Dieciocho

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Me lo pasé bien con ellos ese día, se sintieron como unas vacaciones, unas vacaciones de mi vida.

Unas vacaciones para sanar, física y psicológicamente.

Pero como eran eso, unas vacaciones, tenía que volver a mí realidad.

—¿Estás segura? —me dice otra vez Luke cuando entra en el auto.

—Sí. —le digo, ya había tenido bastante tiempo para auto convencerme, este podía ser mi fin o mi inicio.

—Llámame cuando puedas, si sales mándame tu ubicación a tiempo real. —me habla rápido pero aún así lo entiendo —. Mándamela ahora mejor, quizás después no puedas.

El nudo que se forma en mi garganta cuando lo escucho decir eso podría ahogarme, tenía razón.

Era probable que no pudiera hacer nada.

Cerré los ojos para eliminar ese pensamiento mientras sacaba mi celular y lo encendía.

Mientras la pantalla cambiaba de color, Luke comenzó a manejar, me dejaría en el supermercado en el que nos conocimos.

Cuando mi celular termina de encender y de cargar los mensajes y llamadas perdidas entro a su chat para mandarle mi ubicación.

Cuando veo el logo del supermercado toda mi valentía para estar aquí se va, el hueco en el pecho, el vuelco en mi estómago, el nudo en mi garganta, todo viene a mi en un segundo.

Y él lo nota.

Y lo sé porque su mano toca la mía dándole un apretón, intentando darme fuerza, fuerza que no me llega.

Pero aún así bajo del auto, temblando por lo que me espera y cierro la puerta.

Y camino sin mirar atrás, por más que quiera hacer justo eso.

Mis pasos son lentos, porque no quiero llegar a casa.

Porque con cada paso que doy me siento más alerta, pienso en todo lo que hay en mi departamento.

Cuchillos, botellas, vasos, corriente, él.

En mi mente aparecen todas las maneras en las que él podría hacerme daño, me aparecen todas las maneras en las que él termina ganando.

Agua hirviendo, golpes, sus cinturones, mis tacones.

Más escenas aparecen, en todas termino igual.

Séptimo piso, un incendio, ella se tomó todas esas pastillas, ella saltó, ella se suicidó.

Yo lo hice.

Si me pasaba algo yo sería quién lo hizo.

Entonces me detengo y llamo a Luke.

—Ma-Becca, ¿Qué pasó? —y eso me confirma un poco lo que temo.

—Luke, necesito saber que pasó con Madisson, ahora. —le digo mientras la presión en mi pecho sube y me apoyo contra una pared para encontrar un apoyo.

Y él me cuenta todo.

♡ ♡ ♡

Ya estamos llegando al final ¡por fin!
Después de éste quedan tres capítulos más

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora