XXXIII

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Abrí mis ojos, ardían como el demonio. A mí al rededor no había nadie, pero parecía que hubiese habido alguien.

Me puse de pie y caminé fuera, la casa estaba limpia, o eso parecía. Seguí caminando hasta toparme con un Ginés con una bolsa en la mano.

— Hey, me levanté a limpiar un poco —sonrió, me acerqué le di un beso rápido y fui a por la escoba.
— te ayudaré a limpiar —comencé a barrer el suelo, Ginés siguió levantando las cosas del suelo y acomódandolas dónde iban.
— Fue bueno ayer no? —asentí
— no sé de dónde salió tanta gente, pero estuvo divertido —reí— por cierto... —me quedé seria.
— Si? —parecía nervioso, como asustado
— Está chica... Rebeca —bajó la mirada, se acercó a mi— ¿Como supo donde vivimos? ¿Se lo has dicho tú? —le acaricié la cara
— Sí, lo siento. Me la topé en la tienda y bueno... Hablando le dije de la fiesta y eso. Lo siento —me abrazó. Sonreí
— Está bien —le di un beso— no la vi en toda la fiesta así que bien —reí.
— genial —me beso de vuelta— ¿Quieres hacer algo hoy? —me miró a los ojos
— debo ir a trabajar, entró a las 2, pero ya sabes que tardo años asi que voy a empezar a arreglarme ya —me separé.

Caminé hasta la habitación, debía tomar una ducha. Y luego debía ir al trabajo.

— Elisa, Jan sigue mandando mensajes a tu teléfono, ¿Está todo bien? —cerré mis ojos. Me había olvidado de eso.
— Amm... Yo —caminé hasta donde estaba él — ¿Tú sabias lo de ellos verdad? Lo de Javi y Jan —lo miré, él asintió.
— Lamento no decirte pero prometí no hacerlo —asentí
— Está bien, pero es que no entiendo que no me haya dicho, somos mejores amigos desde la cuna Ginés. Desde siempre —bufé— y Tania me hizo lo mismo. Me hace pensar que mis amigos tienen una idea errónea de mi —Ginés dejó la bolsa en el suelo y se acercó.
Me acarició las mejillas, sonreí con ternura
— Debes perdónarlos, no es lo mejor que te quedes con este dolor en el pecho. Además nosotros también les escondimos muchas cosas —asentí
— tienes razón, voy a llamarlo desde el trabajo —le bese los labios y volví al cuarto para tomar una ducha.



— Elisaaaa —saludo Estrimo— ¿Que cuenta Ginés? —sonreí de lado
— Todo el mundo va a preguntarme por él todo el tiempo, ¿Verdad? —se puso de pie
— Es que se nota que se quieren mucho, y bueno yo sinceramente cuando te conocí y ví como te miraba él quería que tuvieran algo. Imagino que los demás estuvieron igual —me senté en mi escritorio
— Pues... Yo estoy increíblemente feliz con él. Es un precioso, pero bueno. Dejemos eso de lado y pongámonos a trabajar. —reí y me puse a hacer cosas en mi computadora.



Ginés

Seguí con la toalla al rededor de la cadera y me senté en la cama.

Rebeca no paraba de mandar mensajes, haberla besado anoche había sido una idea estúpida. La verdad no sé porque lo hice, Elisa es preciosa, es divertida. Es todo lo que buscaba. Pero algo en esta chica me atraía no sabía que.

Ahora estoy preocupado porque no quiero perderla, y me siento como un idiota por arriesgarme.

Sacudí la cabeza y me puse de pie para ponerme algo de ropa. Elisa volvería en unas horas y quería llevarla a comer algo.

Mi teléfono no dejó de sonar mientras me vestía. Debía bloquear a Rebeca ya.

Terminé de vestirme, tomé mi celular y revise las notificaciones.

@beca.ss: Ginés... ¿Podemos vernos otra vez? necesito que hablemos del beso.

@jandro.mc: hermano, debo confesarte algo que pasó cuando Elisa estuvo aquí...

Abrí de prisa su mensaje.

@wallsssssss:
Dime

@jandro.mc: mira, yo no sé si ustedes ya eran algo. Pero la he besado, nos hemos besado antes de que se fuera.

Ahora estaba confundido, y enfadado.

Elisa no me habló de eso, me lo ocultó. Debió decírmelo.

Arrojé el teléfono contra la pared. La puerta me hizo girar la mirada

— ¿Ginés estás bien? —su voz se hizo presente— ¿Que fue ese ruido? —entró a la habitación.
— ¡¿Tenías planeado decirme lo de Jandro algún día?! —la miré molesto, ella bajó la mirada
— Te juro que yo no quería, me tomó por sorpresa pero me alejé al momento. Sé que debí decirte, lo sé —se acercó— lo siento mucho —con sus manos me hizo mirarla— Ginés, lo lamento —tenía ojos llorosos. La aparté
— No... No puedo verte ahora Elisa, me molesta tu presencia —pase por su lado y salí de casa. No quería verla. Me hacía daño.



Jan

— Oigan —Javi alzó la voz y todos los presentes lo miramos— creo que debemos ir a ver a Elisa —enseñó su pantalla.

— ¿Pero que ha pasado? —se acercó Tania

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— ¿Pero que ha pasado? —se acercó Tania. Eude se quedó pensativo. Sin decir nada solo mirando a la nada.
— No lo sé, voy a llamar a Ginés —Javi fue a la cocina
— yo llamaré a Elisa —dije yo— espero que conteste esta vez —suspiré.

Saqué mi teléfono y marque su número.

— Jan —sonaba mal, estaba llorando y era obvio— lamento no haberte llamado antes, lamento haberme enojado por una estupidez. No me importa que no me hayas contado, no quiero estar molesta contigo más tiempo —sonreí de lado
— no hay resentimiento por nada Elisa, ahora —me detuve— ¿Qué ha pasado? ¿Por qué esa story?
— Ay Jan —suspiró— la he cagado. Cómo siempre arruino todo lo bueno que tengo. Cuando fui a México a por mis cosas Jandro y yo... Bueno, él me beso. Yo me alejé es obvio, pero no le conté eso a Ginés. No le dije nada y ahora de alguna manera se ha enterado... Se ha ido a no sé dónde hace como 3 horas —mordí mi labio para evitar las lágrimas, odiaba escucharla así.
— Voy para allá Elisa, no te preocupes —mi voz estaba rota. En verdad odiaba que Elisa llorara. Era mi hermanita, no me gustaba verla mal.
— te espero —dijo— voy a pedir comida porque o hay nada. Necesito una tarde de twins como antes —reí bajito
— voy en camino

Sᴇᴄʀᴇᴛs ~ Wᴀʟʟs (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora