Karissa, aunque parezca ser la persona más normal, no lo es. Es parte de mundos fantásticos por una unión que causo su nacimiento, pero son peligrosos. Es una de las pocas personas con esta clase de accesibilidades, pero corren más peligro por las a...
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ACTO DOS ღ CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
"SIRIUS"
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Cornualles, Inglaterra
Karissa
Con la taza de té recién hecho me dirigí con pasos lentos hacia la sala de mi silenciosa casa, la ausencia de personas era muy notable, algo que no terminaba de agradarme por el ambiente que se hacia.
En estos mese habían pasado varias cosas abrumadoras que aun me seguían. Empecé a trabajar en la oficina de Aurores desde el octubre del año pasado tras las insistencias de mis hermanos en volver a ese puesto, pues en Estados Unidos era parte de ellos, me acople perfectamente hasta el verano pasado, pues algunos Aurores al enterarse de mi relación con el único prófugo de Azkaban no les agrado. Dejando de lado el modo en como me vigilan, como si estuviera haciendo algo malo siempre también están los problemas en Hogwarts aparte de los Monstruos.
Necesitaba un descanso de todo esto, y sabia perfectamente que mis hijos también, aunque no me quisieran contar como se siente en estos momentos sabia que estaban cansados de la noticia que alarmo durante los días a el mundo mágico y hasta el muggle.
Con un suspiro cansado entre a la acogedora sala, pero me sorprendí al ver una figura junto a el suelo, agarre mi varita y apunte hacia la figura que estaba dándome la espalda, no sabia si era un monstruo o una visita con malos modales, pero siempre debíamos de estar alerta.
Aun sosteniendo mi taza de te hable seriamente. —¿Quién eres?
La figura se giro en mi dirección al escuchar mi voz. Todo paso rápido, mi taza y varita entre mis manos, una oleada de sentimientos se encontró conmigo y retrocedí temblando levemente mientras mis ojos se humedecían, murmuraba sin poder completar frases, no podía ser.
—Sirius... —susurre y recordé la noche en que todo paso y las lagrimas casi recorren mis mejillas—. ¿Qué Hades haces aquí?
Por un momento me olvide del amor que tenia hacia su persona, de cuanto lo había extrañado, que yo sabia que no podía ser culpable. Yo no podía salir de la impresión, el me miro con esos ojos grises que tanto había extrañado, pero ya no tenia esa mirada picara y divertida, sino una triste y solitaria mirada.
—Yo solo vine a hablar —hablo el—. Quiero que sepas todo lo que paso esa noche, quiero saber de mis dos pequeños, por favor Kass.
Respire pesadamente sintiendo mi corazón aumentar en cada latido. Nunca me había sentido tan indefensa. —Creo que seria mejor si hablamos mañana.