Capítulo 1.

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Su mirada pasó una vez más por el salón, deteniéndose sobre un hombre que había estado viéndolo por horas, y él lo había notado con facilidad, haciéndole regocijarse en sí mismo, porque eso no era algo nuevo.

Acostumbraba a que las personas lo miraran de la manera en que ese hombre lo hacía; el deseo que podía sentirse a kilómetros, sin importarle su acompañante, y él sólo le sonrió en el momento que sus miradas se cruzaron, delineando con su dedo el borde de una de las copas en la mesa, olvidándose de que más de una vez eso le fue corregido ya que era de mala educación hacerlo.

Bajó la mirada a la mesa, como si hubiera sido intimidado, y luego volvió a ver al hombre de antes, que parecía satisfecho con su acción, y él lo sabía, siempre funcionaba, casi pudiendo hacer una cuenta mental antes de verlo levantarse de su silla, y caminar en su dirección, y ciertamente, sabía que se tomó más tiempo del que eso pasaría, sin embargo, su sonrisa no se desapareció de sus labios al tenerlo frente a él.

—Buenas noches, soy Dean Smith.

Su sonrisa se amplió al escucharlo, y ver que colocaba una mano en el espaldar de una de las sillas, pareciendo que en cualquier momento se invitaría a sí mismo a sentarse, y él no tenía problema con aquello, sino que se mostró casi intimidado, ya que parecía ser una actitud que le gustaba al otro hombre.

—Taemin.

Extendió su mano al hombre, el gesto ahora le parecía tan natural, de hecho, le sorprendió un poco que Dean no hubiera hecho eso cuando se presentó, sin embargo, al tomar su mano, la sostuvo por más tiempo del necesario.

—Mucho gusto, Taemin, ¿te importaría si me siento?

Dean hizo un gesto hacia la silla en la que había colocado su mano antes, y Taemin sabía que eso sucedería, que el hombre se terminaría sentando en su mesa.

El hombre no estaba mal, su cabello negro, rasgos definidos y fuertes, y su piel un poco bronceada le resultaban atractivos, al igual de que no parecía tan mayor, pero tenía ese aire de empresario que no le importaría gastarse una fortuna por algo que deseaba.

—No, adelante.

Lo vio sentarse, y cómo se mostraba tan seguro, pasando sus ojos por todo el salón antes de volver a estar sobre él, como si estuviera asegurándose que no serían interrumpidos.

—Te vi con el señor Ahn, ¿eres familia de él?

Sonrió ante la pregunta, estaba acostumbrado a ello, y podía mentir, decir que sí, pero no quería hacerlo, inventarse toda una vida que después sería descubierta, era innecesario.

—No.

—Pensé que eras su hijo.

Su sonrisa se amplió y bajó la mirada, porque sabía hacia dónde iba eso, era un comentario que siempre estaría presente para asegurarse de la relación que había entre Ahn y él, después de todo, el hombre tenía cincuenta años y podría ser su papá, sólo que él sería el hijo escondido de quien nadie sabía, ya que no tenía hijos en realidad.

—Chil Hyun y yo sólo somos amigos —se encogió de hombros.

»Y antes de que pregunte, vine con él, porque... bueno, estaba en la ciudad y él dijo que esto sería divertido —se inclinó hacia adelante como si fuera a decirle un secreto —pero no lo es.

Dean rió al escucharlo y Taemin estaba complacido por eso, ya que era una buena reacción hacia a sus palabras, y se hubiera preocupado si en lugar de reír, estaría serio, aunque no era importante realmente, ya que el otro hombre se podría levantar y retirar sin problema alguno, y le daría lo mismo, esa noche sólo quería divertirse un poco, aunque sabía que Chil Hyun no iba a estar muy feliz, pero creía que debía de darse cuenta que no podía controlar su vida, no tenía ese derecho.

Seducción letal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora