Casa-Hotel

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*Alex*

Cuando me dijeron que me iba a quedar con una tal... ¿Cómo era? ... Doña Luvia, yo dije "¿QUÉ?" No había entendido y no sabía por qué. Mis papás me dijeron que tenían que salir por un asunto de mis hermanos muy lejos y que yo no podía acompañarlos, entonces me dijeron que la tal Doña Luvia tiene una nieta en la misma situación que yo, ¿qué quién es la nieta? Lo supe en el coche, yo iba perdido, no pensaba en nada pero alcance a percibir que alguien había dicho "Annie", creí que había sido mi imaginación pero presté más atención y me di cuenta de que efectivamente la nieta de la Doña, es Annie.

No alcancé a reaccionar ni a pensar en las consecuencias que eso tendría, el nombre de Annie retumbaba por toda mi cabeza, no estaba nervioso, no sentía nada, sólo estaba el nombre de Annie en mi cabeza nublando todo lo demás. Ahora me encuentro a unos minutos de la casa-hotel en donde me quedaré el verano entero, y, si las cosas, no sé cuales, se complican, pues tal vez mucho más.

Me quedo viendo los árboles, todos idénticos y enormes, pero ahora la vegetación está cambiando, los troncos son mucho más delgados y chaparros, están desapareciendo, volteo mi mirada al frente y ahí aparece, la casa-hotel, no se ve desarreglada, es color azul con blanco, el techo termina en punta y, la verdad el lugar es bastante grande, tiene un aire medio raro aparte de que está en medio de la nada pero en fin, deberé acostumbrarme para no vivir un infierno. Ya nos estacionamos. Me siento como si estuviera en el espacio sin gravedad, siento como si realmente no estuviera aquí, pero el punto es que, sí lo estoy.

Me bajo del coche y sigo a mis papás a la "recepción". Entramos, fue como cambiar de época, todo, incluido el techo y el piso son de madera oscura brillante, los sillones tienen tonos color azul y verde, tienen bordados y parecen sacados de esas películas de época. El lugar entero parece sacado de una película de época.

De detrás del mostrador se nos acerca una señora con el pelo teñido de amarillo pollo literal. Mi padre adopta una expresión de formalidad y la saluda: 

—¡Doña Luvia! Es un gusto estar aquí. Estamos en una gran deuda con usted, sabe que...

—Oh, lo sé, lo sé... —su voz suena como si la estuvieran ahogando. —No será ningún problema cuidarlo, no se preocupen por nada, aquí estará a salvo. Además no le hará falta compañía, mi nieta también está aquí. — claro... me "mata" la emoción. Bueno en realidad SÍ me mata pero por otros motivos desagradables.

Me despido de mi familia y entonces la señora me lleva a una habitación. En cuanto entro al pasillo se oye el rumor de una música no muy lejos. La canta una joven. Está en inglés. Lo que logro entender es sumamente triste. Es de Annie. Lo sé. Los latidos de mi corazón se aceleran como nunca, de repente me entran unas ganas increíbles de gritar, no sé de qué, si es de ansiedad, miedo, terror, yo que sé.

Todo se pone borroso, apenas me entero de que entro a mi cuarto y que la señora se va. Con bastante dificultad noto que me tiro en la cama y me quedo profundamente dormido.

***

Hay una luz. Voy hacia ella y desaparece, pero aparece un bosque, es enorme y oscuro. Alguien está llorando, parece como si se le hubiera muerto alguien. Camino en la dirección en la que se oye el llanto. Veo la silueta de una chica tirada en el piso que tiene espasmos y no para de llorar. Me acerco más y la reconozco, es Annie, sólo que tiene el cabello larguísimo y trae puesto un vestido largo, como los que se usaban en la antigüedad. Primero me quedo inmóvil, con miedo. Entonces ella grita y se retuerce de dolor, aunque no creo que sea físico. Yo no lo aguanto más, era mi amiga. ERA. ¿O aún puedo llamarla así? Después de lo que pasó.

Me acerco y susurro su nombre, ella se queda totalmente quieta. Entonces levanta la cabeza y me mira por detrás de sus lágrimas y su maraña de cabello, se ve herida, me mata verla así. Ella con una voz apenas audible dice: 

—Aléjate de mí.

—Annie... —ella se convulsiona una vez y me grita: 

—¡VETE! ¡LARGATE! No me hagas más daño... sólo aléjate.

"Aléjate". Quiere que me aleje. No puedo recordar las millones de veces que me dijo eso, pero en ese entonces era muy diferente. No me muevo. Ella se comienza a levantar, lo hace con dificultad ya que no para de temblar. Parece un cadáver. Se sostiene a un árbol. Me mira. No me quita sus ojos de encima de los míos.

—Te dije que te fueras, —ahora habla con una voz más calmada, sin embargo, se nota una profunda rabia en ella y también el dolor. Es insoportable. —no quiero volver a verte, y no sabes cómo me duele, pero me hace más daño estar contigo. Lo siento.

Se empieza a hacer para atrás y comienza a desaparecer entre el follaje oscuro. De repente toda esa oscuridad me nubla la vista y todo se pone negro.

***

Despierto. Parpadeo varias veces para ver mejor en la penumbra, entonces me doy cuenta de que tengo una lágrima, me la limpio y me levanto. Saldré a caminar, necesito despejar mi mente.

En el pasillo no me encuentro ni a un alma, bajo al vestíbulo y nada, esto es un poco aburrido, me voy a volver a subir, y... oh diablos: Annie acaba de pasar alado de mí casi tocándome y ni siquiera me volteó a ver. No sé si deba preocuparme por eso pero en fin... ¿Ay por qué tuvo que pasar esto? Si no hubiera pasado ahorita sería... divertido, yo que sé, tal vez al menos podríamos hablar, al menos mirarnos sin terror en los ojos ¡o no evitarnos! Ay en serio no lo soporto ¿¿POR QUÉ?? No puede ser.

Decido volver a subir, después de todo creo que un nuevo encuentro no sería muy... bueno, creo. Demonios.

Los Poderes Ocultos 1 - El anillo de tortuga (primera versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora