Capitulo 9.

539 52 1
                                    

-Ah,  señorita King, es muy amable de su parte honrarnos con su presencia.- lancé una mirada hacia el escritorio del profesor antes de dirigirme hacia el fondo del salón, en donde compartía mesa con Harry, solo que ella no estaba sentada ahí estaba sentada atrás junto a Jennifer.

-¿Harry?- la miré confundida. Señaló la mochila que estaba tirada debajo de la mesa.

-¿Qué demonios está haciendo él aquí?

-Quiere verte mas.- me respondió.- Llegó antes que yo. No había manera de que lo convenciera de sentarse en otro lado.

Me senté de mala gana en la mesa y me agaché para sacar mi carpeta de mi mochila. Un par de piernas trajeadas aparecieron a centímetros de mi cara.

-Quiero que trabajen en parejas con la persona de su mesa.- nos dijo el dueño de las piernas.-No les tomará mucho tiempo pero ciertamente es un tema discutible.

Me iba a enderezar cuando me di cuenta de que estaba justo frente a mi, tragué saliva. Y no era exactamente como si no tuviera pantalones. Me senté bien, sintiéndome incomoda. Mis pensamientos se estaban volviendo inapropiados.

-¿Tienes una hoja?- me preguntó, no había rastro de burla o sarcasmo en su voz.

-No.- contesté. Me entregó una, sus dedos rozaron la palma de mi mano lanzando chispas antes de voltearse y alejarse como si nada hubiera pasado.

-Pensé que no llegarías.- dijo Russell mientras se sentaba a mi lado.

-¿Por qué estás aquí?- dije tras un resoplido.

-Me di cuenta de que no estoy en muchas de tus clases.- respondió con indiferencia.

-De hecho estás conmigo en matemáticas, biología e historia.- le recordé- La única que quedaba era Ingles y ahora no me estás dando espacio.

Lanzó una mirada hacia mi falda antes de mirarme a los ojos.

-¿De verdad piensas que te dejaría sola?- me limité a suspirar.

-Soy perfectamente capaz de cuidarme sola, gracias.

-Tienen diez minutos para llenar las hojas.- nos dijo el Profesor Carlton. Alcé la mirada para verlo y me di cuenta de que tenía la quijada tensa y su mano cerrada en un puño a su costado.-Quien no la tenga lista a tiempo, la traerá de tarea para mañana, si alguien se atreve a no traerla correrá el riesgo de perder su lugar en esta clase.- y se sentó en su escritorio y empezó a marcar cualquier cosa.

Miré hacia la hoja, mi mente daba mil vueltas. ¿En serio estaba tan molesto porque Russell estaba aquí o era porque no terminé nuestra relación? ¿Sería capaz de sacar a alguien de su curso si no hacia el trabajo a tiempo? Pensé que eso no sería completamente injustificado, si alguien no trabajaba entonces él estaba en todo su derecho de sacarlo de su grupo. Pero esto era por mí. Sólo lo dijo porque estaba enojado y estaba enojado porque yo estaba sentada con mi novio en esta clase.

-¿Habías hecho esto antes bebé?- Russell interrumpió mis pensamientos. Fruncí el ceño.

-Deja de decirme así.- colocó su mano en mi muslo.- Quita tu mano antes de que te la arranque.- gruñí, pero no la movió.

-En algún momento lo vamos a hacer, Al.- presionó más fuerte.- Lo sabes, tal vez si lo hacemos gradualmente.

Levanté la cabeza, gritando internamente para que alguien se diera cuenta, para que alguien hiciera algo. Russell sabía que yo no podía decir nada porque la gente diría que era mi culpa o que era una zorra por dejarlo hacer eso en clase. Nadie podría culparlo y él lo sabía perfectamente.

-¿Por qué ninguno de ustedes ha empezado su trabajo?- tuve que dejar de llorar internamente llena de alivio cuando escuché esa voz en barítono sumamente molesta. No me había dado cuenta de que se había levantado de su asiento pero no me importó. Le había puesto un alto a cualquier cosa que pudiera pasar.

-Ally no ha estado aquí, señor.- respondió Russell.- Y yo tampoco.

-La señorita King estuvo aquí al comienzo del curso.- respondio el profesor Carlton.- Aunque ella no ha estado en clase hace varias semanas, dudo seriemente que no haya seguido con la lectura en casa.

Russell seguía presioanando mas fuertemente mi pierna causándome una mueca de dolor, sabia que dejaría moretones.

-Sugiero que empiecen con su trabajo y dejen de hablar o estarán en detención por el resto de la semana.- sentenció. Russell se puso de pie.

-No voy a estar en detención porque ella no ha estado aquí.- se encontró con una gélida mirada.

-Salga de mi salón.

-No, no me iré.- atajó Russell.- Intenté hacer el trabajo pero ella me distrajo, ella es la culpable. No sabe ni una mierda sobre ese libro.

Hubo un jadeo colectivo de todos en el salón ante la mirada furiosa del profesor.

-Fuera.- dijo el Profesor Carlton, sonando como si estuviera forzándose por no gritar.- Está en detención desde ahora hasta la siguiente semana y hará su trabajo en casa.- Russell cogió su mochila del suelo.

-Vea si me interesa.

Otro jadeo se escuchó en el salón y todo el mundo esperaba la reacción del profesor. Él solo señaló la puerta.

-Vamos bebé, no tenemos por qué estar aquí.- me dijo Russell. Agité la cabeza, no confiaba en lo que pudiera decir.

-La señorita King no ira a ningún lado.- le dijo el profesor Carlton.- Ella no ha hecho nada.

-Es por eso que me está poniendo una maldita detención.-espetó Russell.- decídase, maldita sea.

-Salga de mi clase.- no había duda en cuan molesto estaba el profesor. El enojo ardía en sus ojos, su respiración indicaba que intentaba mantener la calma.

Y todo lo que podía notar era en lo muy atractivo que se veía.

Por una apuesta. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora