Pasado

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Ryan

Esquivo los golpes de Angela mientras trato de devolvérselos pero sólo logro que me golpee más fuerte en el abdomen. Me quejo de dolor y me dejo caer en el suelo cansado.

—Ya está bien, me rindo. Tú ganas—. Hablo entre jadeos porque siento que cada vez que respiro me duele la vida.

Dramático, lo sé. Pero es la verdad.

Siento cuando Angela se acuesta a mi lado y los dos miramos al cielo nublado. Casi dos meses encerrados aquí. Hay veces que quiero escaparme porque este encierro me está volviendo loco, pero sé que es por mi seguridad.

—A veces pienso que esto no va a acabar. Cierro los ojos por las noches y pienso que ya no los volveré abrir porque siento que alguien va a venir a matarme. Y sonará loco, pero a veces siento que es lo mejor. Ya no estaré huyendo, ni encerrado, seré libre.

Susurro con los ojos cerrados y siento como una lágrima baja por mi mejilla. Angela limpia esa lágrima con su pulgar y la miro porque de verdad me estoy ahogando y ella es la única que me está manteniendo a flote.

—Se que esto no es sano. Estar encerrado no te está ayudando, pero te prometo que jamás dejaría que alguien te tocara. No lo pienso permitir, así me cueste mi propia vida— La mira con tristeza antes de asentir. —Hace muchos años que hice la promesa de que nadie, jamás, volvería tocar a un cliente mío.

—¿Por qué hiciste tal promesa?

Veo como sus ojos se humedecen antes de girarse para ver al cielo otra vez.

—Cuando yo tenía 13 años iba de camino a casa de mi abuela como todas las tardes. Mis padres ya se habían ido y no tenía ningún tipo de contacto con ellos desde que me dejaron con mi nonna.

»Llegué a la casa y desde que abrí la puerta sabía que algo iba mal—. Trago el nudo que se me forma al verla llorar—. Tenía miedo Ryan, era una niña. Tenía el entrenamiento pero jamás había tenido que usarlo. Quería a mis padres y hasta odié que me hubieran abandonado, pero aun así tuve que sacar fuerzas porque mi abuela dependía de mí.

»Así que tomé las dos armas que mi padre había dejado en la caja fuerte y fui a enfrentarme al hombre que tenía a mi abuela. No sabes lo mucho que me dolió ver a mi abuela en brazos de ese hombre malvado. El solo se reía y me restregaba en la cara que había matado mis padres y que venía a acabar conmigo—. Creo que jadeo de la impresión al escuchar lo de sus padres, pero ella ni siquiera me mira—. Mi abuela solo me rogaba que me fuera y por un momento lo pensé, quise irme, pero no podía dejarla ahí con ese hombre.

—¿Y entonces que hiciste? ¿Qué fue lo qué pasó?— Pregunto en voz baja, temiendo lo que me va a decir.

—No pude defenderla, Ryan. Yo...— Solloza y yo no lo pienso, solo la tomo del brazo y la acerco a mí para abrazarla. —Yo solo vi como sus ojos llenos de miedo se volvieron opacos, sin vida y el solo la lanzó como si fuera nada. Como si fuera basura...

Mi cuerpo se tensa completamente y la siento sollozar en mi pecho. Su mano agarra mi camisa en un puño mientras me abraza más fuerte.

—No pude salvarla, Ryan. La vi morir y no pude hacer nada. Lo próximo qué pasó fue que el hijo de puta se me lanzó para tratar de matarme a mí también. Tuve que luchar contra él y a veces siento que el dolor de ese momento fue el que me impulsó a defenderme.

—¿Qué pasó con él? ¿Está en la cárcel?— Preguntó con la voz ronca sin poder creer todo lo que ella tuvo que vivir para llegar a este punto.

—Lo mate—. Susurra y sus palabras me paralizan y la miro sorprendido pero ella solo sigue mirando al cielo. —Cuando logre salirme de su agarre lo golpee par de veces y luego solo dispare el arma. No me sentí culpable, no me sentí asesina, yo solo no sentía nada. Porque él ya me había arrebatado lo que más amaba. Abrace mi abuela por horas, hasta que su cuerpo se fue enfriando y el mío se llenaba de su sangre. Estuve horas ahí hasta que la policía me encontró.

Guardaespaldas (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora