Los Poderes Ocultos 1 - El anillo de tortuga (primera versión)

Visita del Espectro

*Alex*

¡AAAAHHHH! ¡Fue ella!

Después de que desperté de mi sueño raro, me quede sumido en mis pensamientos. Kerel no estaba así que hasta me deje caer un poco en la desesperación y la desolación. También tenía un dolor de cabeza espantoso, no entiendo cómo es que estoy tan mal si sólo... bueno... no sé si lo emocional también lo empeore. ¡Ay! ¡Es que todavía no lo puedo creer!

Después de una media hora me di cuenta de que no tenía caso seguir despierto así que intente dormir para ver si así me sentía mejor. Pero justo cuando estaba cayendo, la oí. Fue muy raro porque fue dentro de mi cabeza, dijo mi nombre y luego su imagen asustada apareció, y después me pregunta que en dónde estoy. Ahorita estoy intentando encontrarle sentido. ¿Realmente fue ella? Tal vez sí, porque estoy seguro que no me la imaginé, además la sensación era diferente a la de una alucinación o un sueño. Realmente algo de mí supo que era real. 

Oigo que la puerta se abre apenas haciendo ruido y Kerel entra dando pisotones.

—Así que otra vez despierto, ¿se siente mejor?

—Am... Sí. Creo. —se me queda viendo con los ojos entrecerrados haciendo que la cara se le llene de arrugas.

—¿Le sucedió algo?

—Pues... sí. La vi. —de una manera casi mágica entiende a lo que me refiero. No se le hace nada nuevo al parecer.

—Oh, eso significa que ha empezado a usar el anillo.

—¿A qué se refiere? —se acerca a mí y se sienta en la misma silla que usó la primera vez que hablé con él. 

—Ella está usando los poderes del anillo. ¿Leyó el libro?

—¿Ella?

—Sí.

—Le había dado a leer el principio pero sólo leyó lo básico, la historia, porque de ahí salió corriendo. 

—Entonces debió de haberlo encontrado. ¿En dónde lo tenía?

—En mi cuarto. —asiente a sus propios pensamientos. — ¿Tiene algo de malo?

—Al contrario, así ya sabrá defenderse. —Ahh... 

Kerel se pone a hacer no sé qué cosa... creo que esta "cocinando" otra vez.

Annie... ¿estará tratando de buscarme? Supongo que sí, espero que este bien, y que no se le vaya a ocurrir hacer una tontería. Kerel interrumpe mis reflexiones terminando sea lo que sea que esté haciendo y deja caer los trastos desocupados con gran estruendo, ya después sin saber cómo no destrozó todo, se acerca a mí con un cuenco de madera que me hace ponerme alerta.

—¿Qué es eso?

—Es un... ¿cómo decirlo? Algo así como un tipo de "elixir". Te hará bien. —me lo tiende. En el interior lo que hay es un líquido con tonos de negro y morado brillante, no se ve muy espeso y tampoco huele a nada, pero no me da mucha confianza.

—No voy a tomar eso. —digo con asco.

—¿Cómo dijo? ¡Debe de estar usted jugando! Se lo va a tomar.

—No. —estoy horrorizado, no me voy a tomar esa cosa, ¡esta horrible! 

—Créame, sabe mejor de lo que se ve. Además, por culpa de ese maldito veneno que le metieron hay pocas cosas que puede comer... 

—¿¿Veneno?? ¿De qué habla?

—Por lo que pude averiguar, usted fue víctima de uno de los dardos de Los Oscuros. ¿O me equivoco?