IX

3K 308 20
                                    

Wei WuXian tarareaba la canción más hermosa que había escuchado al mismo tiempo que acariciaba su vientre.

Esa mañana en particular no se sentía con ánimos de salir de su habitación, así que descansaba en la cama mientras, en silencio, Wen Ning le hacía compañía.

Con suavidad presionaba su estómago en un intento de detectar con mayor claridad al pequeño y precioso ser que crecía dentro suyo, muriendo de ganas por sentirlo más claramente. Pero, para que sus deseos se hicieran realidad debía ser paciente y esperar unas semanas más.

Claro que para alguien tan impaciente y activo como él aquello era una tarea difícil, misma que en ocasiones le resultaba aburrida y tediosa. Aún así se alegraba tanto como el día que supo que tendría un bebé y por primera vez sintió que había hecho (tras años de vagar haciendo cosas incorrectas) algo maravilloso.

¿Cómo sería su hijo? Se preguntaba constantemente, ¿Heredaría los claros ojos de su padre y sus largas pestañas o se parecería a él? ¿Sería tan pequeño que cabría fácilmente en sus manos? ¿Podría alimentarlo sin la necesidad de una nodriza? ¿Por qué el tiempo pasaba tan lento impidiéndole conocer ya a su amado hijo?

Bueno, se dijo Wei WuXian, era necesario esperar para poder maravillarse con el milagro que se gestaba en su interior, así que debía atesorar los días que en ocasiones se le hacían tediosos.

De esa forma sonrió al recordar la sorpresa de Lan Qiren cuando, decidido a darle tranquilidad a un alterado Lan Zhan, fue a buscarlo el mismo día que éste se fue, para finalmente saber qué era lo que le ocurría.

En un principio creyó que Lan Qiren exageraba al llevarlo a una de las cosas de curación dentro de Cloud Recesses, en especial porque su incomodidad que le resultó muy divertida. Aún así, y a pesar que deseó hacer algunos comentarios burlones al respecto lo siguió sin armar un alboroto, soltando algunas palabras sobre el agradable clima que los rodeaba.

Cuando llegaron a su destino Lan Qiren le preguntó sobre los malestares que tenía a pesar de tener una idea sobre los mismos, cortesía de su sobrino, logrando que Wei WuXian pensara que los formalismos y seriedad del tío de su esposo eran algo que al parecer todos en Gusu compartían.

Así, con calma le dijo que simplemente se sentía muy cansado y que algunos olores le eran tan desagradables que lo llevaban a vaciar el contenido de su estómago; tuvo que aguantar la risa al ver la dura mirada de Lan Qiren, adivinando que él no consideraba que algo en Cloud Recesses fuera desagradable.

—Oh, también me duelen los pechos —comentó cuando se le indicó sentarse frente al maestro.

—… ¿Los pechos?

—Sí, ¿No es raro? Nunca me han dolido a pesar que Lan Zhan a veces abusa de ellos —agregó con picardía sólo para disgustar a Lan Qiren.

Sin embargo, Lan Qiren llevó la mano derecha a su barba, como si no hubiera escuchado antes algo sobre la intimidad de su sobrino.

—¿En las caderas y vientre hay incomodidad? ¿Una sensación extraña?

—Sólo cuando llevó ropa ajustada o cuelgo a Subian en mi cintura —dijo Wei WuXian tras pensarlo un poco.

—¿Algo más…?

—Hace unos días Lan Zhan me comentó que sentía muy baja mi energía espiritual.

—Tengo entendido que eres un doncel…

—Sí, éste es el cuerpo de un doncel.

—Por favor, recuéstate y descubre tu vientre —fue la siguiente petición de Lan Qiren.

Wei WuXian así lo hizo pero no sin morder su lengua al ver la cara contrariada de Lan Qiren al notar que Lan WangJi dejó besos y mordidas en cada parte de su cuerpo.

Sin embargo, Lan Qiren era tan serio al examinarlo que le pidió le informará si sentía alguna incomodidad cuando, con tacto, empezó a presionar algunos puntos de su abdomen y bajo vientre. Wei WuXian no protestó hasta que el maestro presionó bajo su ombligo y muy cerca de su intimidad.

Lan Qiren se detuvo por un instante, centrando la dirección de sus manos hacia el lugar en específico donde había incomodidad y un casi imperceptible abultamiento.

—¿Es algo malo? Lan Zhan cree que he sido imprudente durante las cacerías, pero nadie ha golpeado mi vientre ni he sido maldecido —preguntó Wei WuXian.

—… no —contestó con seriedad Lan Qiren.

—¡Qué bien! En ese caso, maestro Lan Qiren, ¿me diría que es lo que tengo para que se lo informe a Lan Zhan y esté más tranquilo?

Lan Qiren frunció el seño antes de darle una respuesta a Wei WuXian, quien creyó que después de todo se trataba de algo malo.

—… estás esperando un niño —dijo Lan Qiren tras unos segundos de silencio.

La emoción, alegría y sorpresa de Wei WuXian se reflejaron en el brillo de sus ojos y en la enorme sonrisa que cubrió su rostro.

Vuelve a GusuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora