—Tu piel— guardo silencio un momento—es terrible.
Mis lagrimas se derramaban sin parar, aun recordaba el dolor que sentía en esa parte, aunque había cicatrizado por completo, dolía igual que el resto de las viejas heridas.
—Por favor suéltame y te diré— apenas mi voz se escuchaba.
Tan pronto como me dejo libre me encerré en el baño, me derrumbe mientras lloraba, permanecí en el suelo sentada, sentía tanto dolor en ese momento, vi mi muñecas donde estaban esas cicatrices, aquellos grilletes que habían intentado ponerme me habían quedado grandes, así que usaron esposas, aquellas marcas eran la prueba de mi resistencia y todas las veces que intente liberarme.
Podía escuchar su respiración detrás de la puerta, también como tomaba asiento y se recargaba contra esta, solo había un silencio de su parte mientras yo intentaba calmarme, debía cumplir con mi palabra.—Ocurrió el año pasado, justo en mi cumpleaños, pedían información, pero yo no entendía— mi voz temblaba mientras aun las lágrimas descendían—insistían en que yo sabia de eso, primero fueron golpes y después termino en lo que viste—sentía como mi corazón fuese estrujado, no podía decir eso—perdí la noción del tiempo al no ver la luz del día, estuve en un cuarto oscuro encadenada, solo me sacaban para torturarme y regresarme inconsciente aquella habitación.
Mi voz volvió a quebrarse, no podía seguir, las imágenes se repetían una y otra vez en mi mente de la desgracia, me levanté y entre a la bañera, abriendo la regadera permanecí debajo del agua mientras intentaba lavar mi piel, tallaba tanto que esta termino poniéndose roja y abriendo esas heridas. ¿Cuándo podría borrar aquellas marcas que no se veían?, ¿cuándo sería el día que podría olvidar aquel día?, prefería ver muerto que permanecer viva repitiendo aquellas imágenes en mi mente sin cesar.
Podría soportar esas cicatrices visibles, podía tolerar la marca de la tortura con los cuchillos y las esposas cortando mi piel por los tirones además de lo ajustado que estaban, pero no con el abuso de ese hombre.La mayor tortura que tenia era estar viva y poder recordar cada detalle de aquel día, realmente deseaba ver perdido la memoria y vivir como si nada hubiese pasado, pero ese era un deseo demasiado avaricioso del cual no merecía tener. Tal vez la muerte era un lujo y una salida al infierno, pero ahora no había un obstáculo.
Reaccione rápido, aun estando debajo del agua, pare de tallar para ponerme de piel y salir, ahí estaba la salida, mire fijamente al espejo, odiaba lo que veía, arranque ese reflejo, para aventarlo contra el suelo viendo el momento en que este se hacia en pedazos soltando trozos. Era ahora o nunca, tirándome al suelo rápidamente buscando el trozo más grande, se sentía como cuando peleabas por tener los mejores dulces después de que la piñata hubiese sido rota.
No importaba cuantos trozos rompieran mi piel mientras los esparcía buscando el trozo grande, hasta que lo vi, era como ver la luz que tanto necesitaba, aun temblando pude sonreír, podía acabar ahora, con mi mano derecha lo sujete tan fuerte sintiendo la sangre caliente salía, llevando la punta filosa del lado izquierdo, un ligero quejido salió cuando finalmente rompió mi piel mientras ejercía fuerza, sería rápido, me mire en aquellos trozos, sonreí genuinamente mientras las lágrimas salían.
—Uno, dos, tres, el tiempo acabo—dije para mí misma.
El dolor era mejor, lentamente empecé a moverlo hacia mi derecha, avanzaba hasta que fui derribada contra el suelo.
—¡NO! —grite desesperada mientras intentaba volver a tomar aquel trozo.
—Maldita sea, ¡estas locas! —exclamo al ver sangre manchando el suelo.
Luche por salir debajo y tomarlo de nuevo, mi mejilla estaba fuertemente presionando el suelo mientras veía mi única salida dejos de mí, llore tan fuerte que me dolía, por mas que extendía mi mano hacia ese trozo no me movía ni un centímetro, mi vista se volvía borrosa
lentamente haciéndome difícil enfocar.—Dense prisa maldita sea—Damon dijo mientras hablaba por su celular y mantenía inmóvil debajo suyo a Yadira—esta sangrando, espero ver sus putos traseros aquí en poco tiempo o hare rodar sus malditas cabezas.
—Tranquilícese, en este momento esta un auto yendo a toda velocidad.
—¿Cómo diablos voy a estar tranquilo?, cuando e visto que tena un trozo de espejo cortando su cuello.
—Entiendo que este preocupado, pero en este momento debe asegurarse de que ella siga viva.
—Carajo—dejo caer el celular para voltearla—maldita sea, Yadira, puedes oírme.
Llevo su mano al cuello donde estaba la herida y hiso algo de presión, sus ojos yacían cerrado, aun podía sentir el pulso mientras tenia su mano en el cuello, se mantenía estable pero la sangre no se detenía de salir. Al percatarse de que había una especie de zumbido voltio a ver su celular el cual volvió a tomarlo y escuchar.
—¿Sigue ahí?
—Si aquí estoy.
—¿Cómo se encuentra ella?
—Esta inconsciente, pero estable.
—Muy bien, el vehículo ya ha llegado, ellos subirán, así que esté tranquilo.
Al escuchar sus palabras escucho el ruido, terminando la llamada al instante, mantuvo el celular en su mano mientras esperaba.
—Estamos aquí— alzo la voz para que llegaran mas rápido, pronto aparecieron los hombres.
—¿Cómo se llama y que edad tiene?
—Su nombre es Yadira, esta inconsciente, no lose puede ser diecisiete o dieciocho años.
—A la cuenta de tres quitaras tu mano y yo tomaré tu lugar, ¿entiendes? —pregunto paramédico.
Damon asintió, después de eso se hiso la acción, eran dos los que habían subido, pero pronto por la radio se pidió que viniera el otro para movilizará, la camilla esperaba en la primera planta, así que hicieron todo rápido y bajaron con ella manteniéndola segura en la tabla hasta colocarla en la camilla y salir para luego subir, Damon no se alejo ningún momento pues debía acompañarla.
El camino era largo hacia el hospital, así que dieron instrucciones para que fueran recibidos de inmediato, Damon sostenía la mano de Yadira, a pesar de estar manchado no quiso soltarla.Uno de los parámetros hacia presión en la herida mientras el otro había colocado las máquinas para tomar su pulso y una intravenosa, estaba pendiente al monitor, el único ruido que había era la sirena prendida.
ESTÁS LEYENDO
Al cerrar los ojos, el fuego de una guerra. L1
General FictionEn edición Sinopsis De ser una joven tranquila con una vida sencilla, rodeada de una comodidad envuelta por la presencia de su familia, amando y valorando lo que tenía, a terminar siendo una extraña, rodeada de peligro y con el único objetivo, sobre...