XXXVII

470 46 15
                                    

Había estado sintiéndome muy cansada los últimos días. No quería ir al médico, sinceramente ya sabía mi problema.

He dejado de comer, el apetito se me fue por completo. Me recargué en el escritorio con los codos y luego puse mi cabeza sobre mis manos.

— ¿Estás bien? —preguntó Mario, un chico que trabajaba conmigo y con Estrimo en la oficina.
— Sí, yo... —comencé a verlo borroso— voy a beber un poco de agua.

Me puse de pie, pero fue un error porque sentí mis piernas flaquear y luego todo negro.



Ginés

— Venga Ginés, desde el inicio otra vez. Por favor debes concentrarte —asentí. Desde hacía 2 semanas había estado muy distraído. Todo el problema con Elisa me tenía muy muy alterado y me distraía con facilidad de cualquier cosa para pensar en ella.

Las cosas no habían mejorado ni un poco, Elisa seguía sin hablarme y el ambiente seguía tan tenso como antes.

Tomé un sorbo de mi agua tratando de recordar el ritmo de la canción,, pero lo había olvidado.

— Amm... —suspiré
— ¿No lo recuerdas otra vez? —mi amigo Miguel que era el que grababa mis audios ya estaba frustado de la situación— Sabes que, da igual. Grabemos la voz —asentí... Esta canción me recordaba mucho a ella...

Créeme cuando te digo
que muchas veces no recuerdo lo que fuimos
que suelo caminar borracho por donde nos vimos
desorientado y perdido, sabiendo que he perdido
dándome por vencido

Y créeme cuando te digo
que muchas veces no soy consciente de lo que escribo
que tengo la garganta rota y cora partido
yo saltando al vació, llorando como crió, cantando sin sentido

Y no quiere ver, no quiere hablar
solo quiere que su alrededor desaparezca
y no sabe bien, como actuar
sigue dando tumbos, esperando una respuesta

Y quiere el pastel, quiere su pan
quiere la porción que por su parte se merezca
y quiere seguir dentro al menos hasta que amanezca
por que así se pienso que evade la realidad —era como si de pronto la música volviera a mi. Miguel me abrió los ojos sorprendido.

— ¿De dónde ha salido este sentimiento? —preguntó risueño— Esa chica sí que te hizo daño —salí de la cabina
— No... Yo le hice daño —bufé y me tumbé en el sillón. Mi teléfono comenzó a sonar. Lo contesté porque tenía el nombre de Estrimo en la pantalla

— Hey... —saludé
— Ginés, no quiero alterarte, pero... —fruncí el seño— Elisa se desmayó en la oficina... —abrí mis ojos a tope y me puse de pie— al perecer solo están ella y Miguel, no hay nadie que se vaya con ella al hospital...
— Voy en camino —no esperé un segundo, en nada ya estaba corriendo por la acera como un loco.

No estaba lejos, como 30 minutos caminando usualmente. Pero yo iba corriendo como un demente, sinceramente, jamás había corrido tanto ni tan rápido.

Me detuve un poco antes de entrar al edificio y luego sin más entré preguntando por Elisa.

Un chico castaño la tenía sobre sus piernas, estaba pálida y parecía muerta.
Me acerqué corriendo, el chico me miró preocupado y se puso de pie.

Tomé sus manos, estaban frías. La levanté para recargarla contra mi pecho. Se veía tan mal.

— la ambulancia viene en camino, hace 10 minutos que la llamamos —el chico se puso frente a mi— ¿Eres su novio? —preguntó
— Sí —respondí sin pensar, estaba demasiado alterado para pensar.

Ví la ambulancia detenerse frente al edificio, un paramédico bajó de la camioneta y se acercó a mí.

— ¿Qué fue exactamente lo que pasó? —preguntó el chico.
— Estaba muy agotada toda la mañana, se puso de pie y cayó al suelo sin más... Sinceramente no sé qué pasó —alzó los hombros. El paramédico asintió
— ¿Cuál de ustedes se irá con nosotros en la ambulancia? —alcé la mano. Me puse de pie y caminé hasta la calle con él. Otros parámetros subieron a Elisa a una camilla y luego subimos ala parte de atrás de la misma. Suspiré y volví a tomar la mano de Elisa, la apreté entre las mías con cariño, deje un beso también. Necesitaba verla despierta de nuevo... Me dolía verla así.



Elisa

Abrí mis ojos débilmente, no solo porque me calaba la luz, sí no también porque me pesaban los párpados como si llevara pesas en ellas.

Sentí la mano de alguien tomar la mía

— Tranquila Elisa, la enfermera viene en seguida —esa era la voz de Ginés— Me alegra mucho que despertaras... Estaba tan preocupado —lo miré, tenía la cara bastante cansada, como si no hubiese descansado en absoluto.
— ¿Qué pasó? —pregunté
— Te desmayaste... Aún no sé porque, pero Estrimo me llamó y bueno... Aquí estoy —besó mi mano— Ahora debo llamar a los chicos en el estudio porque seguro hoy tampoco iré —me soltó. ¿Cuánto tiempo tenía aquí?

Suspiré, por la puerta entró una chica con bata y se detuvo a mi lado

— Hola Elisa, ¿Cómo te sientes? —sonrió
— Pues... Cansada, y me duele el brazo
— Elisa, voy a hacerte unas preguntas vale... Procura ser lo más honesta —asentí— ¿Has tenido relaciones sexuales en el último mes?
— Sí
— ¿Has estado tomando el sol mucho últimamente?
— No, he salido poco —alcé los hombros
— ¿Algo que te haya puesto triste o que te haya preocupado mucho?
— Sí... —rasqué mi nuca
— ¿Has estado comiendo de manera regular? —me quedé callada— ¿No?
— No... —suspiré
— Okey, ya lo tengo —sonrió de lado— Elisa, tu sistema nervioso se deprimió por la falta de sol, eso combinado con que enfrentaste un estrés irregular y la falta de comida bajó tus defensas aún más y tu sistema colapso. Es por eso que te desmayaste al más mínimo esfuerzo. —Ginés miraba todo desde la puerta, con pena— Vas a tener que quedarte aquí unos días porque necesitamos hacer un orden regular con tu organismo. Pero estarás bien, no hay nada de que preocuparse —me sonrió, asentí.— iré a actualizar tu historial clínico. Los dejo —se dió la vuelta y salió. Ginés de acercó.

— Lo lamento Elisa —lo miré confundida
— ¿Por qué?
— Lamento haberte hecho daño y provocarte esto —sonreí
— Por dios Ginés —lo tomé de la mano, él se acercó aún mas— yo me he provocado esto, de hecho... Me ha hecho bien verte aquí. Gracias por quedarte conmigo y dejar tus cosas —me senté con dificultad— te quiero —lo miré, él sonrió y se acercó a mí para besar mis labios. Yo solo acaricié su nuca con cariño.

Los tenía abandonados 😮 perdónenme 💔

Sᴇᴄʀᴇᴛs ~ Wᴀʟʟs (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora