Podía sentir un peso extra en la cama, que le hizo abrir los ojos cuando su rostro fue llenado de besos, y una voz demasiado aguda pidiendo-exigiendo que se despertara, al igual que el pequeño cuerpo casi saltando demasiado eufórico, que le dejó claro que con esa energía no podía competir, y que no le quedaba más opción que obedecer, ¿desde cuándo cinco años eran capaces de competir con cuarenta y uno casi cuarenta y dos?
—Ya estoy despierto —murmuró cerrando sus ojos.
—No cierto, papi, debes despertarte.
Unas pequeñas manos se colocaron en su brazo agitándolo con fuerza, haciéndole preguntarse sobre cómo era posible que aquel pequeño y escuálido cuerpo pudiera tener tanta fuerza.
—Cinco minutos más...
Abrió un poco un ojo para ver aquel ceño fruncido que conocía bien, y los brazos cruzados que decía que su respuesta no era bien recibida, pero él ya lo sabía, por eso lo hacía.
—Eres un vago, papi... todo tengo que hacer yo...
Vio un mohín profundizarse en sus labios dejando claro su humor, y él rió, abriendo sus ojos y darle tiempo de reaccionar tomó su pequeño hasta dejarlo en la cama y le hizo cosquillas, escuchando la risa inundar toda la habitación, pero esa era una de sus típicas mañanas de sábado, cuando no tenía que ir a la oficina, y podía despertar un poquito más tarde.
—¿Quién es el vago? —Preguntó haciéndole más cosquillas —me parece que Yong es la vaga de la casa.
—No... es cierto... yo soy muy trabajadora... —dijo entre risas.
Había escuchado esa frase tantas veces pero el efecto que tenía en él seguía siendo el mismo, causándole ternura porque su hija de cinco años era la "ama y señora" del apartamento, dándole órdenes que él no dudaba en cumplir, a menos que debiera corregirla, porque estaba intentando criarla bien, hacía lo mejor que pudiera, y hasta el momento pensaba que hacia un buen trabajo como padre.
—¿Tienes hambre? —pregunto deteniéndose de hacerle cosquillas.
Yong asintió, y él la tomó en brazos incorporándose de la cama para luego salir de la habitación con la niña en brazos, dejándola en una silla de la barra de la cocina para buscar algo en la alacena que fuera fácil de preparar y que a su hija le gustara, y no fue difícil elegir hacer panqueques porque sabía que a ella le encantaban, siempre parecía feliz de comerlos.
La escuchó cantar una canción que hace algunos años hubiera sido desconocida para él, pero con su hija tuvo que aprender sobre canciones infantiles, en algunas ocasiones tuvo que reemplazar las noticias o documentales por programas de dibujos animados, y todo por complacerla, porque amaba verla reír y no le importaba sacrificar un poco de lo que él acostumbraba.
—Papi —dijo ella sonriendo tiernamente —¿podemos ir al parque?
En realidad la pregunta hasta parecía demás, porque cada sábado por la mañana llevaba a su hija al parque, viéndola jugar con niños de su edad porque Yong podía ser muy sociable cuando quería, y en otras ocasiones algo caprichosa, pero la amaba así como era, incluso si Chae Young se quejaba diciéndole que él la consentía demasiado, pero era su culpa cuando no la obedecía a ella.
Cuando terminó de preparar el desayuno sirvió los panqueques un vaso de leche con chocolate con chocolate para ella, y para él mismo fue sólo un té negro porque le parecía que todo se volvía demasiado dulce después.
Vio a Yong comer, manchándose las manos y el rostro un poco, pero no importaba, porque cuando el desayuno terminó, la bañó a pesar de saber que al regresar del parque el proceso se repetiría, sin embargo, había aprendido que no podía restringirle la diversión a su hija sólo por un montón de ropa sucia.
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Seducción letal.
FanficTaemin sabía que ya no tenía quince años, pero eso no había hecho que dejara de ser bonito, porque su encanto no se había ido, seguía siendo letal, lo podía notar cuando sonreía y las miradas se posaban en él y más de un hombre estaba dispuesto a cu...