Estaba sorprendido por la manera en la que Yong había aceptado a Taemin, desde que despertó los observó en silencio, en como el joven cedía con facilidad a las ideas de la niña en los juegos, y ésta ni siquiera lo había invitado a él a jugar con ellos como solía hacer casi siempre cuando había alguien nuevo en casa.
El único momento en que Yong se alejó de Taemin, fue para decirle a su papá que tenía hambre, y él le pidió que comiera una fruta mientras pedía la cena, una de las cosas que a Chae Young no le solía gustar, pero no podía culparlo si a veces prefería comprar lo comida en lugar de prepararla, aunque con diferencia del pasado, podía cocinar platos sencillos para sus hija.
Min Ho había estado intentando ignorar a Taemin, pero no podía hacerlo fácilmente cuando Yong se abrazaba a él como si se conocieran de años, y el joven cedía con facilidad a la niña, algo que ni siquiera en el pasado lo vio hacer ni siquiera con sus hermanos, sin embargo, sabía que no podía confiar en él, si había ido ahí, era porque algo quería y aquella empatía a su hija, podía no ser verdad.
Yong le dio una mordida a la manzana que Min Ho había lavado para ella y luego la acercó a los labios de Taemin, que sonrió y dio una pequeña mordida a la fruta, sin embargo sus ojos no estaban viendo a la niña, sino al papá de ésta, que cuando Choi no notó apartó la mirada, viendo como su hija parecía haber perdido el interés en los juguetes y ahora le mostraba una película de dibujos animados que le gustaba, invitándolo a que la viera con ella.
Min Ho había pensado que deshacerse de Taemin iba a ser fácil, quizás una distracción de Yong y podría echarlo del apartamento, pero ella parecía tan feliz alrededor del joven, y en realidad, Lee era una de las personas que Choi hubiera preferido que se mantuviera alejado de su hija, pero después de ese día no iba a permitirle que estuviera cerca, en esa ocasión fue porque estuvo dormido, incluso regañaría a la niña por haber abierto la puerta a un desconocido y sin la supervisión de un adulto.
La comida llegó media hora después y aunque Min Ho prefería no compartir la hora de la comida con Taemin, no tuvo más opción que colocar un plato más para él, distrayéndose un momento como para no notar que Lee lo estaba viendo, porque él sabía que todo el tiempo estuvo siendo vigilado, como si pudiera hacerle daño a Yong, si hubiera querido eso, mientras Choi dormía era el momento perfecto, no ahora que podía defenderla.
—Vuelvo en un momento —susurró Taemin a la niña.
Yong en ese momento no estaba interesada en Taemin, sino en su película favorita, porque sólo apartó la mirada de la televisión un momento antes de tener toda su atención otra vez en ella.
Taemin se detuvo al otro lado de la encimera, viendo a Min Ho servir la comida en platos, cuando él hubiera comido directamente del envase que llegó ésta, pero cada quien tenía costumbres diferentes, esa la adquirió de uno de sus amantes en esos seis años que estuvo lejos.
—¿No piensas hablarme? —preguntó en un tono bajo.
Min Ho levantó la mirada de los platos y eso bastó para que Taemin tuviera una vez más claro que no era feliz con su presencia ahí, pero tampoco había creído que Choi lo recibiría con los brazos abiertos, la posición de éste quedó clara la primera vez que estuvo ahí en ese día, cuando sólo hablaron en el pasillo.
—¿Qué quieres que te diga?, ¿Mi deseo por echarte del apartamento y que no puedo hacerlo por Yong? —dejó en la encimera la comida que servía.
»No sé qué estás buscando, Taemin, pero aquí no lo vas a encontrar.
—¿Cómo estás seguro de eso?
Taemin tomó una nueva cuchara y terminó de servir la comida que Min Ho minutos antes lo hacía, y esa sola acción hizo que Choi se enojara, no sólo con Lee, sino con él, porque pudo echarlo, pero no lo había hecho, sino que dejó que el hiciera lo quisiera, de la misma manera que en el pasado, sólo que en ésta ocasión ya no era ciego, sabía de lo que era capaz el joven que tenía frente a él y de lo que se valía para conseguir lo que quería.
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Seducción letal.
FanfictionTaemin sabía que ya no tenía quince años, pero eso no había hecho que dejara de ser bonito, porque su encanto no se había ido, seguía siendo letal, lo podía notar cuando sonreía y las miradas se posaban en él y más de un hombre estaba dispuesto a cu...