Los Poderes Ocultos 1 - El anillo de tortuga (primera versión)

Rarezas

*Annie*

Estoy chateando con Sophie y Bel por internet, dicen que estaban preocupadas por mí, ¡qué lindo! Siempre es bueno que nuestros seres queridos se preocupen un poco.

Les pregunto qué hizo el grupo cuando caí inconsciente y están diciendo que la mayoría se puso a gritar y que se quedaron muy sorprendidos, no es muy normal que alguien se desmaye en plena clase y teniendo dieciocho años. Simplemente no es normal. Pero ahora que lo analizo bien creo que fue una mezcla de todo: el estrés, mis dolores de cabeza, la tensión, los nervios, mi vida..., Alex. Sí, fue una mezcla de todo, ya no pude más y me desmaye, ahora tiene más sentido. 

Bel está como loca porque estuvo hablando con Logan todo el recreo, dice que en la salida la esperó bajando las escaleras y se fueron juntos platicando, que bonito, me hubiera encantado verlo. 

Sophie dice que Scott también estaba un poco preocupado por mí, yo digo que era un pretexto para estar con ella, siempre me pregunto si le gusta Sophie, es una posibilidad, creo que a ella le vendría bien, nunca lo admite pero estoy segura de que en el fondo le gusta un poco por lo menos, además se ven tan bien juntos, para mí harían muy buena pareja.

Me están preguntando cosas sobre Alex, les voy a tener que contar todo lo que me pasó hoy en la enfermería con él, nada más me acuerdo y me da miedo, realmente no quiero recordarlo pero tengo que decírselo a alguien, así estaré más tranquila.

***

Estoy en mi salón, estoy en clase de Greyson, todo parece estar bien, exceptuándome, siento que me va a explotar la cabeza, siento que estoy temblando... ¡No! ¡Realmente está temblando! Todo el mundo está alterado, la alarma no suena y nadie de nosotros se ha parado de las sillas... paró. ¡Oh no! ¡Volvió! ¡Sale polvo de las paredes! ¡La pared de la parte trasera del salón se está cayendo!

—¡AH! 

—¡AAHH! 

—¡AAHH! 

—¡AYUDA!

La pared nos cae encima, yo me moví rápido por suerte y me agaché contra el piso. Salir me cuesta trabajo, las sillas sostienen la pared, pero no por mucho más. Sigo luchando pero ya que estoy casi afuera el pie se me atora con el barrote de una silla, ¡Qué desesperación! Entonces lo veo, Alex está atado a una silla y no puede correr, me grita para que siga intentando y de algún modo logro escapar de una muerte segura, y para más emoción está temblando otra vez, los bordes se están derrumbando y cayendo al vacío, no puedo dejar a Alex ahí. Corro hacia él, llego a su lado y empiezo a desamarrarlo.

—¡CORRE! —Me grita, ni siquiera le puedo jalar a los nudos, están muy apretados —no podrás, ¡sálvate! Déjame, vete. —no lo puedo creer. 

—¡NO! —Le contesto, estoy llorando —no te dejaré, no puedo. —nunca podría, jamás lo dejaría, nunca permitiría que le sucediera algo si yo pudiera evitarlo.

En esto se rompen las cuerdas en mis manos, ¡gracias a dios! Alex se para de un salto, avienta la silla y esta cae al vacío, él grita, creo que está asustado porque ya sólo queda piso alrededor de nosotros dos y aparte para empeorarlo todo el vacío se está empezando a llenar de agua con unas corrientes gigantes y unas olas que pegan durísimo, el suelo está temblando otra vez, estoy muy asustada y... ¡mi lado se está desmoronando! ¡Voy a caerme al agua y me ahogaré! Pero en eso siento sus brazos que me jalan hacia él, no lo soporto y me jalo para atrás haciendo que pierda un poco el equilibrio.

—¡¿Te quieres morir?! —me grita mirándome como si me hubiera vuelto loca.

—¡No! Pero... —la tierra se está desprendiendo más rápido, ¡ahora sí voy a caerme! — ¡Ahhh!