Karissa, aunque parezca ser la persona más normal, no lo es. Es parte de mundos fantásticos por una unión que causo su nacimiento, pero son peligrosos. Es una de las pocas personas con esta clase de accesibilidades, pero corren más peligro por las a...
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PARTE DOS ღ CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
"LAS LÁPIDAS"
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Actualidad
Astoria, Queens
Karissa
Camine de la mano agarrada junto a mi hija y los otros, mire todas las lápidas al rededor nuestra creando aquel sentimiento de tristeza que siempre me causaban al verlas.
Rosa, Seth y sus cuatro hijos, además de Ginger, Mark e igual John venían igualmente acompañados de sus hijos. Los demás como Richard, Verónica, Frederick, Amelia, June y Abby venían solos.
Creíamos que los menores de siete años no debían acercarse mucho a este ambiente, era algo que pronto entenderían, pero preferimos dejarlos un poco en la ignorancia de sus pensamientos.
Al caminar por otros minutos más encontramos un gran espacio que tenía solamente seis lápidas.
Cada quien fue a una lápida que tenía más significado para alguien de nosotros. Rosa se acercó junto con su familia a la primera de todas, la de su hermano Jason Losten, quien había fallecido mientras ella aún era una niña. John, Hayley, Frederick y Amelia a la de mi difunta hermana, Gwendolyn Wroth. June, Abby, Verónica y Richard fueron a la de Margot Light, quien había fallecido casi un año atrás. Mientras que Mark y Ginger iban a la de Diana y Edward.
Yo me dirigí a la última vacía junto a mi hija, era la primera vez que ella venía y todo la tenía curiosa. Al detenernos vimos la lápida y nadie dijo nada hasta que ella se atrevió.
—Mamá, ¿ahí está el abuelo? —pregunto ella apretando mi mano.
—Si, dulzura —le dije mientras me arrodillada y ella hizo lo mismo.
Coloque una rosa al lado de su tumba mientras miraba la inscripción de esta:
En Memoria De...
Daniel Gryffindor 17 de Julio de 1937 • 14 de Febrero de 1961
"No sabes lo que encontrarás, y por eso todo será un misterio, pero nada de eso debe parar tu camino"
Gwendolyn tocó la lápida, se quedó un momento con la mirada perdida para luego verme.
—Era un buen hombre, me hubiera gustado conocerlo.
—A el le hubiera encantado conocerte, Gwendolyn —le dije sonriendo, mientras recibía una de sus especiales sonrisas.
—¿Por qué no hablas muy seguido de las personas que ya no están con nosotros? —su pregunta me hizo recordar rápidamente a Sirius, haciendo crear un nudo en mi.
—Por que duele. Pero si eso quieren, cada noche les hablare de ellos —le dije. Me abrazo unos segundos con emoción y yo solo reí.
Caminamos a la tumba de Jason y nos quedamos unos minutos junto a Rosa. Tal vez nunca conocí a su hermano mayor, pero lo más importante entre nosotros era darnos el apoyo que necesitamos para enfrentar nuestros males siempre. Hasta cuando no nos demos cuenta del apoyo que necesitamos.
—Mira Gwenny, tu tocaya —le dijo John a mi hija al vernos acercarnos.
Mi hija corrió a su lado y miro la lápida de mi hermana, Gwendolyn. Hayley me abrazo al acercarme, al cual yo correspondi, se que a ella le dolía todo esto, pues mi hermana había fallecido cuando Hayley tenía apenas cuatro años y apenas tenía recuerdos de ella.
—Recuerdo como tu mamá y papá peleaban —le dije a mi sobrina, llamando la atención de mi hija y cuñado—. Recuerdo una vez que a tu padre le hicieron una broma y tu mamá lo insulto, le dijo que era tan feo que se parecía una Manticora. Una cosa llegó a la otra y con un empujoncito de tu tío Mark bastó para que tuvieran el mismo comentario.
John río y negó. —¿Cuál fue?
—Que dejaran de quejarse, pues así nadie se los robaria o que necesitaban ser novios de una vez.
—Karissa, deja de decirle esas cosas a mi hija, no quiero que ande así con el primer chico que encuentre —dijo John con voz aguda imitando a una madre, sacandonos risas.
—¡Papá! —exclamó la pequeña.
Agarre la mano de Gwenny y le dijo vueltas, hasta llegar a la siguiente tumba la de Edward y Diana.
—Desearía que Dan recordará más de ellos —le dije a mi hija.
—Yo también —confeso ella—. También con Hayley, y mis hermanos y yo.
La mire unos segundos con los ojos cristalinos, y la abrace mientras trataba de contener mi llanto por ella.
—Lo siento tanto, amor —le dije a Gwendolyn.
—No te preocupes, mami.
Pasamos unos minutos así, hasta que ella murmuro. —¿Por qué nunca eres sincera con mis tíos?, se que te duelo de papá, pero no puedes reprimirlo para siempre.
—Por que haría cualquier cosa por todos ustedes, son mi familia y eso es lo más importante. Aunque eso quiera dar a conocer mi defecto fatídico.
—Te amo, mami.
—Y yo te amo, nena —le dije a mi pequeña para infundir nos nuevamente en un abrazo.
Sabía que los muertos ya no podían estar con nosotros, pero revivir su recuerdo, incluso de los que ya no se encontraban por otras cosas entre nosotros, era lo más preciado para dejar en las nuevas generaciones, que los recuerdos de nuestro pasado estarian en sus memorias y no seríamos los únicos en recordar.
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[MARATÓN 2/2]
¡¡Hola, hermosas personitas!!
Diganme que no soy la única a la que se le hizo muy triste, bueno este es el último capítulo del pequeño maratón para festejar internamente mi aceptación a la prepa que quería.
¿Ustedes han leído A Través De Ti? Dios, no puedo creer que haya terminado, me dan ganas de llorar.