Capítulo 3

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Sus compañeras de turno de todas las áreas del hospital habían comenzado a salir incluído Jaebum, que pudo verla detrás de una de las columnas, al mirar un poco más vio también a ese hombre, su esposo.

-¡Suéltame o gritaré con todas mis fuerzas! Lo digo en serio.
-Grita -la reto.
Pero Estella se dió cuenta de que estaba realmente ofendido, no estaba acostumbrado al rechazo. Se quedó quieta mirándolo fijamente sin cambiar un solo momento la mirada de fuego que le dedicaba. Luego de un momento Siwon la soltó.

-Parece que no quieres escuchar mis razones.
-Creo que son más que obvias.
-No comprendo. . .
-Claro, querías continuar con tu vida promiscua y yo evitaba que lo hicieras con total libertad.
-¿Qué quieres decir? -Siwon miró su gesto y aptitud desafiante.— Comprendo— dijo por fin, no quería iniciar una pelea.

Estella había estado casada con ese hombre durante tres años, de los cuales había estado separada uno y esa aptitud suya tan indiferente era uno de los motivos por lo que acepto separarse de él.
Intuía que había otras mujeres, lo sabía por qué había cambiado su relación en muy poco tiempo.

—Estas estupenda. . .— dijo de la nada, como si no la hubiera escuchado.— con ese uniforme tuyo, estás para comerte, estas realmente muy sexy— se apartó un poco para mirarla de arriba a bajo deteniéndose en la curva de si cadera, para luego volver a mirarla a los ojos.

Estaba de broma, ¿Verdad? —pensó tratando de pasar por alto la mirada que Siwon le dedicaba.

—¿Qué crees que estás haciendo ahora mismo? ¿Tratas de seducirme? Pues no pierdas tu tiempo, soy inmune a ti ahora.

—¿Es enserio? —respondió dudando y pasándole un mechón de cabello, que había escapado de su chongo, por detrás de su oreja dejando  los dedos en su cuello por un segundo. Él sabía muy bien lo que provocaba en su cuerpo ese simple roce.— no lo creo. . .

Lo odiaba, odiaba su arrogancia, su seguridad en sí mismo, la confianza que tenía en lo que provocaba en ella, en su cuerpo, en su alma, en su corazón.

–Cree lo que quieras. Adiós Siwon.

Estella estaba pasando de largo a su lado cuando están le sujeto por el brazo.

–Ven a cenar conmigo.
—Estas loco. —trato de sacudirse su agarre.

Y, JB apareció.
—¿Estas bien Estella? —pregunto sujetándola por el brazo que Siwon sostenía.

Estella no quería dar un espectáculo allí.
—No tengo ninguna intención de cenar contigo Siwon— lo dijo mirando fijamente a sus ojos— ahora, has el favor de soltarme, estoy muy cansada y hace mucho frío está mañana.

Siwon la soltó.
—Claro, se me olvidaba que siempre estas cansada.— sonrió de medio lado, con burla.
—¿Qué?
—Nos vemos pronto doctor. —se despidió de Im Jaebum—. Adiós Ella.

Estella sintió un frío recorrerle el cuerpo, un frío que inició en su corazón al escuchar eso último que había dicho: . . . se me olvidaba que siempre estás cansada. . .

—¿Te encuentras bien Estella?

La voz de Jaebum la devolvió a la realidad.

—Si, si, discúlpame por este espectáculo.— miró hacia los lados y algunas compañeras de trabajo pasaban a su lado mirando con insistencia. Comenzó a caminar rumbo al estacionamiento.

—¿Vamos a desayunar?

Estella se lo pensó un poco, se sentía alterada todavía a causa de Siwon, necesitaba distraerse.
—aaammm. . .  Si, está bien. Vamos.
—¿A la cafetería de siempre?
—Siii. Muero por un pastel de queso con zarzamoras.
—Perfecto.

Su amigo y socio Shindong lo esperaba en el auto.
—Estella, parece estar bien.
—Lo está. Pero no quiere escucharme.
—No entiendo por qué le pediste que se separaran.
—Ni yo, créeme, ni yo.

Siwon se arrepentía cada día de haberle dicho algo como eso a Estella. Solo quería. . . Solo quería que ella. . . Bueno, tal vez ella también sentía las mismas dudas que él.

—¿Qué sucedió con la señorita Kim?
—Su padre la llevó a un hospital privado donde está muy bien atendida.
—Y, ¿El conductor ebrio? —Siwon revisaba el diario para saber si había alguna nota sobre el accidente.
—Lo detuvo la policía. —al ver qué Siwon batallaba con el diario, le dijo: —No hay nada allí, la familia de la señorita Kim lo está manejando con mucha discreción.
—¿Demandarán?
—Obviamente.
—Vamos al hospital de la señorita Kim.

Siwon había tomado como su aprendiz a la hija de uno sus clientes, un hombre muy rico a quien le llevaba algunas demandas por bienes raíces, que era el ramo a lo que Siwon se dedicaba en leyes.

En la cafetería favorita de Estella, que quedaba muy cerca de su casa, JB y ella devoraban un riquísimo pastel de queso con zarzamoras y un aromático café.

—Saber que estabas casada me decepcionó un poco Estella.
—Separada —lo corrigió.
—Sabes que me gustas— Estella río— es enserio Estella.
—Por Dios JB soy mayor para ti, eso nunca funcionaría.
—Estella. . . ¿Por que te separaste de tu esposo?
—Im Jaebum, prefiero no hablar de eso.

Debía ver a Estella de nuevo, debía encontrar un pretexto para acercarse a ella. Debía hacer que lo escuchar y recuperarla de nuevo. La extrañaba.

Una vez en su casa, Estella se dió una ducha para luego caer de bruces en la cama, así como un Cristo crucificado quedó dormida.

Despertó para comer, no era agradable comer sola ni siquiera le daba hambre, la mayoría de las veces solo tomaba café. Esta vez se le antojaba un poco de pasta.
Se sirvió un porción en un plato y fue a comer frente al televisor, apenas había dado un par de bocados cuando el timbre de la puerta sonó.
Extrañada, por que no recibía visitas, se levantó y fue a abrir, pensó que tal vez se trataría de JB.

Pero al ver por el interfón de quién se trataba, le dió un vuelco el corazón.
Indecisa en si abrir o no, se llevó las manos al pecho por qué comenzó a subirle y a bajarle de manera rápida.

Abrió.

—Hola Ella.

Sonreía de oreja a oreja como lo haría un vendedor que aún que sabe que le lanzarán la puerta en la cara, sonríe.

—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Como sabes dónde vivo?

Sin esperar a que lo invitará a pasar el entró al pequeño estudio que Estella alquilaba, se detuvo en medio de la sala y miró todo el espacio. Era lindo y acogedor, limpio y tenía el toque de Estella, igual que su casa.

—Siempre he sabido donde vives Ella.

—Siempre he sabido donde vives Ella

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