Con mi mejor amigo acostumbrábamos a quedarnos sentados en la parada del transporte, creo que era mi parte favorita del día, ya sé que es malo burlarse de la desgracia ajena pero no puedo evitarlo, no había día en el que no se tropezara alguien frente a nosotros, un día estaba partiéndome de risa y tú pasaste, me viste con cara rara y me dió mucha vergüenza ya que mi risa no es la más normal de todas.