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Elisa

Eran como las 7 cuando decidí volver al hotel.

Ya estaba un poco mejor. Sólo estaba segura de una cosa y es que iba a romper con Jandro de una vez por todas.

Le quería mucho, de verdad le quería. Pero no podía permitir que me pisara aún más de lo que ya lo había hecho.

Esta mañana ni siquiera se levantó para ir a desayunar conmigo.

Lo llamé a las 10 y me dijo que seguía en el hotel y que recién se despertaba. Que debía pedirme una disculpa pero no iba a venir a desayunar conmigo, no me sorprendió.

Fue ahí que me di cuenta que no había una cosa que él hiciera que me ayudara a querer quedarme a su lado. Sin embargo había muchas para dejarlo.

A penas puse un pie en el hotel, Valentín que estaba ahí parado se acercó a mi

— ¡Che, ¿se puede saber donde mierda te metiste?! —gritó— me cagué boluda, creí que algo te había pasado —me abrazó
— Nada, fui a caminar por ahí y me pasó el tiempo volando te lo juro —hice una mueca— voy a subir a cambiarme un poco y a tomar una ducha que en verdad la necesito —asintió y me dejó irme.

Para mala fortuna mía me habían asignado una habitación con Ale y no con Jan.

Abrí la puerta y me dirigí al baño. Me deshice de mi ropa y deje que el agua caliente me relajase.

Así sin más me puse a llorar de nuevo. Se me estaba haciendo costumbre.




Walls
— tío, seguro que no vas? —asentí— bueno dale, nos vemos mañana —Skone cerró la puerta y yo me quedé acostado en cama.

Quería preguntar si alguien en Argentina quería hacer algo pero sinceramente tenía menos ganas de eso que de quedarme a ver películas todo el rato.

Puse Kill Bill y me perdí un buen rato.

A cabo de una hora y media más o menos. Cuando me dio hambre decidí bajar por algo de comida.

Me calcé unos tenis, salí de mi habitación y caminé hasta el elevador.

El comedor estaba en la primera planta así que esperé hasta llegar ahí y justo cuando las puertas se abrieron vi a Elisa salir del hotel con un vestido azul obscuro y tacones negros. Subió a su taxi y se fue.

Supongo que iría a la fiesta a la que se habían ido todos.



Elisa

Les había dicho a todos que no quería ir, porque en verdad no tenía ganas. Pero fue cuestión de estar sola una hora para que me dieran ganas de ir.

Podía incluso hablar bien con Jandro y quizás hasta arreglábamos las cosas.

Caminé a mi maleta y saqué un vestido azul que había metido de más por sí acaso, esta era la ocasión. Me puse los tacones negros de tacón aguja que traía para todo y en un bolso negro metí teléfono, dinero e identificación y esas cosas.

Pedí un uber a la ubicación que Jan me había dejado y cuando me dijo que estaba cerca bajé.

No había ningún Freestyler aquí en el hotel según yo, tenía entendido que todos habían ido.

Cuando el elevador se abrió, salí y caminé directo a mi coche.

— Elisa? —preguntó, asentí. Me abrió la puerta y la cerró cuando estuve arriba.

El auto avanzó hasta el club.

En el camino recibí unas notificaciones de Snapchat, súper extraño porque yo tenía meses sin subir o hacer nada.

Los mensajes venían de una tal @kk-md

Los abrí, eran unas fotos. Esperé a que cargaran.

Al verlas me quedé perpleja. Era imposible.

Eso definitivamente era la gota que había colmado el puto vaso.

La descripción decía "No lo hago con mala intención. Pero tu novio se está comiendo a mi amiga" y adjuntado unas fotos de Alejandro besando intensamente a una chica.

Eran dos fotos, dos putas fotos las que me habían roto el corazón.

Tenía fé en que fuesen mentira, que fuesen viejas. Que fuese una broma o algo así.

— Está todo bien? —me miró por el retrovisor— hemos llegado al destino —asentí
— Puede esperar aquí, no creo tardar mucho yo... Pagaré el doble no importa —a penas y pude decir eso. El conductor me miró un poco triste y asintió.

Bajé del auto con miedo a entrar al antro. Sin embargo no fue necesario porque frente a mis ojos y frente a todo el mundo Alejandro se estaba comiendo a esa chica de vestido verde.

Pasé saliva y dejé caer las lágrimas al piso.

No podía creerlo, era verdad y lo estaba descubriendo yo misma.

Alejandro dejó de besarla y al verme abrió sus ojos a tope.

Se la quitó de encima y al verlo supe que querría venir a verme. Pero es que ahora lo que menos quería era eso.

Retrocedí hasta el auto y subí.

De la impresión de aquella escena, ni siquiera había notado que estaba lloviendo y que al subir al coche ya estaba enpapada.

¿Cuanto había durado viéndolos?

— de vuelta al hotel —no faltó que dijera más para que estuviésemos en movimiento.

Saqué de mi bolso el dinero que había cambiado a pesos argentinos y sin contarlos ni nada se los dí. Estaba segura que era suficiente para pagar el viaje de regreso y la tapicería mojada que había provocado.

— Esto es más de lo que cobro señorita —negué
— Está bien —intenté sonreír pero no pude.
— Ya estamos aquí, ¿quiere que la ayude a bajar? —me sonrió de lado
— No hace falta, muchas gracias y lamento mucho las inconveniencias —abrí la puerta y bajé del coche.

La gente del hotel me trajeron unas toallas para que me secara, pero yo no decía nada.

Quería subir a mi cuarto, pero sabía que en cualquier momento Alejandro estaría ahí y querría explicar las cosas.

— debe cambiarse o va a pescar un resfriado —me sonrió una de las señoras de limpieza.

Asentí y caminé a las escaleras.

Subí un piso, dos y en el tercero me detuve.

Ginés me miró con una mueca y se acercó

— me enteré lo de Jandro —¿pero como mierda?— lo lamento muchísimo —me abrazó sin importar lo mojada que iba— ¿quieres venir a mi habitación? Skone me ha dicho que Jandro venía en camino para acá —cerré mis ojos y asentí.

Era como un ángel caído del cielo.

Sᴇᴄʀᴇᴛs ~ Wᴀʟʟs (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora