Por una apuesta. (Cancelada)

Capitulo 12.

Lo siento!!! Lo siento. Lamento no haber actualizado antes y dejar la historia así. Pero en vista de que he recibido muchas amenazas de suicidios y esas cosas pues me puse a traducir rápidamente. Hahahahahaha las quiero mucho en verdad y gracias por leer ❤️
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Harry, Jennifer y yo estábamos escondidas en el baño de mujeres luego de que Harry nos consiguiera unas bebidas y me informara de que Russell estaba buscándome afuera. Nos las arreglamos para escabullirnos del lugar mientras hablaba con Jack.

-Tienes que irte.- dijo Harry. -No puedes ni caminar en línea recta, ¿cómo puedes lidiar con él?- estaba apunto de protestar cuando me si cuenta que siquiera levantar mi brazo afectaba mi equilibrio. Jennifer me tomó del brazo para estabilizarme.

-Harry tiene razón, Al. Deberías irte.

-¿A dónde?- pregunté.- ninguna de nosotras puede manejar de regreso a casa porque estamos bastante ebrias, y tampoco podemos llamarle a alguien porque nos va a ir peor.

Harry regresó de checar que Russell no estuviera cerca.
-Podemos pedir habitaciones para esta noche y nos vamos en la mañana. No importa a que hora nos levantemos, mañana es viernes.

-El profesor Carlton puede llamar a nuestras casas.- dijo preocupada Jennifer.- Quiero decir, es lo suficientemente joven como para saber que estuvimos bebiendo toda la noche. Debemos ir a la escuela mañana.

Harry la miró incrédula.

-¿Hablas en serio? No voy a ir a ningún lado con resaca.

-Bueno, fue tu idea.- reprochó Jennifer.

Me puse entre las dos tratando de enfocarlas correctamente.

-Basta, ya. Rentaremos habitaciones para esta noche y ya pensaremos que hacer por la mañana. Aunque es poco probable que alcancemos a ir a la escuela, ya saben lo que dicen: no puedes llegar temprano no tiene caso que te presentes.- Jennifer sólo me observó.

-De acuerdo. No iremos, pero eres tu la que ya está en problemas.

-Ese fue un golpe bajo.- respondí yendo hasta el lavamanos.- No me dejarás olvidarlo, ¿cierto?

-Ya, vámonos.- terció Harry.- No tiene caso quedarnos aquí toda la noche.

Después de verificar que el pasillo estuviera desierto, Harry, Jennifer y yo nos las arreglamos para llegar hasta la recepción para rentar habitaciones.

-Si, tenemos tres habitaciones disponibles.- dijo la recepcionista mientras veía su computadora.- Pero tienen que pagar ahora, es política.
Harry arrugó el ceño mientras sacaba el suficiente dinero para pagar las habitaciones.

-Toma, debería haber algo en esa política sobre tratar al huésped con respeto.- la recepcionista rodó los ojos mientras tomaba el dinero y se dirigía por las llaves.

-Habitaciones 301, 302 y 303.- anunció una vez que regresó.- Supongo que una de ustedes es Alison King, ¿cierto?

-Depende.- respondió Harry.-¿Quien pregunta?
La recepcionista me observó y yo desvíe la mirada rezando por que no fuera Russell.

-Russell Carter.- respondió confirmando mis peores temores.- Dijo que la ha estado buscando porque tuvieron un problema.

-Y así van a estar.- respondió Harry tomándome del brazo y alejandome de la recepción.

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Dejando salir un suspiro de alivio, me dejé caer en la cama tamaño king size. Me fui a tomar una ducha en cuento llegué a la habitación intentando pensar en una buena excusa para el día siguiente.

Justo cuando estaba por quedarme dormida, mi teléfono sonó. Me agaché en la oscuridad buscando mi vestido y una vez que lo encontré, mi bolso fue más fácil de alcanzar. Sorprendentemente mi teléfono seguías sonando cuando lo saqué de mi bolso, pero después de enfocar la pantallita me di cuenta de que era un número desconocido.

Lo dejé sonar.

Aún cuando guardó silencio, me quedé observándolo esperando que empezara a sonar otra vez pie ni lo hizo, en cambio saltó alerta de correo de voz.

-Alison, soy yo.- casi dejo caer mi teléfono cuando escuché la voz del profesor Carlton.-Te escuché hablando sobre esa fiesta y sé que ahí en donde estas ahora. Pero tu ex se apareció en la café preguntando por ti y tu madre le dijo. Han pasado varias horas y no has aparecido y él tampoco, puedes entender perfectamente por qué estoy tan preocupado. Llámame en cuanto recibas esto.

Pude verlo dando vueltas por toda la habitación, su teléfono apretado firmemente en su mano mientras su mente imaginaba cualquier cosa que pudiera estar pasándome en este mismo momento.

Apagué mi teléfono y me escurrí entre las cobijas. Tal vez obtendría ese beso si dejaba hervir su temperamento toda la noche.