IV

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Capítulo Cuatro

¿Qué?... ¿Acaso me crees violador, TaeHyun? Créeme que ahora el idiota aquí eres tú.

________( 🐾 )________

SooBin aún adormilado, comenzó a olfatear de dónde provenía el olor. Poco a poco fue saboreando y disfrutando ese exquisito olor de fresas y flores.

Quería pensar qué tal vez era por que su papá andaba en celo, así que no presto gran importancia a YeonJun, pero era más que claro que el portador del aroma era su amigo. SooBin fue abriendo—lento— los ojos, en busca de su mejor amigo. Con un ojo cerrado y el otro entreabierto, comenzó a llamar a el cachorro.

—¿YeonJun?—llamó el alfa—¿Estas en la cama?

No hubo respuesta. Solo un jadeo, uno de dolor.

Y aún así, SooBin pensó qué tal vez YeonJun estaba dormido y haberlo molestado un poco interrumpió su importante siesta. SooBin abrió completamente un ojo y vio que el cachorro no se encontraba en la cama; ahora estaba confundido. ¿Donde andaba YeonJun?

El alfa se paró al fin de la cama, frotó su otro ojo con su puño para tan siquiera despertar un poco y poder ver bien en aquel obscuro—no tanto, ya que la luz de la luna daba algo de visibilidad a la habitación—y no tan espacioso cuarto. Cuando por fin abrió completamente sus dos ojos, vio que YeonJun no andaba ahí, sino que estaba sentado—con la apariencia de estar muy agotado, débil— enfrente de la puerta de su baño.

Confundido frunció su frente y nuevamente, el olor lo acorraló, su lobo se puso ansioso de cuidar a ese omega. Y después de un rato, se dio cuenta. YeonJun era el dueño de ese olor, y por lo tanto, daba a saber que este ya se había presentado. Soobin se tensó al corroborar su teoría. YeonJun oficialmente ya no era un cachorro, ahora—por lo que supo SooBin— era un omega.

Entonces SooBin supo que esa noticia no era buena ni para él ni para el reciente omega, era una muy mala. SooBin miró a YeonJun pero quitó su vista casi al instante cuando este soltó un jadeo al internar pararse. Se veía nervioso y SooBin se sentía ansioso.

SooBin no quería —por que sabía las consecuencias— acercarse más a YeonJun, aún que su lobo anduviera loco por el riquísimo olor del omega, no iba a permitir que tomara control de SooBin. No lo iba a hacer.

La lucha entre el lobo y SooBin era algo que no se sabía con certeza quién iba a ganar; el lobo quería tomar y hacer suyo a ese lindo omega, controlando los pensamientos del chico pero SooBin quería oponerse a eso. Claro, SooBin de igual forma tenía algo que no lo detenía a hacer eso, YeonJun era su mejor amigo y los mejores amigos se ayudan, ¿cierto? Pues para SooBin—y parte de su lobo— le parecía una fantástica idea ayudarlo a satisfacerse él y al omega en su primer celo. Pero la parte humana de él le decía que ni loco lo hiciera, no tenía ni por qué pensarlo, por que YeonJun es su mejor amigo.

Así que, SooBin iba —por mientras— ganando aquella lucha entre su lobo y él. SooBin estaba en un control que —para ser sinceros— cualquier otro alfa no podría estarlo, eran tan fuertes y llamativos los feromonas del omega que incluso tan siquiera oler poco te empalagaba.

Pero YeonJun no podía ni siquiera controlarse él mismo, sus feromonas llamaban rogándole al alfa que lo mimara y que le prestara atención. YeonJun ahora solo pensaba en insinuársele al alfa, cosa que preocupo a YeonJun. El omega intentaba pasarse por si solo, pero sus —ahora— torpes piernas solo tiritaban, su humano pedía irse de inmediato de ahí pero su lobo interno le gritaba con entusiasmo reproducirse con SooBin. Y él, solo se sentía inútil por no hacer nada al respecto.

Celo ↬ SOOJUN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora