XXXV

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Elisa

— Esas cajas van arriba —apunté, la mudanza ya habia cogido mis cosas y ahora estaban en casa poniéndolas donde iban. Ginés había salido a caminar por la mañana y yo estaba indicando donde iba cada cosa.

Suspiré y me senté en el pequeño sillón que había en la sala. Mis cosas eran lo que está casa necesitaba. Un par de sillones grandes, algunas cosas de cocina. La mesa del patio... Mis cosas.

Mi teléfono empezó a sonar, miré en la pantalla.

Eude

Iba a contestar cuando paró de sonar. Alcé los hombros y seguí mirando a los hombres que bajaban las cajas.

Llevas puesta la camisa de Ginés que llevaba puesta él ayer y un short pijama. Además de llevar pantuflas. Era mi día libre iba a aprovecharlo al máximo.

Nuevamente mi teléfono sonó, está vez en la pantalla aparecía un "Estrimo"

Heeeey —siempre sonaba feliz, eso me hacía feliz a mi.
— Holaaa —respondí
— ¿Se han arreglado ya? —sonreí
—Sí, ¿Como lo sabes? —pregunté un poco divertida
— Ginés ha pasado por aquí en la mañana, se le veía feliz —me daba gusto que estuviéramos mejor— así que han follado— estallé en risas, amaba está nueva relación de amistad que había entablado.
— Fue una buena reconciliación —alcé los hombros— nos extrañábamos mucho. De verdad
— me imagino, ¿Cómo va la mudanza? —preguntó
— están por terminar, debo desempacar y luego debo limpiar —bufé
— Voy para tu casa, he terminado el trabajo ya. Me da tiempo de ayudarte un poco —sonreí
— vale, te espero —hizo el hmm y colgué.

Me puse de pie para ver cómo iban, un chico se acercó y me dio la última caja en las manos.

— aquí está —sonrió
— Muchas gracias —lo hice de vuelta— ¿Quieren beber algo?
— No, está bien... La compañía le agradece contactarnos y esperamos que haya sido un excelente servicio —asentí— nos vamos entonces —se dio la vuelta y subió al camión.

Cerré la puerta y corrí arriba. Eran las cajas que quería desempacar primero. Tenía mi ropa, algunas cosillas.

Conforme las iba sacando iba poniéndolas en la cama, más tarde debería lavar todo.

El timbre de la casa de interrumpió. Bajé a abrir.

— Hola —susurró, la miré extrañada. ¿Qué hacía aquí?
— ¿Puedo ayudarte en algo? —alcé las cejas
— Elisa lamento mucho lo que ha pasado, pero no puedo vivir con este sentimiento de culpa más tiempo —tenía intriga, y miedo.
— pasa, hablemos dentro —me hice a un lado. Ella entró y cerré la puerta tras de ella.

Caminé hasta el sillón, le hice un gesto para que se sentara y lo hizo.

— Ahora sí, ¿Que decías? —ella pasó saliva.
— Me he estado acostando con Ginés —bajó la mirada— el día de la fiesta Ginés y yo nos besamos un par de veces y Eude nos vio. Creí que te diría y bueno... Aunque me hacía sentir mal de igual modo al menos ya no debía ocultar nada. Pero no fue así, y la semana siguiente Ginés estuvo viniendo a verme. Teníamos sexo casual siempre se acordó que no pasaría nada más entrar nosotros —no podía creer lo que escuchaba.
— ¿¡más?! —la miré sin creerlo— ya sé estaban acostando, ¿Que más podía pasar entre ustedes? —cerré mis ojos y dejé que más lágrimas cayeran. Me sentí fatal.
— Lo lamentó mucho Elisa, yo... Creo que debo irme —no la miré, solo escuché sus pasos hasta la puerta y luego la escuché salir. En definitiva no esperaba esto.

Es como... Como que sientes que has logrado formar una relación estable, que es buena en todos los sentidos, que se complementan. Sientes que tienes algo perfecto. Lo mejor que puedes tener y de pronto, nada es lo que parece.

El timbre volvió a sonar, miré en esa dirección.

— Elisa, soy Estrimo —suspiré y me puse de pie, abrí y la puerta, me miró y al instante los brazos de Estrimo me rodearon— ¿Que pasó?
— Ginés ha estado acostándose con otra todo este tiempo —sollocé— me hizo sentir culpable por haberle ocultado un estúpido beso cuando él estaba follando con otra —me apretó más.
— Oh Elisa, lo lamentó mucho —susurró .— Eude sabía todo, él lo sabía y no me dijo nada. Dejó que me sintiera de la mierda durante una semana completa sabiendo lo que Ginés estaba haciendo... Me siento traicionada —mi voz estaba rota.
— Elisa, lo siento mucho. Pero por ahora me tienes a mi, ¿Vale? —me apretó— no te voy a dejar sola —nos separamos— estoy contigo.
— Gracias —hice una mueca
— Ahora, iré por comida para que te sientas mejor y luego buscaremos una solución, ¿De acuerdo? —asentí, me dio un beso en la frente y salió de casa.

Yo me quedé mirando a la nada unos minutos más hasta que la puerta me hizo mirar en su dirección.

— Hol... —me miró— ¿Qué ha pasado?
— Rebeca y tú follando es la que ha pasado —acusé— ¿Cuando planteabas decirme que mientras yo me sentía culpable por un error tú estabas en su cama follándotela sin remordimiento?
— Elisa lo lamentó mucho —se acercó, me tomó de los brazos para que lo mirara.
— no me toques por favor —me aparté— no puedo creer que me hicieras sentir como una basura por haberte ocultado un estúpido y no correspondido beso. Me hiciste creer que era una mala persona, que había cometido un grave error. Has hecho que por una semana me sintiera como la peor persona en el mundo, como una maldita egoísta que solo pensó en ella... Y mientras tú ibas por ahí follándote a otra chica.
— lo lamentó mucho Elisa, fui un idiota.no sabía lo que hacía...
— No Ginés, sí sabías lo que hacías, sabías que me estabas haciendo daño y aún así decidiste hacerme sentir aún más culpable. Sabías que mientras yo me quedaba en casa llorando por qué te había hecho daño tú estabas besando a otra. —limpié mis lagrimas
— Lo siento mucho...
— no lo hagas Ginés, no vale la pena. Y no intentes solucionar esto, lo que has hecho es algo mucho más grave que un puto beso no correspondido. Y no vale la pena que pidas perdón cuando no lo sientes... —le di la espalda y subí a mí habitación...

Sᴇᴄʀᴇᴛs ~ Wᴀʟʟs (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora