jamás dio una indirecta a que él se sintiese así. Dijo que quería iniciar algo firme con Seo pero eso no significaba que ya sintiese cosas, podría ser que sólo busca comenzar a sentirlas.

La último pregunta le parecía poco probable. Todo era por aquella espesa capa que cubría los ojos de Seo sobre la imagen en sí mismo.
Pero ante su mente tenía lógica, no había ni una sola cosa rescatable -ni destacable- en él. Eran tan opuestos que en lugar de atraerse podían lograr una repulsión aún peor que si fuesen parecidos.
Felix emanaba júbilo, levantaba el ánimo de quien pasase junto a él, contagiaba risas y sonrisas, hacía ameno estar cerca de él. Lee Felix era la felicidad andante.
¿Pero él?
Seo Changbin rara vez bromea, es aún más inusual verle sonreír sin que sea sardónico o después de hacer un comentario apagado y que sea para que no parezca que realmente quiere morirse. Tal vez Changbin era la tristeza andante.

Se sentía estúpido y arrepentido.

Changbin detuvo el ansioso movimiento que tenían sus dedos contra su pluma cuando esa palabra pasó por él.

¿Él realmente estaba arrepentido?

Claro que hablando de lo recién pensado sí que se sentía estúpido, insultarse a sí mismo ya era algo asiduo en su vida diaria.
Sin embargo, solía arrepentirse de sus acciones con bastante frecuencia: sucedía siempre después de acabar con una cajetilla, sucedía después de darle el último sorbo a su enésima taza de café del día, sucedía cuando se daba cuenta que nuevamente iba dormir menos de dos horas. Sucedía tanto que no entendía como es que aún no se acostumbraba a aquel sentimiento de incomodidad.
Mas en ese mismo instante no se sentía incómodo, estaba avergonzado pero no de una mala manera, tenía una inefable sensación en el pecho que consideraba cálida y aquel sentimiento era mayor que la vergüenza, pero era desconocida y eso lo asustaba.

No estaba arrepentido, realmente había sido demasiado agradable aquel gesto de afecto. Realmente había sido lindo besar a Felix o bueno haber sido besado por él.

Tuvo que cubrir su rostro al pensar aquello. Con tener sus manos sobre su cara pudo sentir el calor sobre ésta y una nueva estúpida sonrisa asomarse sin permiso.
Porque sí, se sentía estúpidamente infantil. Quería golpearse las mejillas, pellizcarse o golpearse de alguna forma que lo hiciera recordar que no era más un hormonal quinceañero que pudiese estar suspirando bobamente por alguien.

Se sentía inmaduro pero al mismo tiempo y contradiciendo todas sus ideas, sentía que estaba creciendo como persona, que se estaba desarrollando en un ámbito social. Estaba actuando pensando en como afectarían sus acciones a los otros y aquello demostraba que estaba comenzando a tener una madurez social. Pero vamos, esos lentos suspiros que ahora salían de él cuando recordaba a Lee eran demasiado bobos.

Quizá su mayor arrepentimiento sería haberse comprometido de aquella seria manera a Felix. No sólo por las promesas dichas en la terraza sino aquella que se hizo en el pasillo donde prometió no huir de Lee. Ahora mismo quería evitar al australiano, no solamente porque sus mejillas adquirirían un ridículo tono rojizo al verlo de frente, sino porque no tenía idea de que debía decir ahora o qué seguía para ellos.

Sabía que había hablado sin pensar al responsabilizarse por acciones futuras, tal vez también, actuado de forma vehemente al corresponder el beso, pero una vez sus labios estuvieron unidos a los de Felix sintió que perdió la razón y que aquel exacto momento fue el que estuvo esperando sus 17 años de vida, no pudo luchar consigo mismo porque cada átomo que lo compone había cedido al instante a Lee Felix.

—Hey —Chan susurró golpeando lánguidamente el hombro del coreano con el suyo llamando su atención. Changbin retiró sus manos de su rostro y giró su cabeza para mirar al mayor, quien poseía una sonrisa compresiva en sus labios, aquella benevolencia se extendía hasta sus ojos que se curvaban de forma tierna como si fuesen una luna en estado menguante. Toda la energía que irradiaba Christopher en ese momento provocó que Changbin tuviese ganas de abrazarlo, algo en él lo hacía sentir que si lo abrazaba era muy probable que todas sus angustias se disiparan. Sin embargo, no lo hizo, sólo continuó mirándolo esperando que hablara—. Esto ya no es una situación que te preocupe a ti solamente, también concierne a Felix. No intentes resolver o responder por todo tu solo, tampoco te digo que cargues todas los problemas de Felix, pero al menos las cosas que lo involucran no trates de conseguir una salida por tu cuenta.

—¿Qué? —su ceño se frunció. ¿Era tan fácil de leer?

—Felix me contó todo y preguntó por ti —contestó alzando su teléfono con una suave risa—. Sé que te cuesta y que en realidad no es tan sencillo como sólo decirlo pero, deja que todo fluya. No intentes responder por todo ahora —dijo simple al mismo tiempo que su descanso daba inicio. 

Ambos se pusieron de pie dispuestos a salir. Ya una vez en el pasillo Chan se despidió de Minho prometiendo alcanzarle en algún momento en la cafetería y procedió a tirar de la muñeca de Changbin para llevarlo con él.

—Tenemos que hablar con Hyunjin y por tenemos quiero decir tienes —explicó calmado dedicándole una mirada rápida.

Si no fuera porque Bang tiraba de él, se habría quedado estático en medio del pasillo. No tenía idea de que decirle a Hyunjin, ni siquiera estaba seguro de la razón exacta para tener que hablar con él. Era demasiado que afrontar y resolver para alguien que huye por mínimo que sea el problema.

Changbin aceptó su destino y continuó su camino mientras rogaba que los siguientes días no fuesen así de caóticos.

mortem; changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora