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Paseando por las calles de la ciudad donde varias Sectas se reunieron para una darle caza a un temible demonio devora hombres, Wei WuXian disfrutaba de su libertad.

Por lo general tenía a Wen Ning acompañándolo junto a Jin Ling y su horrible perro, pero en esa ocasión se las ingenió para escapar de ambos logrando así caminar solo.

No es que le molestara su compañía, de hecho la disfrutaba porque así mantenía su mente ocupada, sólo ocurría que de vez en cuando le gustaba hablarle a su hijo sin que nadie más supiera qué tipo de cosas le decía.

Claro que su palabrerío llamaba la atención de algunas personas que se cruzaban por su camino, preguntándose si acaso el llamativo joven de largo cabello y ropas holgadas estaba loco o algo por el estilo.

Wei WuXian los ignoraba al centrarse en decir todo lo que se le cruzaba por la mente.

—Oh, mira qué bonitos juguetes —habló agachándose frente a un vendedor de juguetes para tomar un pequeño caballo de madera pintado en blanco—. Podemos decir que éste es Lan Zhan, se parece bastante a él ¿no crees…? Y mira, aquí está su compañero, éste seré yo.

—Si se lleva los dos le haré un descuento especial —le dijo el vendedor.

—Pero si me llevó éstos tres el descuento sería más especial, ¿Cierto? —contestó tomando otro caballo gris, uno bermellón  y uno blanco con motas grises.

—¿Por qué no llevarse unos más y pagar sólo la mitad de su precio real?

—¿Quiénes podrían ser el sexto y el séptimo? —preguntó Wei WuXian observando los demás juguetes—. Ya están el serio padre, la inconsciente madre, el buen hermano mayor, el gentil general y el terco primo, así que nos harían falta los carismáticos tíos… ¿Será uno de éstos, quizás?

Wei WuXian sostuvo un caballo marrón con las patas blancas y otro blanco con una mota negra en la frente, analizándolos como si llevarlos o no fuera un asunto sumamente serio que implicaba toda su atención. También miró entre los demás juguetes algún otro caballo que le convenciera más para ser la encarnación de su malhumorado anfitrión, pero no encontró otro que pareciera estar enfadado.

—Me llevaré éstos y pagaré la mitad del precio de todos —anunció finalmente haciendo sonreír al vendedor.

Satisfecho de sí mismo, Wei WuXian volvió a caminar por las concurridas calles de la ciudad escuchando que todas las posadas estaban llenas debido al gran número de cultivadores ahí reunidos, prestando atención a la descripción de sus ropas y apariencias.

Él sabía que la Secta Yunmeng Jiang y la Secta Lanling Jin participaban en la cacería así como algunos miembros de otras Sectas respetables, pero aún no escuchaba nada acerca de los atractivos y solemnes Maestros de la Secta Gusu Lan.

Aquello lo mantenía tan feliz como triste ante la imposibilidad de encontrarse a Lan WangJi, Lan SiZhui y Lan JingYi, suponiendo que lo mejor era no verlos.

—Estos juguetes me recuerdan cuando A Yuan era un lindo niño que se colgaba de mí —comentó Wei Ying observando su reciente adquisición—. En ese tiempo lo enterré en la tierra junto a los nabos para ver si crecía más rápido, ¿tendré que hacer lo mismo contigo?

Wei WuXian sonrió al imaginarse una pequeña versión suya entre los nabos.

—Quizás a ti te sumerja junto a los lirios de Lotus Pier, seguro aprendes a nadar rápido y se te queda un bonito olor.

Con una sonrisa se imaginó a Lan SiZhui y a Jin Ling casi al borde de la histeria al ver a su pequeño hermano menor flotando en el agua y echó a reír ante la imagen; después tocó su creciente vientre que se ocultaba tras la negra ropa y empezó a silbar mientras buscaba alguna otra cosa que fuera de su agrado.

No paso mucho tiempo para que se entretuviera comprando unos bollos de arroz y carne con los que planeaba disipar el mal humor de Jin Ling cuando se lo encontrara, comprara también una cinta verde para cambiar un poco el aspecto de Wen Ning y chocara su hombro contra el hombro de un hombre un poco más alto que él.

—Mi error, disculpa —dijo Wei WuXian dando la vuelta tras su pequeño accidente.

—No, no, fui yo quien no prestó atención al camino.

El extraño con el que chocó le sonreía con amabilidad.

—Bueno, en ese caso presta atención a tu camino y yo haré lo mismo —repuso Wei WuXian alejándose sin intención de mantener una conversación.

—Disculpa mi atrevimiento, pero ¿Estás aquí por la cacería del demonio?

—… puede ser —Wei WuXian siguió caminando mostrando más interés en los vendedores de dulces que en el hombre que buscaba charlar con él.

—Me parece que ésta es una ciudad agradable —continuó el joven—, casi perfecta para conocer gente nueva.

—…

—También soy cultivador, ¿Te interesaría hablar sobre la caza mientras tomamos un té? —insistió con audacia el joven.

Aquello divirtió a Wei WuXian, más no lo suficiente como para tomar té con un desconocido.

—Paso. Busco a mi hijo, con él comeré bollos y tomaré te —dijo Wei WuXian.

—¿Un hijo? No te ves con la edad de tener un hijo; eres demasiado bello y radiante como para que eso sea posible.

Wei WuXian rio despreocupado. ¿En verdad ese cultivador no lo reconocía como el Patriarca Yiling?

Bueno, se dijo Wei Ying, no podía culparlo porque sin Wen Ning a su lado parecía ser un chico común paseando con libertad y sin preocupaciones por la ciudad; aun así no tenía la menor intención de detenerse a hablar con alguien que no lo interesaba, así que empezó a buscar a Jin Ling entre todos los cultivadores reunidos que también caminaban por las calles.

—Ese niño de allá, de la túnica amarilla, es mi hijo —dijo Wei WuXian cuando encontró a Jin Ling entre la multitud.

—Ese niño es muy grande para ser tu hijo —bromeó el cultivador que aún caminaba junto a Wei Ying—. Es imposible que te crea.

—Oh, pero lo es —aseguró Wei WuXian tratando de acercarse a Jin Ling—. Su padre es un hombre con la edad suficiente para tener un hijo tan grande y también es muy celoso de mí.

—Te inventas excusas para rechazar mi invitación —siguió el joven de apariencia un poco superior a la promedio—. Sólo pido una taza de té, no más.

—Te digo que mi esposo es celoso y malhumorado, se enfadara.

—Bueno, si ese esposo existe ¿Dónde está? ¿Quién es y por qué deja a su esposa andar sin su hijo llamando la atención de otros?

Wei WuXian pensó en decirle al atrevido joven que su esposo era uno de los Jades de Gusu, HanGuang Jun y él nada menos que el Patriarca Yiling, pero al hacerlo descubriría que Jin Ling no era su hijo, así que pensó en dar algún otro nombre como el de Wen Ning para terminar esa absurda conversación.

Justo antes que Wei WuXian respondiera, el sonido de Zidian contestó por él.

—Yo soy su esposo —la cara de Jiang Cheng era muy hostil en ese momento, lo que divirtió enormemente a Wei WuXian.

—¡Aquí está mi esposo! —sonrió Wei Ying colgándose del brazo derecho de Jiang Cheng, dispuesto a jugar un poco.

—¿Quién eres? —interrogó con énfasis Jiang Cheng.

—Maestro… —balbuceó el cultivador observando con atención las ropas de Jiang Cheng.

—¿Qué asuntos tienes con mi esposa? —fue la siguiente pregunta de Jiang Cheng.

Mientras tanto, a punto de reír a carcajadas, Wei WuXian mantenía el brazo del líder de la Secta Yunmeng Jiang sujeto.

—Éste maestro me invitaba un té —se burló Wei Ying—. ¡Jiang Cheng, aquí viene mi adorado hijo!

Jin Ling, muy molesto, se acercó a Jiang Cheng y Wei WuXian tras comprobar que el alboroto que lo distrajo era a causa suya.

—¿Quién es éste tipo? —preguntó Jin Ling con la misma hostilidad usada por su tío cuando llegó al lado de Wei Ying—. ¿Lo conoces?

—Le decía a Jiang Cheng que es un amable caballero que mi invitó una taza de té y que entiende que una esposa no puede aceptar tal invitación —sonrió Wei WuXian como si nada de eso fuera importante.

—¿Por qué tomarías un té con alguien que no es tu esposo? —preguntó Jin Ling aún más molesto.

—Yo… verán yo no…

—No tomará un té con nadie más —atajó Jiang Cheng con altivez.

—¡Oh, Maestro, me disculpo por mi atrevimiento! —dijo el joven cultivador que se sentía insignificante ante la presencia de Jiang Cheng y Jin Ling—. En ningún momento quise inoportunar a su esposa...

—Pues lo hiciste —bufó Jin Ling.

—Vámonos —gruñó Jiang Cheng con una fría y molesta mirada.

Wei WuXian se despidió del cultivador agitando un par de veces su mano y echó a andar en medio de Jin Ling (que miró también con desagrado al joven) y Jiang Cheng; sólo cuando se alejaron soltó el brazo de Jiang Cheng y una carcajada.

—¿Qué te causa gracia? —se quejó Jin Ling—. ¡Wen Ning y yo tenemos horas buscándote y tú te ríes!

—Jin Ling, Jin Ling, ¿Qué no viste la cara de ese pobre hombre? ¡Casi desea que lo devore la bestia del bosque al ver a Jiang Cheng!

—No es divertido… —gruñó Jin Ling cruzando los brazos—. ¿Por qué no le dijiste que te dejará en paz?

—Lo hice, le hablé de mi malhumorado hijo que no comerá los bollos de carne que conseguí para él y de mi celoso esposo que casi lo mata —repuso Wei Ying—. ¡Ah, Jiang Cheng, por esto me alegra que vinieras también!

—Idiota, se más serio —protestó Jiang Cheng apartándose de Wei WuXian.

—Soy serio… anda, come los que quieras, Jin Ling, los compré para ti —dijo Wei WuXian entregándole los bollos al joven maestro.

—… gracias.

—¿Dónde está Wen Ning? Quiero mostrarle algo —preguntó Wei WuXian siguiendo al líder de la Secta Yunmeng Jiang a la posada donde se hospedaban.

—Busca señales del demonio en lo profundo del bosque ¿No fue lo que le dijiste que hiciera? —se quejó Jin Ling.

—Lo olvidé… como sea, espero que sea tan feroz como dicen. ¡Será emocionante ir tras él!

—Tú te quedas —ordenó Jiang Cheng tomando asiento frente a Wei WuXian y Jin Ling.

—¿Qué?

—Es una cacería seria, lo último que necesito es que estés por ahí revoloteando —repuso Jiang Cheng—. Será mejor que tu actuación sea buena, Jin Ling, te romperé las piernas si me decepcionas.

—No lo haré, tío.

—¡Jiang Cheng! ¿Cómo puedes decirle eso a nuestro hijo? —Wei Ying bromeaba abrazando a Jin Ling—. Esas no son palabras muy motivadoras; además ¿Por qué preocuparte cuando tendrá a su buena madre con él?

—No eres mi madre —se quejó apenado Jin Ling.

—¿No? ¿Entonces qué hago yo alimentándote y enseñándote?

—Callen ya los dos —dijo Jiang Cheng molesto.

—Mi pequeño tiene un padre muy malhumorado —Wei WuXian seguía jugando—. ¿Serás así cuando nazca y no sea capaz de sostener una espada? Menudo futuro le espera.

—Cállate ya.

—Bien, me callaré y guardaré mis palabras para ésta noche.

—Te quedarás aquí —repitió Jiang Cheng.

—Iré con Jin Ling y Wen Ning.

—No.

—Sí.

—He dicho que no.

—He dicho que sí.

—Pondrás en riesgo al niño por tu testarudez.

—Jiang Cheng, hablas como un padre protector —se burló Wei WuXian—. Casi me dan ganas de caer a tus brazos.

—¡Cállate ya, Wei Ying!

Jin Ling comía en silencio observando cómo su tío y Wei WuXian peleaban sin sentido porque sabía que al final, cuando llegara la noche, Wei Ying se saldría con la suya y los acompañaría a darle fin a la bestia de esos bosques.

No era la primera ocasión en la que Jiang Cheng le prohibía a Wei WuXian ir de cacería, así como no era la primera ocasión en la que Wei WuXian tomaba a la ligera las amenazas de Jiang Cheng al ir de cacería, escabulléndose junto a Wen Ning para hacer algo más que quedarse en casa a esperar que llegarán victoriosos.

Eso lo llevaba a pensar que su relación era muy extraña, pues aunque Jiang Cheng aseguraba que dejaría a Wei Ying morir sin ningún remordimiento, al final se quedaba cerca suyo para cerciorarse que nada malo le sucediera a pesar de contar con el apoyo de Wen Ning.

Por eso los dejó discutir a sus anchas sin prestarles mucha atención, pensando que eran una extraña y disfuncional imitación de un matrimonio.

En medio de la comida, e ignorando las amenazas de Jiang Cheng, Wei Ying sacó de una bolsa los caballos de juguete que compró antes y empezó a jugar con ellos, enfadando más al líder de la Secta Yunmeng Jiang.

Animadamente presentó a cada uno como una representación de Wen Ning, Jin Ling, Lan SiZhui, Lan XiChen, Jiang Cheng, Lan Zhan y él mismo, haciendo burla al duro carácter de Jiang Cheng y su mala forma se tratarlo a pesar de estar encinta.

Jin Ling no pudo evitar reír ni ser golpeado en la coronilla por Jiang Cheng, así como tampoco evitó que Wei WuXian lo abrazara con fuerza para consolarlo y para evitar que su tío le infligiera más daños a su persona.

Fue así como sintió, en medio de la lucha por recuperar su libertad, el vientre de Wei WuXian y la vida que se engendraba ahí.

—¡Lo siento! —dijo Jin Ling pensando que usó mucha fuerza al querer liberarse.

—Está bien —repuso Wei WuXian tomando la mano de Jin Ling para dirigirla de nuevo a su vientre—. Él es Jin Ling, tu primo —habló Wei WuXian—, seguro reconoces su voz porque pasamos mucho tiempo con él. Él te enseñará a apuntar con el arco y a escribir porque tiene muy buena puntería y su caligrafía es digna.

Jin Ling permanecía ruborizado al tocar y sentir la suave respiración del vientre cada vez más grande de Wei WuXian; era la primera ocasión que hacía algo como eso.

—Y éste es Jiang Cheng, el admirable y aterrador Líder de la Secta Yunmeng Jiang —prosiguió Wei WuXian tomando la mano de Jiang Cheng para colocarla también sobre su estómago—. Él nos ha dado un hogar temporal y nos cuida a pesar de gritarnos todo el tiempo, debes ser agradecido con él para que en futuro te invite a Lotus Pier a jugar; pero tendrás que guardar la compostura y cumplir sus expectativas o te romperá las piernas.

Jiang Cheng también sonrió discretamente porque, al igual que Jin Ling, tocaba por primera vez al niño de Wei Ying.

—¿Puede…puede escucharnos? —preguntó Jin Ling observando la cálida mirada de Wei Ying.

—No lo sé, me gusta creer que sí porque habló con él todos los días.

—¿De verdad? ¿Qué cosas le dices?

—¿Qué le digo? —preguntó Wei WuXian mirando a Jin Ling—. Le digo que debe apresurarse a crecer sano y fuerte para que lo pueda conocer, le cuento sobre lo que hacemos cada vez que dejamos Lotus Pier y le advierto lo horrible que es Fairy.

—¡Fairy no es horrible! —se quejó Jin Ling.

—Todos los perros son horribles.

—¡Claro que no! Qué tú les tengas miedo no es culpa de Fairy.

—Tú le temes a Lan Zhan y tampoco es horrible —se burló Wei WuXian.

—Es suficiente —Jiang Cheng interrumpió la discusión al mismo tiempo que retiraba la mano del vientre de Wei Ying—. Hay que prepararse.

—Sí, tío.

—Bien, bien, iré a buscar a Wen Ning.

—Di una orden —recordó Jiang Cheng mirando amenazante a Wei WuXian.

—¿En serio? No lo recuerdo —repuso Wei WuXian guardando los juguetes apresuradamente para después salir a buscar a Wen Ning.

—… pedazo de idiota —gruñó Jiang Cheng—. Cuando vuelva has que Fairy se quede frente a su habitación.

—Sí, tío.

Wei WuXian siguió pasándose por la ciudad sin tomar en cuenta las palabras de Jiang Cheng, seguro de que aún podía ir de cacería sin que resultara peligroso en su estado.

Si bien era cierto que cada día que pasaba se inflaba un poco más y que sus ropas habituales ya no le sentaban bien, su embarazo no era tan avanzado como para restringir sus movimientos; sus mareos eran menos persistentes y podía comer con normalidad, se sentía somnoliento casi todo el tiempo y le seguía con sus deseos de comer dulces, pero nada de eso causaba incomodidad alguna. Además, llevaba su flauta a todos lados junto a Wen Ning, razón para no temer.

Cuando empezó a oscurecer Wei WuXian llamó a Wen Ning para tener una idea general sobre cómo deberían proceder y tal como lo supuso, deberían usar señuelos para sacar al demonio de su escondite gracias a que éste no reacciono cuando Wen Ning trató de provocarlo.

Con esa información fue a reunirse con Jiang Cheng y otros cultivadores que ya se preparaban para iniciar su trabajo, decidiendo que los jóvenes se quedarán al margen mientras maestros con más experiencia tentaban al demonio. Jin Ling permaneció junto a Wei WuXian.

El grupo se dividió en cuatro equipos, los que serían la carnada y tres más que rodearían al demonio una vez que dejara su escondite. En teoría Wei WuXian se quedaría en un grupo secundario para evitar que se lanzará de frente contra el demonio, pero fiel a su carácter escapó de la supervisión de Jin Ling para atacar junto a Wen Ning cuando una inesperada oleada de demonios inferiores salieron detrás del demonio principal.

La cacería se complicó gracias a esos demonios que Wen Ning no detectó con anterioridad, dejando al grupo-carnada en desventaja contra el demonio de monumental cuerpo, ojos pequeños y rojos y enormes dientes capaces de romper los huesos de sus víctimas.

Al ver la situación Wei WuXian se lanzó sin ningún miedo ni reparo contra el demonio usando su flauta para controlar algunos cadáveres, acción que les dio una buena oportunidad a Jiang Cheng y los demás maestros para mermar sus fuerzas al mismo tiempo que usaron todo lo que estaba a su disposición.

Jin Ling se unió a la batalla usando su arco contra el demonio, acertando con maravillosa precisión los puntos vulnerables del mismo. El chico quería terminar pronto con el monstruo para poder llevarse lejos del ajetreo a Wei Ying, especialmente porque por todos lados caían gruesos troncos de árboles que éste lanzaba contra sus enemigos.

Uno de esos troncos fue lanzado contra Wei WuXian que se salvó de una lesión debido a que fue tomado por la cintura por Jiang Cheng en el momento preciso; aún así y muy enfadado, el líder que le dijo prestara más atención a la cacería antes arremeter con fuerza con Sandu contra el demonio, luciendo particularmente molesto por el actuar del mismo: en sus ojos se reflejaba que no perdonaría al monstruo que casi hirió a Wei WuXian.

Tras una batalla en la que Jiang Cheng se mantuvo frente a Wei Ying para mantenerlo a salvo debido a que no estaba dispuesto a quedarse atrás y a que Wen Ning también atacaba con bravura a los demonios que se mantenían de pie sin considerar demasiado a los mortales a su alrededor, el demonio devora hombres fue finalmente abatido por el líder de la Secta Yunmeng Jiang.

El resto de demonios y cadáveres convocados fueron aniquilados por Wen Ning mientras los cultivadores observaban en silencio al general actuando como si nada de eso fuera un problema para él, manteniéndose al margen de la discusión protagonizada por Wei Ying y Jiang Cheng que se quejaba de la imprudencia del Patriarca; como ya era su costumbre, Jin Ling se mantenía a un lado de ambos sin decir nada.

Pasada la medianoche, entre vitoreos y felicitaciones, todos los cultivadores regresaron a la ciudad para celebrar la caída del demonio que hasta esa noche causó penas y caos.

Wen Ning (que había sido peinado por Wei WuXian con una coleta alta sujeta por la cinta verde comprada para él) caminó junto a su tenaz maestro y detrás de Jin Ling escuchando cómo le hablaba al bebé de Wei WuXian sobre lo ocurrido en esa cacería, exaltando sus logros y magnífica puntería que debilitó al demonio; Wei WuXian comentaba también lo asombroso del actuar de Jin Ling con una sonrisa.

A mitad del camino de regreso a la ciudad Jiang Cheng fue invitado a celebrar por unos cultivadores que conocía y si bien su primer pensamiento fue declinar la oferta pensando en que Wei WuXian debía estar cansado, no pudo negarse cuando prácticamente fue obligado a ir gracias a la algarabía que imperaba en todos.

Notando su desidia, Wei WuXian le sonrió diciéndole que festejar de vez en cuando estaba bien, eso sin contar que tenía ganas de verlo sin su horrible gesto agrio aunque fuese por una sola ocasión.

Fue así como en la posada donde los maestros brindaban, y mientras los tarros de licor fluían indiscriminadamente por las mesas, que Wei Ying se conformó con un té y unos panecillos dulces que Jin Ling le proporcionó; estaba sentado junto al tío que brindaba con su sobrino satisfecho con su participación.

—Cuando nazcas, crezcas y te prepares para ser un gran cultivador, vendrás con nosotros —decía Wei Ying acariciando su vientre—. Tendrás a Wen Ning, a Jin Ling, a Jiang Cheng y a mí, contigo, pero mientras te conformaras con estar dentro de mí.

—¿Será también un cultivador? —preguntó curioso Jin Ling tocando nuevamente el estómago de Wei WuXian.

—Quizás sea una cultivadora —repuso Wei WuXian con un bostezo—. Entonces tú y Lan SiZhui deberán alejar a todos sus pretendientes.

—No tendrá ninguno —aseguró el joven.

—¡Oh, tendrá montones! —rio Wei Ying apoyando la cabeza contra el hombro de Wen Ning—. Será tan linda que resultará una ofensa que no los tenga.

—Será como tú, maestro —comentó Wen Ning.

—¡Jajaja! ¡Lo sé, lo sé!

Jiang Cheng bebió un largo trago de licor pensando que sin importar el sexo del bebé de Wei Ying, éste sería tan bello como su madre.

También se imaginó sosteniendo a ése niño mientras Wei Ying recargaba la cabeza en su hombro.

La celebración se extendió por un buen número de horas, horas en las que todos rieron y aplaudieron no haber sufrido bajas. El ambiente era tan agradable que a pocos les incomodó la presencia de Wen Ning, incluso hubo quienes le ofrecieron licor al general que apenado rechazó la oferta, disculpándose por su incapacidad para beber.

Jin Ling también gozaba la celebración porque por primera vez en mucho tiempo, Jiang Cheng bromeaba con él y le daba algunos consejos para mejorar sus habilidades; también tenía la atención de Wei WuXian y eso lo alegraba aún más que haber hecho un gran trabajo.

Faltando poco para el amanecer y tras haber compartido un buen rato con Jin Ling, su tío y Wen Ning, Wei WuXian sintió su fuerza escapándose después de un largo día; de esa manera, y muy lentamente, se recargó de nuevo en el hombro de Wen Ning sin darse cuenta del momento en que cerró los ojos.

Cuando Wen Ning se percató que Wei Ying estaba dormido se disculpó con Jin Ling por interrumpir la agradable conversación que mantenían, para llevar al maestro a la habitación reservada para su uso.

—Yo lo llevaré —dijo Jiang Cheng dispuesto a cargar a Wei WuXian, ansiando también sentir se nuevo la suave fragancia que desprendía su cuerpo.

Wen Ning solamente dijo “gracias” al mismo tiempo que caminaba frente a Jiang Cheng para ayudarlo a preparar la cama de Wei WuXian; Jin Ling, al igual que los maestros y cultivadores que presenciaron el inusual comportamiento de Jiang Cheng, no dijo nada.

Uno de los que vieron la escena fue escena pertenecían al joven maestro que invitó un té a Wei WuXian, quién no dudó en comentar que algo así era lógico teniendo en cuenta la relación de Jiang Wanyin y de Wei WuXian: al ser marido y mujer (según ellos mismos) Jiang Cheng llevaba a su esposa a descansar tras un largo día.

Nadie lo desmintió.
















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