—¿Qué se quedó contigo un rato? —Juck estaba sorprendido.
—Sí, has visto.. me trajo velas. Estaba a oscuras, daba miedo.
—¿Él o la oscuridad? —fruncí el ceño.
—Los dos. —reímos. —Pero enserio, te decía.. quiero conocer más sobre él. —enserio quería.
—Tendría que irse la luz nuevamente para eso. Eres muy tímida mujer.
—No me lo recuerdes. —acaricié mi frente.
—Piensa en algo. —dijo Juck pensando también. Un rato de silencio y nada se nos venía a la mente. De pronto, suenan unos golpes en la puerta. —¿Tú o yo?
—Abro yo, no te preocupes. —fuí hacía la puerta. No había nadie, solo una nota en el suelo. La recogí. Mire con atención afuera, no había nadie. Fruncí el ceño.
—¿Qué era o quién?
—Una carta había en el suelo. La voy abrir. —Juck asiente.
“Soy tú vecino, hombre que trajo las velas a tu casa. No pude pasar por alto tus apuntes en la mesa del comedor. También escribo y leo.”
Sonreí al leer la carta y la sencillez de sus palabras. Fuí tonta al notar la mirada intensa de Juck y mi sonrisa desapareció.
—Deben tener un Date ambos. Te imagino entre los brazos de ese guapote. —dice Juck y se ríe leve. —Mujer, me voy a trabajar. Nos vemos en la tarde.. quizás noche. Trabaja bien en tu proyecto, nada de distracciones. —besa mi mejilla y se va. Dejó de sonreír como boba y me pongo manos a la obra con el proyecto.
Pasan las horas, encargó comida. Vuelvo a mirar la nota y me percato que atrás de la nota hay un mensaje además del anterior leído junto a Juck. Lo otro decía;
“Sino es molestia, me gustaría pasar unas horas con usted en su casa. Iré en la tarde.”
Quedé sin aliento. Volví a leer nuevamente. Ya era tarde, alomejor vendría de camino. Fuí a cambiar la ropa que tenía colocada.
—Buenas tardes. —dijo al pasar. Logré cambiarme y arreglar un poco el cabello. Le dejé entrar.
—Buenas tardes igualmente. ¿Cómo está señor? —pregunte.
—Bien. Estaba pensando y me preguntaba.. ¿qué edad usted tiene?
—Tengo ventiuno. ¿Y usted señor?
—Señorita usted es muy joven. Ahora sí, ¿Cómo estás señorita? —me dedica una mirada relajada pero profunda. —Tengo ventiseis. No me diga señor. —hablaba tan relajado y comprensivo pero su mirada era sería.
—Estoy bien, gracias. Estamos en los veinte, jóvenes todavía eh. —no se ríe pero asiente.
—Entonces, ¿cuál es la temática de su proyecto señorita? —me pregunta.
—Qué.. —suspire antes de comenzar a explicar. Use otras palabras. —Es temática sexual. Ósea, el poder del hombre sobre una mujer en el acto, quiero decir, escribo algo romántico pero a la vez placentero al leer, ver y escuchar. —sonreí al saberme explicar.
—Muy interesante. ¿Ha vivido situaciones así en vida?
—... —no sabía qué decir. No podía decir que nada de eso había experimentado. ¿Qué diría él ante eso? Vergüenza daría de seguro qué sí. —Soy sincera, no he vivido tiempos, situaciones como las que iría a describir. —culminé cruzando mis piernas y suspirando relajada ahora.
—Casi siempre una persona escribe lo que desea. Es siempre así. —suspira mirando por el balcón desde su asiento adentro de la casa.
—Tienes razón.. —su mirada viaja a mí directamente, había sonado un tanto mal aquello. —He leído libros así. —me excusé atraves del segundo comentario expresado de mis labios.
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Mr. Rᥲmᥱ́ | KTH [Completa]
RomanceMr. Rᥲmᥱ́ 𝔻𝕖𝕤𝕠𝕣𝕕𝕖𝕟𝕒𝕕𝕠 𝕪 𝕔𝕠𝕟𝕗𝕦𝕤𝕠. AVISO: ¡¡¡TEMÁTICA TOTALMENTE INVENTADA!!! (¡!) Historia larga. (¡!) Temática sensible. (¡!) No copias, totalmente mía la historia. (!) Sin buscar ofender a nadie. (!) Entretenimiento, creado a la...