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La puerta del tocador se abrió y pude ver a una Jessica totalmente furiosa entrar, cerrando detrás de ella la puerta con traba. Mi corazón empezó a palpitar fuertemente queriendo salir de mi pecho y garganta mientras resonaba en mis oídos y como si fuera una hoja de papel empecé a temblar a cada paso que daba ella para acercarse ami. Y como un rayo, tomó mi cuello con su mano y me estampó en la pared mientras se acercaba a mí hablando con los labios fruncidos.

—¿Qué piensas hacer? ¡Eh! — dijo mientras apretaba más mi cuello, sentía mis ojos arder y la sangre pararse. Su saliva salía de su boca cuando hablaba furiosa —Este jueguito tuyo de jugar a la famosa no durará mucho tiempo, pequeña perra—

Su mano soltó mi cuello y me caí de trasero al suelo, pero seguido levantó su puño y por impulso cubrí con mis brazos para cubrirme el rostro, y por lo tanto su mano terminó en mi codo, lo cual fue resistente y solo sentí una pequeña punzada. 

Pero eso no fue el final… con su tacón me enterró el mismo en el muslo haciendo que diera un pequeño grito de dolor, mierda. Por favor señor Jesús haz que pare. 

<<Todo estará bien _____________>> pensé, pero sabía con certeza que nada estaría bien desde ahora.

<<Aguanta un poco más, se fuerte>>una voz resonó en mi cabeza, pero antes de que pudiera asimilar Jessica tomó con su puño mi cabello e hizo que me golpeara con el lavabo del restaurante, si seguía así… Moriría

—Basta— susurré como puse, ella quedó petrificada— Tienes todo lo que quieres, por favor— le rogué, suplicando que pare— Tienes familia, tienes un asombroso novio, tienes fama— dije llorando— Lo tienes todo Jessica por favor, déjame—

Ella me pateó el estómago una vez más y salió del tocador y lo único que hice fue irme a una esquina y juntaba mis rodillas para poder llorar en paz. 

Veintiocho:

Miré a la mesa donde estaban todos y suspiré mientras me arreglaba el cabello y mi maquillaje, pero no volvería allí ni aunque me pegaran mil dólares. Con discreción, salí del restaurante pero fui sorprendida por reporteros y no me fue inevitable llorar en silencio mientras filmaban todo. Joder, que esta mierda se acabe.

—¿Es cierto los rumores de que fuiste besada por Justin Bieber en los premios? — preguntó uno mientras todos trataban de cubrirme con sus jodidas cámaras

<<Si, lo besé e incluso estábamos a unos segundos de que me metiera a su cama. ¿Contento idiota?>> pensé, los dolorosos recuerdos volvían ami y volví a llorar en silencio mientras caminaba, o al menos intentaba

—¿Eres Belieber? — preguntó otro, solo le sonreí, pero no di información

—¿Estás enamorada del novio de tu hermana? — preguntó otro

—¡Necesitamos una respuesta! — gritaron todos

—¡Y yo necesito tranquilidad! — grité y como pude entré a mi casa para deslizarme por la puerta. Y no lo pude evitar, grité a todo pulmón sacando todo lo malo dentro de mí. El grito salió brutal, algo primitivo mezclado con sollozos y pura agonía. Me hundí en mis rodillas, tratando de hacerme un ovillo y desaparecer del mundo. Miré al reloj y eran las once de la noche en punto y no lo evité, me fui y me cambié la ropa por un pijama de pantalones a cuadros y una musculosa blanca, y me senté en los bancos altos de la cocina junto a un gran tarro de helado de chocolate, para aliviar malas penas. Luego de una hora, la cerradura de la puerta sonó seguido por risas animadas, ni siquiera se dieron cuenta de que me fui a la mierda.

Jessica estaba borracha o al menos eso parecía, Steve estaba hablando con Justin algo de negocios y mi puta madre estaba con su Iphone hablando con un cliente de la industria. Que familia del asco por Dios

—¿Qué pasó ____________?¿Mala noche? — preguntó Miriam mientras Steve reía al igual que Jessica pero Justin no decía absolutamente nada, en sus ojos había preocupación. No respondí nada

—De seguro fue que se vió al espejo— comentó Jessica mientras Miriam asentía y Steve estaba de acuerdo

—Ponte derecha ________________, estarás más jorobada de lo que ya estas— dijo mi “padre” al cual amaba mucho y el sentimiento de traición por parte de él aumentaba al igual que mis lágrimas y el nudo de garganta y estómago permanente

—Por eso nadie la mira— dijo Jessica hipando— Es una jodida virgen aburrida—

No aguantaría por Dios, no quería más criticas

—Es demasiado Jessica— dijo Justin defendiéndome

—Tiene razón Justin— habló Miriam— No es más que una pobretona que no tiene donde caerse muerta— 

Mi respiración se agitó y mis fosas nasales se dilataron. Las lágrimas ya bajaban como cataratas y la preocupación de Justin aumentó, pero nada me detendría ahora joder. Estaba cansada y quería explotar

—¡Por Dios! — Grité tomando el vaso de vidrio y tirándolo a la pared cercana haciendo que volara a pedazos— ¡Podrían dejarme en paz! — Volví a gritar mientras mi voz titubeaba— ¿¡Que no tengo en donde caerme muerta Miriam!? ¡Eres tú la que está frustrada sexualmente!

—No me hables en ese tono estúpida. Soy tu madre— me reprochó gritándome

—¿¡Mi madre!? — Pregunté mientras sacaba el sobre rojo y se lo tiraba a sus pies— ¡Un cuerno y un ovario mi madre! ¡Ustedes, hijos de puta! — Los señale a Jessica, Miriam y Steve— ¡No son más que simples pedazos de mierda, que hicieron mi vida una porquería única! — Justin se acercó hacia amí y lo frené con una mano

—¡Gracias a nosotros tienes un hogar, niña! — me reclamó Steve, furioso

—Y pensar que te amaba— susurré mientras lo miraba con odio— ¡Te amaba como a un padre! ¡Y me importa un carajo el hogar! ¿Saben? ¡Hubiese preferido estar bajo un techo de cartón con una familia que me ame que a estar con ustedes! — 

Eso le dolió a Steve, pero no a Miriam y mucho menos a Jessica. 

—Eres una desagradecida— dijo Jessica ¡Lo que faltaba!

—Y tú, estúpida de mierda— la señalé con mucho rencor y me acerqué a ella con furia tanto que Miriam se puse delante de ella como un escudo humano— ¡No fuiste más que una zorra! Engañaste a Justin por dios santo— levanté mis manos al cielo, confesando todo y quería sacar toda la mierda que ella me había hecho durante unos diez años en menos de diez segundos— ¡Abusaste de mí! ¡Me pegaste hasta que quedara sin conciencia, hija de puta! ¡Viví de tus maltratos toda mi puñetera vida! — la miré queriendo matarla, ahora quedaría mal ella— ¡No soporto a nadie de esta familia! Y mucho menos a ti Jessica, Justin no merece estar con una zorra como tú, no vales ni siquiera en pensar en ti un momento. Eres una pérdida de tiempo— 

—________________________— habló Justin tratando de pararme, pero nadie impediría que saque el dolor de adentro.

—________________ ¡Nada! — llore mientras le dije gritándole— Nadie vale la pena aquí, era mejor morir ¡Joder! — agarré el espejo de la entrada y lo tomé levantándolo y seguido lo estampé contra el suelo para que se hiciera mierda en pocos segundos, todos gritaron del susto y sin decir más tomé el bolso y salí corriendo de la casa, a un lugar donde pudiera pensar, sin personas, sin tráficos y sin reporteros.

Gritos SilenciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora