Capítulo 13

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—No hagas eso, me terminaras matando de un susto— expreso agitada

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—No hagas eso, me terminaras matando de un susto— expreso agitada.

Por mi parte no hubo palabra alguna, solo la observaba.

—¿Qué haces ahí de pie?, ven a sentarte— la guío a la silla—tu dame esto, me encargare de lavarla y cuando esté listo te la devuelvo—me sonrío.

Tome asiento como lo indico, simplemente esperando, olía tan delicioso que estaba ansiosa por probarlo, ya me sentía mejor después de aquel baño, regreso y termino la comida para posteriormente servirla.

—Espero que sea de tu agrado, provecho.

Permanecimos en silencio las dos, comí esta vez mas lento haciendo que fuera más fácil poder comer lo suficiente hasta quedar satisfecha, me sorprendí de que halla podido comer todo lo que había en el plato aun después de ver comido los burritos. Me recargue en el respaldo de la silla mientras dejaba salir un suspiro de satisfacción, incluso mis ojos empezaron a pesar tanto que se cerraban por si solos.

—Te ha dado sueño después de comer— menciono—que raro es ver que pudiste comer todo aun de ver comido los burritos momentos a tras.

—Tenía hambre— admití mientras intentaba mantenerme despierta.

—Te llevare a la habitación vacía para que descanses.

Me guio al cuarto, estaba ordenado pero muy vacío, supongo que no se usaba mucho, tan pronto como me senté en aquella cama blanda me acosté y me acomode.

—Descansa— se escucho esa voz a lo lejos.

(...)

—Despierta.

Dijo una voz en mi oído, pero estaba demasiado cómodo como para abrir los ojos, e incluso iba a pasar de largo.

Despierta— la voz era masculina y ronca.

Fruncí el entre cejo al escuchar eso, abrí los ojos justamente cuando alguien se acostaba detrás de mí, me puse rígida para después sentir como una mano masculina pasaba por encima de mi estomago para sujetarme y acercarme, intente guardar la calma, pero la estaba perdiendo fácilmente.

—Que bonita eres, no puedo creer que te allá escondido aquí— hablo con recelo el hombre—incluso hueles tan bien.

Había estado durmiendo sobre mi costado derecho, así que era fácil para él tener su nariz apegada en mí nunca, no sabía cómo había tenido esa manta, el sonido de la lluvia chocar con el techo se volvía más fuerte. ¿qué debo hacer?, ¿cómo llego este hombre?, fueron las primeras preguntas que pasaron por mi mente.

—Tu cuerpo será tan bonito como tú— hablaba consigo mismo.

Así como se había escurrido su mano para atraerme, ahora intentaba entrar a mi camisa, lo cual no pude soportar, logrando que lo empujara mientras saltaba fuera de la cama, todo estaba oscuro, apenas y podía ver, parpadeé varias veces intentando que mi vista se adaptara.

Al cerrar los ojos, el fuego de una guerra. L1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora