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Parte 2.

TaeHyung no se lo imaginaba así, él no esperaba que JungKook fuera tan brusco, él pensaba que sería más placer que cualquier otra cosa, sin embargo, estaba sufriendo ahora mismo del dolor. Su gran pene dentro de él, moviéndose secamente, abriendo paso a la fuerza, sólo le provocaba más dolor y ardor.

— Ahng, JungKook-ah — se quejaba TaeHyung —. Detente, me duele...

Gemía más de dolor que de placer y por sus mejillas recorrían lágrimas.

— No podía aguantarlo más, tenía tu trasero ahí, sólo quiero follarte, TaeHyung — decía ronco JungKook —. Además te sientes tan jodidamente bien.

Una fuerte palmada al mismo tiempo que una embestida, hizo que el cuerpo de Tae se arqueara. Su cuerpo chocaba con el de JungKook generando aquellos sonidos que algunas veces se imaginó. Comenzaba a sentirse cómodo con el miembro dentro de él. Poco a poco el dolor desaparecía y comenzaba a sentir placer, el cual fue demostrado por parte de gemidos ahogados. Las caderas de TaeHyung comenzaban a moverse en busca de más. Las manos de JungKook apretaban con fuerza su trasero, dejando por fin de tomar el cabello del contrario que ahora estaba mordiendo las sábanas de su cama.

JungKook no paraba de embestirle se sentía tan bien, le encantaba la manera en la cual las paredes anales de su mejor amigo se ajustaban a su hombría grande y dura. Tenía una gran vista desde arriba, lo cual le provocaba más. Sin embargo, él quería ver las reacciones de TaeHyung.

En un fuerte y rápido movimiento hizo que ahora el cuerpo de Tae quedara boca arriba, dejando ver aquel rostro sonrojado y lleno de excitación. JungKook se estaba dando cuenta que su mejor amigo era tan hermoso. Segundos después de apreciarlo, le abrió las piernas, besando estas. Su miembro seguía dentro, así que su pelvis hacía movimientos lentos dentro de él. Bajó su mirada, notando que en su falo tenía sangre, no le tomó importancia y siguió embistiendo a su mejor amigo, el cual no paraba de gemir.

— Ahng, sigue así, JungKook-ah — gemía ahogadamente Tae —.

El pelinegro mordió su labio inferior al escucharle, aumentando la velocidad con la que lo estaba embistiendo, inclinándose hacia delante mientras tomaba con fuerza el cuello del contrario, haciendo que se le dificultara respirar, abriendo su boca para poder atrapar algo de oxígeno, lo cual a JungKook le pareció una mejor vista, prefiriendo meter sus dedos a la boca de TaeHyung. Esto en parte le calentaba más; sentir los dedos de Kook en su boca y ver los gestos que ponía, lo hacía verse tan masculino. Su lengua repasaba los dedos del contrario, quejándose un poco al no poder atrapar suficiente oxígeno. Tenía una mezcla de sensaciones, sólo sabía que la temperatura de su cuerpo y habitación aumentaban y que ver a su mejor amigo como tanto lo deseaba lo ponía aún más caliente. Así que sin llegar a tocarse su propio miembro, se corrió de sólo ver y sentir a su mejor amigo de la infancia dándole por el culo y desnudo. El pelinegro sonrió al ver aquello, acercando sus labios a los del contrario, besándole lentamente, un beso que estaba lleno de lujuria, haciendo que sus vellos se pusieran de punta por ese beso tan delicado, pero tan apasionado. Las manos de JungKook ahora recorrían todo el cuerpo del contrario.

Sus embestidas eran continuas, fuertes y dando en un punto en el cual hacían gemir más a TaeHyung y retorcerse en la cama. Sus labios dejaban de reaccionar al beso por el simple hecho de soltar gemidos. La cama se movía al compás de aquellas embestidas, haciendo sonar el rechinido.

JungKook dio un rápido giro, quedando ahora él recostado en la cama y teniendo a TaeHyung sobre él. Las manos del pelinegro fueron hasta el trasero de su mejor amigo, el cual apretaba y movía.

— Sáltame, Tae. Móntame como si estuvieras en una carrera de caballos — decía ronco JungKook mirándole profundamente a sus ojos —.

TaeHyung soltó un gemido, coloreándose su rostro de un color rojizo, señal de que estaba caliente y que lo ponía así aquella persona que estaba debajo de él. En pocos segundos obedeció a su mejor amigo, moviéndose primeramente en un suave vaivén, sintiendo el choque del grande miembro de JungKook en sus paredes anales. El pelinegro soltó una fuerte palmada contra el trasero de Tae, que tiempo después comenzó a saltar de una manera fuerte contra el más pálido, soltando gemidos y echando su cabeza hacia atrás. Las manos de JungKook apretaban fuertemente del trasero de Tae, guiándole en cierta parte en cada movimiento que hacía sobre él. Las delicadas y largas manos de TaeHyung recorrían el dorso de su mejor amigo, acariciándole con sutileza, mientras que de JungKook recibía lo contrario, apretones y golpes fuertes, sin embargo, le encantaba.