CAPÍTULO 2

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En primer lugar quiero agradecer a Ally_Rojas por el diseño de esta portada, gracias preciosa, amé como te quedó. Eres una lindura. No sé que haría sin ti, mi peque.


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¿Alguna vez se han sentido completamente fuera de lugar? ¿Cómo si no pertenecieran a un grupo de personas? ¿Cómo si quisieran huir por miedo a no encajar? Sí, bueno, aquello fue lo que Magnus sintió tan pronto como llegó al instituto público de Brooklyn en su BMW convertible color negro con brillantina cubriéndolo. Las personas lo miraban con fastidio y Magnus escuchó varios murmullos llenos de desprecio, entre ellos palabras como: mimado, ricachón o blanquito. Magnus no entendió aquello último, es decir, él tenía la tez morena, ¿por qué le decían blanquito? No sabía, pero sintió mucho miedo, tenía pánico, además aquellas personas parecían peligrosas y no es que Magnus quisiera hacerlas menos porque fueran pobres, después de todo él lo era ahora, simplemente no encajaba.

Extrañaba la sonrisa de Catarina, la molestia de Ragnor, extrañaba a su novia... aunque no había hablado con ella después de contarle que su padre había caído en bancarrota, Magnus había sospechado que quizás, sólo quizás Camille no quisiera tener nada con él ahora que no tenía nada, pero no quería pensar en eso porque entonces eso significaría que su relación fue una completamente mentira y también significaba que lo había perdido completamente todo, que estaba totalmente solo... y aquello le aterraba.

Fue un gran esfuerzo tener que salir de su auto para caminar hacia aquel edificio qué parecía una penitenciaría juvenil. Magnus tenía miedo pero aun queriendo conservar toda su dignidad, salió del auto, erguido y con la cabeza en alto, ignorando las malas miradas y los murmullos que iban dirigidos hacia su persona.

El moreno se sorprendió cuando, al llegar, en la entrada de aquella institución había dos gorilas enormes requisando a las personas.

- ¿Qué demonios? –Preguntó completamente confundido. Intentó pasar, pero uno de los gigantones lo detuvo.

-Alto ahí princesita, alza las manos –exigió cruzándose de brazos mientras le daba una mirada letal a Magnus. El moreno se cruzó de brazos de igual forma en la que lo había hecho aquel guardia de seguridad.

-No soy una princesita. No tengo porqué alzar las manos y dejarme toquetear de ti.

-Mira niñita, quizás vengas de tu castillo mágico y no comprendas las reglas de este lugar, pero no puedes entrar si no nos aseguramos que no tienes un arma letal o droga.

Welcome to the Real World #Watys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora