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PARTE UNOCAPÍTULO VEINTIOCHO

"EL MATRIMONIO"

Tres años antes

Astoria, Queens

Karissa

En estos momentos solo podía ver incredulamente a mis hermanas por las palabras que me decían.

-No las entiendo. -les dije haciendo callar sus parloteos nerviosos para ponerme atención-. Hace simplemente unos días llevó casada con Sirius, el mismo tiempo en que han llegado a insistir que debemos hacer una boda antes de que vuelva entrar a Hogwarts.

Ellas asintieron como si eso fuera una pregunta, pero solo negué aún incredula.

-Después las deje hacerlo y ahora están más nerviosas que yo y me insisten en deshacer esto. Por Hestia, calmense.

-Esta bien, es solo que estamos experimentando el cómo te sentiste en nuestras bodas. -habló apenada Rosa.

-Pero yo ya me casé. -les dije tranquilamente.

-Eso no quita la experiencia del evento. -destacó Gwendolyn.

-Entonces, traten de tranquilizarse solamente, ya estoy lista las veo haya abajo.

Ellas asintieron para luego salir de la habitación de la casa de June.

Era un lugar colorido y en donde, desde un principio, celebrabamos las bodas familiares.

Me acerque a la ventana y mire el arco nupcial que esperaba abajo.

En ese mismo lugar se han logrado parar tres parejas, mi hermana Rosa y Seth, Ginger y mi hermano Mark y luego mi hermana Gwendolyn y John, pero ahora era mi turno.

Suspire tratando de controlarme pensando en las cosas malas que podrían suceder haya abajo, pero la puerta de la habitación hizo que me detuviera.

Mire hacia la misma dirección por la que entró mi hermano mayor, Mark.

Mientras se acercaba hacia mi, me sonrió para luego envolverme en sus brazos.

Al apartarse me miro un poco preocupado -Nuestras hermanas me dijeron de tu malestar.

-Solo es asco, se me pasará.

El me vio no muy convencido pero asintió -¿Estas lista?

-Si.

-Entonces bajemos. -habló mientras enlazaba su brazo con el mío y recorrimos la casa para llegar hasta el patio.

Mi hermano accedió tiempo atrás llevarnos a cada una de nosotras, sus hermanas, el sabía lo importante que llegaría a ser esto para nosotras aún sin saber que lo sería.

Es por eso que el me llevaba, y no cambiaría su compañia por nada.

Una vez en el patio, pude observar que del lado izquierdo estaban todos mis familiares, y del lado derecho mis amigos.

Pero lo que más captaba mi atención, y esta vez no eran mis pequeñas sobrinas, era quien tenía al frente mía, quien me sonreia mientras recorría el angosto espacio agarrada del brazo de mi hermano.

Al llegar, Mark unió nuestras manos, dando inició a la ceremonia.

Y mientras escuchábamos las palabras solo éramos él y yo.

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-Llegamos. -le dije mientras terminaba de abrir la puerta del departamento.

Entramos y el observaba todo curiosamente, me senté en el sillón aún observandolo y el sonrió, sabiendo que lo veía.

-Una foto durará más, Rubiecita.

-Posiblemente, pero creo que al ser nosostros un matrimonio consta de que estemos juntos, no de la compañia de una fotografía. -le dije, sabiendo que había ganado.

-Bien jugado, señora Black. -me sonrió mientras pronunciaba detallada y pausadamente mi nuevo apellido-. Me encanta como suena en ti.

-Gracias, señor Black. ¿Estas seguro que es bueno acabar de dejarlos en lo que queda de la celebración?

-Lo entenderán. -me dijo mientras se acercaba y empezaba a dejar rastro de besos húmedos por mi cuello que lentamente llegaron hasta mis labios.

Fue cuestión de segundos que el estuviera enfrente mía, para hacer que sus labios disfrutarán con los míos, mis manos subieron rápidamente desde la zona baja de su pecho hacia su cuello.

Se recargo en el sofá mientras que yo me posicionaba arriba suya.

Sus labios recorrieron mi clavícula, mientras que yo me movía lenta y marcadamente entre sus piernas haciéndonos suspirar.

Mientras seguía moviendome, el me acercó aún más y me recorrió meticulosamente hasta llegar al cierre de mi vestido para así abrirlo quedando solamente mi espalda expuesta mientras que el vestido se aflojó en mis hombros.

Desabotone su camisa, dejando su torso desnudo y pase mis manos lentamente en un recorrido que llegó a su cara.

Bese su cuello y pego su boca a mi oreja -¿Donde aprendiste a ser así?

-Callate. -le dije mientras me levantaba y me iba hacia una de las dos habitaciones que tenían cama.

Me acerque al espejo ovalado del tocador y empece a desenredar mi cabello.

-No te enojes, Rubiecita. -se posicionó detrás mía y pego su cuerpo al mío.

-Por Hades, Sirius. Acepta un no. -le dije cansada y un poco molesta por su estúpido comentario.

-Yo sé, que tu no quieres un no.

Me volvió hacia el y choque contra su pecho, mientras que el me acercaba a la cama y me recargaba en ella.

Volvió a besarme lentamente, y la noche se fue rápidamente mientras que nuestros cuerpos disfrutaban entre sí, llegando al más divino de los placeres.

Volvió a besarme lentamente, y la noche se fue rápidamente mientras que nuestros cuerpos disfrutaban entre sí, llegando al más divino de los placeres

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Hola personitas...

Este es un paso grande, ¿o no?

Oficialmente con este capítulo se acaba la parte uno, pronto podrán disfrutar de la segunda parte por mientras haré un arreglo a los capítulos, pero que no serán gran cosa.

Eso si, tendrán el capítulo 29 de la nueva parte, ¿Se sienten ansiosos, que creen que tratara ese capítulo?

Las quiero, este logró no es solo mío, sinó también de ustedes.

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𝓛𝓮𝓳𝓪𝓷𝓸𝓼 𝓡𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼 | 𝘴. 𝘣.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora