Capitulo 17.

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¡Hola! Lo que se imaginan, bueno... Se los dejo aquí.
Les recuerdo que esta historia NO ES MÍA, es de la fantástica Johnlocked1895 , yo solo estoy traduciéndola porque la leí y me encantó y dije "¿por qué no?
Yo le hago saber lo que ustedes lectoras piensan sobre la historia así que todo el crédito es para ella jajajajaja.

Johnlocked1895 darling, your story is amazing. Everyone is loving it! Thanks for the opportunity again. C:
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-Alison espera.- Levanté la mirada, mi respiración estaba agitada y mi corazón martilleaba en mi pecho.-¿Estas segura que quieres que esto vaya mas lejos?- sonaba consternado a pesar de su obvia excitación.

Cada vez que Russell mencionaba algo sobre el sexo, yo siempre le decía que no porque estaba asustada. Pensar en el dolor o en que algo vaya mal me desanimaba por completo, pero a diferencia de Benedict, Russell y yo nunca habíamos compartido un beso tan candente, lleno de desesperación y duradero, nunca había deseado tanto a alguien en mi vida hasta ahora. Me las arreglé para asentir.

-Estoy segura.- soltó un sonido de satisfacción antes de volver a besar mi cuello.

-Hay que movernos a la cama, ¿quieres?- y abrazándome con mis brazos al rededor de su formado pecho, nos giramos hacia la cama.- Levanta las piernas.- me instruyó, me colocó sobre la cama, sobre mis rodillas.- Ahora,- murmuró en mi oreja.- esta toalla se tiene que ir.

Y con un simple movimiento, jaló mi toalla y la tiró por sobre su hombro.-Oh.- soltó mientras su ojos pasaban por mi piel desnuda. Mientras me observaba, empecé a desabotonar su camisa y la deslicé de sus brazos. Me concentré en su cinturón y él deslizó sus brazos sobre mi cintura para acercarme a él.

-¿Estas tratando de distraerme?- susurré sobre sus labios, que estaba rosados y suaves por besarme.

-Dios, no.- respondió rozando su labio superior en mi boca.- Es solo que no puedo quitarte las manos de encima.

Dio un paso hacia atrás y se desabrochó el cinturón para quitarse los pantalones, dando un paso para dejarlos de lado. Rápidamente se quitó los calcetines y regresó a mi en calzoncillos azul cielo que no ocultaban para nada su erección.

Me envolvió entre sus brazos para sacarme de la cama y ponerme de pie, después, aun abrazados, me empujó hacia atrás para caer en la cama otra vez dejando casi todo su peso en sus brazos a mis costados, pero sus caderas estaban sobre las mías mientras me besaba, ahora sin restricciones. Mis brazos estaban alrededor de él, atrayéndolo mas hacia mi, enredando mis dedos en sus cabellos. Quería sentir todo su peso sobre mi, sentirlo rodeándome.

Aun besándome, con una mano dibujó todo mi torso, desde mi cadera hasta mi pecho. Mordisqueaba mi cuello, encontró el hueco de mi clavícula y me hizo ahogarme en un jadeo con la sensación de su lengua irse directamente hacia mi ingle.

-Hermosa.- susurró y comenzó a explorar mis senos con sus manos y su boca. Me retorcía debajo de él, jadeando su nombre. Enredé mi pierna en su cadera para atraerlo más a mi, pude sentir que contenía su respiración y su necesidad aumentaba.

-Voy a enseñarte todo lo que he querido hacerte desde el primer día.- murmuró dibujando mi labio inferior con su pulgar.- Pero justo ahora necesito estar dentro de ti.

Otro agudo beso robó mis palabras, y gemí, amando sentir todo su peso sobre mi y la esencia de su piel. Volvió a besar mi cuello, desde mi oreja hasta el hueco en la base de mi garganta, soltando mis manos para que pudiera acariciar mis senos y mi estomago. Me retorcí con su tacto, perdiendo mis dedos en sus finos cabellos ondulados.

De repente se detuvo, con la preocupación nublando sus facciones.

-¿Qué sucede?- pregunté empezando a entrar en pánico.

-No tengo condones,- respondió.

-¿Piensas hacer esto otra vez?- pregunté burlona. Me miró serio.

-Lo digo en serio.- resoplé.

-Lo sé, pero no importa.- arrugó el ceño.

-¿No importa?- lo jalé para besarlo de nuevo.

-Todo esta bajo control, no te preocupes por eso.

-Tienes un control anticonceptivo, ¿no es así?- preguntó y le golpeé el brazo ligeramente.

-Cállate.- sonrió antes de inclinarse para besarme otra vez.

Con su erección presionando contra mi, todo lo que podía pensar era en el calor que sentía en mi estomago y el dolor en mi entrepierna, me di cuenta de que sus ojos se habían oscurecido. Me miró como esperando mi consentimiento y cuando asentí, entró lentamente en mi, saboreando el sentimiento.

Dejó de moverse, dándome tiempo para acostumbrarme al extraño sentimiento de tener todo su miembro dentro de mi, enredé mis pantorrillas con las suyas, sus piernas ligeramente separadas. Trazó mi mejilla con su pulgar, buscando mi cara. Vio lo que sea que estaba esperando ver en ella y sonrió, después acercó su cara para seguir besándome mientras sus caderas comenzaban a moverse. Acaricié su espalda y después sus hombros cerrando mis ojos mientras él empezaba a besar mi cuello.

Ninguno de los dos duramos mucho y poco después de mi clímax, Benedict me siguió, su cuello se tensó mientras decía mi nombre, similar a la ultima vez que lo había escuchado, y después de desplomó sobre mi.

Después de un momento se apartó de mi lo suficiente como para permitirme salir debajo de él y cuando se recostó en la cama me acunó entre sus brazos.

-¿Ben?- llamé rompiendo el pacífico silencio.

-¿Mmh?- respondió mientras trazaba las líneas de mi mano con su dedo.

-¿Esto significa que ahora tendré que llamarte Profesor Carlton?- gruñó.

-Eso fue terrible.- reí.

-Es una pregunta seria.- rodó los ojos.

-Si claro, seria.- me recargué en mi costado para poder observarlo a la cara.- Quédate conmigo esta noche.- pidió.

-¿Por qué me iría?- respondí.

Por una apuesta. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora