Capítulo 10

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15 de julio del 2018

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15 de julio del 2018


Caminaba entre las personas, estaba tan agotada, no podía dormir bien después de estar vagando por las calles, cualquier cosa podría pasar si yo me atrevía a cerrar los ojos más de una hora, miraba desesperadamente a todos lados mientras permanecía en la calle, tenía una extraña sensación de que alguien me seguía desde hace unos días, sabía perfectamente que nada de esto hubiera sucedido si no me hubiera atrevido a escapar de casa, ni siquiera estaba completamente sana, no después de ver estado en coma seis largos meses, mis músculos estaban débiles al salir del hospital, había estado en rehabilitación.
Pero aquellas cartas, me robaron el sueño. Me lamentaba de mi decisión de escapar pero sabía perfectamente que, si denunciaba esto, las autoridades no harían nada, e incluso no seria tomado en serio ya que no había pistas de quién diablos lo mandaba.

Nerviosamente caminaba por las calles, ocultándome entre las personas, mi aspecto pronto me aria lucir como alguien que vivía en la calle, el calor era insoportable, no aguantaba un día más en este estado, quería estar en casa, tomar una ducha, meterme en mi casa y que mis padres me abrazaran haciéndome sentir que todo estaba bien. Dormir entre las calles, con el temor de que algo me sucedería, me hacia entrar en un estado delirante por la falta de sueño, e incluso alucinaba. Comida y agua no me hacia falta por el momento, algunas personas se habían tocado el corazón para acercarse y regalarme algo de agua y comida, claramente nunca fue mi intensión causar ese efecto.

Lastimosamente no tenia dinero suficiente para estar en un hotel económico para no estar en la calle, pero siendo yo menor de edad no me aceptaría de igual manera, no pude evitar bufar mientras seguía por la calle, de que me servía quejarme si nada se solucionaría. El calor era intenso y sentía que mi piel ardía, no me tomo mucho encontrar un inmenso árbol que daba sombra, podía ver como mi piel había adquirido un tono rojizo solo por estar un par de minutos bajo el sol.

En ese momento me di cuenta de que siempre lo tuve todo, había tenido que perderlo para darme cuenta de esto, nunca me vi estando en esta posición, sabia que tenia a mis padres y ellos me querían, pero me había resultado más fácil marcharme y dejarlos atrás con tal de que ellos no salieran afectados.

En primera no tenia idea de por que me buscaba, en segunda estaba en peligro y tercera estaba amenazada con que mi familia pagaría las consecuencias, no entendía ni una mierda, y la seguridad no funcionaba legalmente, sabia con perfección que existía la corrupción con un par de billetes, conociendo a mis padres serian mas discretos con mi búsqueda, no armarían un escándalo y provocar un revuelo por personas dispuestas a mentir con tal de recibir la recompensa que estuviera dispuesta a dar mi familia con tal de tenerme de nuevo con ellos.
Las consecuencias eran mayores con mis decisiones, el simple hecho de pensar en esto me causaba un dolor punzante de cabeza en la zona de mí frente, entre más dejaba de pensar en el tema el dolor disminuía, volví a caminar hasta que llegué a un pequeño parque, no reconocía mis alrededores, nada era familiar e incluso estaba segura de jamás ver visto este lugar. El pasto estaba mojado, pero no me importo que mi rompa se humedeciera cuando me acosté en él, ahora estaba debajo de la sombra del árbol más grande de ese parque.
Con el olor de la tierra mojada entrando por mi nariz me hiso dormirme al instante, mi descanso había sido agradable hasta que se vio perturbado por el fuerte ruido, el sonido era tan fuerte que me dolían mis oídos, tanto que me creo un dolor punzadas en la cabeza, me senté mientras cubría mis orejas con mis manos y aun así el ruido no cesaba, es como si hubiera golpes fuertes contra el pasto verde y unas tijeras fueran abiertas y cerradas con constancia.

Estaba empezando a sentir coraje porque no sabia de donde provenía aquel maldito sonido que me había hartado, me mandíbula estaba tensa, aun sabiendo que no había nada cercas, busqué quien lo provocaba, pero no encontré nada, solo estaba yo en aquel solitario atardecer. El sonido estaba tan cercas mío que por casualidad baje mi mirada al suelo, dándome cuenta de que había una hormiga caminando a un lado mío, entre más le prestaba atención podía deducir que provenía de él. Aun doliendo mis oídos los sujete y el ruido se detuvo por un momento, pero paso a escuchar como el insecto se movía para soltarse e incluso como sus tenazas se abrían y cerraban haciendo ese ruido particular.

¿Cómo era posible que fuera capas de percibir aquel sonido con tanta claridad?, me sentía agobiada con eso, que no tarde en marearme soltando aquel insecto mientras me recostaba de golpe contra el suelo, empecé a sentir miedo. ¿Qué estaba sucediendo conmigo? ¿Por qué me pasaba esto?, eran preguntas que no encontraba una respuesta.

No pude evitar soltar unas lágrimas de frustración, no tenía idea de lo que me esperaba, estaba sola y no tenia a nadie a quien acudir ni mucho menos sentirme protegida, las cartas las había recibido en el hospital, cuando salí ya no hubo más, no sabía que esperar y me decisión había sido muy drástica.

Después de ese momento siguió ocurriendo lo mismo con más frecuencia, al punto que no podía mantenerme por mucho tiempo rodeada de las personas en lugares céntricos, debido a que pasaba de manera repentina, así que se me hacia imposible conseguir cosas para saciar mi sed y hambre que empezaba a intensificarse. De ves en cuando me acercaba a los pequeños puestos para pedir un vaso de agua, que es lo único que pedía la mayoría de las veces, hubo personas que me lo negaban y otras personas que no, e incluso fueron amables con darme un poco de comida la cual agradecía infinitamente.
Así que después de lo ocurrido estaba en este parque o otros lugares donde estuviera poco concurrido donde podría encontrar un poco de paz, pocas veces me acerque a las casas donde miraba a los dueños afuera solo para pedir agua, lo cual sucedía como en los puestos de comida, aun con las negativas y malos tratos no olvide disculparme y agradecerle para marcharme.

Al cerrar los ojos, el fuego de una guerra. L1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora