Los Poderes Ocultos 1 - El anillo de tortuga (primera versión)

Descubrimientos

*Annie* 

Oh shit. Oh por dios, lo vi. Aún no lo puedo creer, aunque por el esfuerzo me quede inconsciente. Y apareció otra cosa rara. Ya estoy harta de esto, pero bueno, fue así:

Primero todo estaba negro, luego recuerdo haber sentido una sensación de vértigo y una luz apareció frente a mí —¿soy yo o en verdad casi todos mis sueños empiezan así? Ya estoy empezando a odiar las luces—, se expandió dejándome ahora en una plataforma redonda de piedra algo extensa, rodeada por un pasto perfectamente parejo, como una alfombra, y en la lejanía todo era rodeado por unos pinos inmensos que no dejaban ver nada en el horizonte.
Después de haber admirado esa extraña vista y haber comprobado que estaba en medio de la nada, reparé en mí: llevaba un vestido largo, con mangas hasta los codos de una tela traslúcida, con el escote redondo. Lo más impresionante era el color, azul con los perfectos tonos del mar que hasta parecía que la tela hubiera sido hecha del agua misma. Era como uno de esos vestidos de noche de ensueño por el que todas se mueren de envidia. Claro que yo estaba muy impresionada para pensar en esas cosas, y además traía el pelo largo hasta la cintura, no tenía ningún espejo así que me tantee el peinado, había una complicada serie de mechones retorcidos que se unían en la parte superior de mi cabeza y lo demás me caía esponjado en ondas por la espalda. Así que después de quedar satisfecha con mi imagen —que loca estoy—, me puse a caminar por la plataforma y entonces vi los grabados.

Me fui a un extremo y lo miré: en el centro había un círculo con un espiral con picos grabado en la piedra, y en la posición de los vértices de un triángulo había otros tres círculos: el de arriba tenía grabado una especie de ola cubriendo el círculo, el de abajo a la izquierda tenía un árbol, y el de la derecha una ráfaga de viento. Todo esto hizo que Los Poderes se me vinieran a la mente; entonces analizándolo, entendí que eran representaciones: la ola del agua, el árbol de la tierra, la ráfaga del viento, y el espiral supuse que era de La Piedra de la Oscuridad.

Caminé hasta el centro, y en cuanto estuve sobre el espiral, un rayo cayó enfrente de la plataforma y una aterradora figura encapuchada apareció frente a mí. Asustada y con la respiración entrecortada, quise retroceder pero mi espalda se chocó contra algo, pegué un brinco y cuando me voltee había otra figura idéntica a la de enfrente de mí. Sonó una carcajada de la primera figura que apareció, y entonces reconocí ese maldito tono de voz arrogante.

—¿Cómo te va QUERIDA? —no le contesté nada, ¿cómo quiere que le hable estando así? —Jaja, ¿te quitaron la voz?

—...aah... —intenté replicar pero sólo me salió un ruido incomprensible de la boca mientras el otro maldito sólo se reía.

—Ay Anne, Anne, ¿qué voy a hacer contigo? —el gorro de la capucha se le bajó un poco apenas dejando entrever su boca, pero lo suficiente para ver como se le formaba una sonrisa maligna — ¿qué tal la llevas, ahora sin tu Alex?

Volví a intentar decirle algo ya que ya me había recuperado un poco, pero con tan sólo oír ese nombre la realidad volvió a cobrar vida y acabó con mi resistencia. Ese infeliz seguía soltando carcajadas.

—Enserio querida, ¿o qué? —Cambió su tono arrogante por uno melindroso y lleno de burla — ¿extrañas su voz? ¿Sus labios sobre los tuyos? ¿Su calor? —se interrumpió por las carcajadas. Yo sólo sentía como el dolor volvía a apoderarse de mí, como volvían a estrujar mi corazón sin piedad, y como las lágrimas me quemaban en cuanto me escurrían por las mejillas.

—Deténgase. —murmuré.

—¿Cómo has dicho?

—¡Que se detenga! —un repentino ataque de ira hizo que recuperara mi voz —¿Por qué nos hace esto? ¡Déjenos vivir en paz! ¡No le hemos hecho nada!