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PARTE DOSCAPÍTULO TREINTA Y CINCO

"VIEJA AMIGA"

Actualidad

Astoria, Queens

Karissa

Cada instante que pasábamos vivos siempre había un enorme cambio en la vida, en nuestra vida. El cambio podía ser leve o demasiado grave para nuestro ser.

Nadie podía predecir aquellos segundos que pasaban lentamente en un instante, que te dejaban helada e inservible, ni siquiera el más fuerte podía evitar la bala de dolor, nadie.

Esos instantes que antes habíamos comentado entre nosotros, o vivido en cierto momento de nuestra vida me volvió a pasar.

La llamada de June volvió loca mi tranquilidad, la rompió. Recordé con gran intensidad las muertes, los abandonos, el desastre, los sentimientos. Me volví a quedar helada.

Apenas pude murmurarle algo, y después de colgar no pude hacer nada. Gwendolyn jalaba mi mano, su rostro tenía lágrimas y trataba de contener sus sollozos. Fue ahí cuando reaccione y la abrace.

Corrimos hacia arriba y nos fuimos a cambiar con lo primero desente que encontré. Después hice lo mismo con mis dos menores hijos, quienes estaban confundidos y tenían caras adormiladas.

Entramos al garaje, en donde se encontraba un Mercedes-Benz W123. Entramos y cuando estuve segura de que ya estaba todo maneje hacia el hospital.

Se escuchaba una canción del radio, mis hijos ya se habían vuelto a dormir y solo quedaba que llegará y nuevamente los despertara. No sabía cómo reaccionarían al enterarse, no sabía cómo estarían los demás pero tenía miedo.

Al llegar y estacionarme tomó un par de respiraciones, pues mi corazón corría como loco, y mis manos no dejaban de temblar.

Al calmarme salimos y nos dirigimos hacia el hospital. Entramos y encontramos a mi familia en cuestión de minutos nadie hablaba, Richard nunca se paro de su lugar, al lado de el estaba mi cuñada Verónica, que tenía ya siete meses de embarazo. Rosa y Seth me ayudaron con los niños, mientras que los otros, Ginger, Mark, John, Frederick, Amelia, Abby y June me saludaron.

Mis sobrinos estaban en la casa de James y Lily, y estaba segura de que no tendrían dificultades por ahora ya que estarían cansados.

Abby se acercó y me empezó a decir lo que pasó, como Margot —quien se estaba quedando con las Howard— quien se empezó a sentir mal hasta el punto de desmayarse. Habían llegado media hora y aún no tenían noticias de ella.

𝓛𝓮𝓳𝓪𝓷𝓸𝓼 𝓡𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼 | 𝘴. 𝘣.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora