Un sonido agudo es lo primero que escuché, sintiéndome desorientada, hice un intento de abrir mis ojos, pero mis parpados pesaban demasiado, incluso a través de ellos podía detectar la luz del exterior.
Ese maldito sonido era terrible, intenten moverme, pero no logre nada, incluso tenía la sensación de pesadez, lentamente abrí mis ojos logrando ver una luz cegadora, parpadee en varias ocasiones y lentamente para poder ver con mayor claridad, era algo borroso hasta que distinguí el vidrio encorvado. Aún seguía ese zumbido en mis oídos, no sabia donde estaba, ni siquiera reconocía ese techo alto y gris, no podía ver mucho en la posición en la que me encontraba, quise levantar mis manos, pero algo me lo impedía, ni siquiera el torso podía moverlo de su lugar, con la poca movilidad intenté fijarme.Me agite de solo darme cuenta en donde me encontraba, empecé a moverme con mayor brusquedad entre más despertaba, sentía como si el aire me faltara, tan reducido, voy a morir, es todo lo que podía pensar, mi piel quemaba por cada tirón que daba, pero no importaba, hasta que logre soltarme de esos grilletes de piel, use mis puños para golpear el vidrio, quería salir de aquí lo antes posible.
Cerré mis ojos en el momento que escuché como crujía hasta que finalmente se rompió sintiendo cada trozo caía en mi cuerpo incluso algunos terminaron en el suelo, di una larga respiración cuando ya no hubo ningún impedimento al exterior.
Arranque lo que sujetaba mi cuerpo para sentarme y terminar quitándome los grilletes de mi tobillo, terminé en el suelo cuando sali donde me tenían, aun salía humo de adentro mostrando lo frío que estaba, puse mi frente contra el suelo intentando recuperarme del mareo que tuve, lentamente iba disminuyendo el ruido de mis oídos.Empecé a respirar con regularidad mientras volvía abrir mis ojos y despegaba mi frente intentando levantarme, una mano pálida apareció ante mi vista provocando que alzara mi mirada para encontrarlo.
—Vamos, toma mi mano— su voz era grabe mientras veía a la joven a los ojos.
Damon, era él.
Verlo ahí de piel me dejaba desconcertada, su cabello era mas corto de lo que recordaba, parecía que su cabello se veía aun mas negro de lo que recordaba, su mirada era más pesada, esta vez, su iris lucían de un azul más oscuros.
—¿Acaso notas lo apuesto que soy? —dijo mientras dejaba salir una sonrisa que apenas dejaban ver sus dientes.
—Estúpido— exprese molesta.
De un golpe alejé su mano mientras me ponía de pie lentamente, di un paso hacia atrás cuando sentí como mi cuerpo le costaba sostenerse. En este momento no tenia cabeza para formar preguntas para saber porque precisamente él se encontraba aquí.
—Vamos fiera, no es el momento para que actúes así— su sonrisa había desaparecido, pero aún no apartaba su mirada de ella.
—Tú— solo pude decir esa palabra mientras mi mandíbula se tensaba mientras me contenía de decir algo peor—no me vuelvas a llamar fiera— sentencié.
Miré a mi alrededor, pero aun así todo seguía siendo desconocido para mí, estaba descalza, sintiéndome mejor que hace un momento atrás, decidí avance, mientras llevaba mi mano a mi pecho en un intento de sentirme segura, me detuve, volví a llevar mi mano a mi pecho intentando agarrar ese collar, pero no estaba.
Pase mis manos por mi cuello y pecho, pero no estaba, no pude verlo perdido ¿verdad?, no podía ser así, jamás me lo quitaba, mi corazón empezó a latir frenéticamente mientras baje mi mirada al suelo buscándolo, no me iría sin él.—Vámonos— tomo del brazo y tiro de el en un intento de que caminara.
—Aléjate de mí— exigí mientras me soltaba retrocediendo y tocaba donde había estado su mano—no me toques— advertí.
Di la media vuelta y regresé a buscar, lo necesitaba, pero el suelo estaba limpio, no había casi nada, una mesa metálica limpia, cajas alrededor, un cortinero medico alrededor de la capsula donde me tenían, vidrio regado a su alrededor y era todo.
Mi familia, no tengo nada.
Fue la frase que resonaba en mi mente, sostuve mi cabeza por el intenso dolor que apareció, llevándome a encogerme en mi lugar por la sensación que causaba.
—Maldita sea debemos marcharnos de aquí—murmuro Damon, mientras regresaba su vista a ella—lo siento, pero no tenemos tiempo.
Me hazlo repentinamente llevándome a su hombro, solo podía ver cómo nos alejábamos mientras mi vista se volvía borrosa. Estaba perdiendo lo que tanto estuve protegiendo estos años, pronto las lagrimas se acumularon, cayeron unas cuantas lágrimas, debía volver. Me removí y golpeé su espalda, pero solo había hecho que me sujetara con mayor fuerza y apresurar sus pasos. Después de todo deje de intentar y me resigne, sintiéndome tan débil, la adrenalina había finalmente salido de mi cuerpo.
—Tardamos demasiado— explico mientras se detenía y cambiaba de dirección, ocultándose entre las cajas mas cercanas a la puerta donde deberían salir del edificio—necesito que te quedes aquí, yo vendré por ti cuando allá despejado el camino— se mostro tranquilo mientras le decía.
Permanecí en el suelo después de que me dejara ahí, ni siquiera me importo lo que había dicho, me recosté contra el frío suelo sintiéndome vacía, mirando a la nada. Solo quería mi collar, era la esencia de mi familia, sus voces se estaban perdiendo de mis recuerdos, al igual sus rostros estaban desaparecían.
—Pero si estas aquí— expreso un hombre corpulento— era claro que no irías tan lejos después de todo, no tienes nada de intimidante.
El hombre la veía mientras bajaba el arma, al verla en el suelo y con la mirada perdida, pudo asegurar que no había podido irse, dos semanas había bastado para tenerla en un estado tan débil, incluso al verla así le dio lastima, le parecía ridículo las precauciones que habían tenido para tenerla, guardo su arma y no dudo levantarla.
—Te van a matar si te mantienen sin comer— dijo para sí mismo.
Había visto a sus compañeros correr mientras le gritaban que se hiciera cargo de encontrar a la chica, habían visto como alguien ajeno a su grupo y compañeros entro al edificio donde la tenían resguardada hasta que llegara el gran jefe, los demás buscaban al intruso, pensó que tal vez sería una búsqueda interesante con la chica, pero al verla de esa manera considero que ver dejado volar la imaginación había sido una pérdida de tiempo pues tal vez cazarla sería mucho mejor experiencia.
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Hola que tal, soy yo de nuevo, después de un largo bloqueo de escritura e regresado para seguirles dando capítulos por semana, mis intenciones son darles actualización los días martes, espero que les guste la historia, nos vemos en el próximo martes con un capítulo más 😄.
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Al cerrar los ojos, el fuego de una guerra. L1
General FictionEn edición Sinopsis De ser una joven tranquila con una vida sencilla, rodeada de una comodidad envuelta por la presencia de su familia, amando y valorando lo que tenía, a terminar siendo una extraña, rodeada de peligro y con el único objetivo, sobre...