Karissa, aunque parezca ser la persona más normal, no lo es. Es parte de mundos fantásticos por una unión que causo su nacimiento, pero son peligrosos. Es una de las pocas personas con esta clase de accesibilidades, pero corren más peligro por las a...
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PARTE DOS ღ CAPÍTULO TREINTA Y UNO
"CAMPAMENTO"
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Actualidad
Campamento Mestizo, Long Island
Karissa
Recorrí la mirada por los muebles blancos, por el suelo del característico marrón de un árbol, y las ventanas por las cuales la luz se vislumbraba. Asenti con aprobación y cerré con cuidado la puerta de la última habitación. Todo estaba guardado y en un peculiar buen orden.
Baje los escalones con cuidado y lentitud, mientras miraba fotografías —que yo había tomado tiempo atrás— colgadas por las paredes del camino.
Al terminar mi recorrido, mire con diversión como mis hijos jugaban entre sí, corriendo por la sala, mientras que mi ahijado y mejor amigo de Gwendolyn, Jeremy, pronunciaba con dificultad el nombre de mi hija mayor.
Mire hacia abajo, en mis brazos descansaba la menor de mis hijos que miraba con curiosidad mi rostro. Le sonreí causando una escandalosa risilla que alertó a mis hijos de mi presencia.
—Mamá, tío Jem y tía Lily están en la cocina —habló con dificultad Gwendolyn.
—Gracias, Gweny. Vuelvan a jugar niños —les dije sonriente mientras avanzaba hacia la continua habitación.
Ahí, sonrientes se encontraban mis amigos. Al mirarme Lily se acercó corriendo para tomar a mi hija en brazos, mientras James tenía a Harry sentado entre sus hombros.
—¿Ya está todo listo? —pregunto Lily. Su mirada nunca dejó a la pequeña en sus brazos.
—Todo está listo —le asegure.
—Entonces vamos —dijo James quien se dirigió hacia la sala.
Lily me entregó a mi hija y siguió a James. Al estar en la sala salí junto a los niños y una maleta mientras que James y Lily me ayudaban con las maletas restantes.
Caminamos dos casas para llegar hacia nuestro destino. Entramos al pasillo de entrada, dejamos las maletas y nos dispusimos a despedirnos.
Me acerque y abrace a la pareja, al separarnos abrace a mis ahijados, Jeremy y Harry para luego agarrar de la mano a Gal.
—¿Segura que estarás bien? —pregunto James. Su característico tono de hermano sobreprotector me hizo reír.
—Estaremos bien, solo será esta semana —les dije—. Aparte iré junto con la familia.