«No conozco otro camino yo, por mucho tiempo he estado corriendo hacia un solo lugar ¿A donde mas debería ir?
Mira al cielo de la noche , mira a esas estrellas brillantes. Ellas brillan en la oscuridad como nosotros...
Stray Kids – Glow»
La primer estrella había aparecido en el cielo, eran cerca de las siete treinta y JeongIn se encontraba en el pórtico de la casa donde vivía. Aquella era una costumbre para el, venia siguiéndola por los últimos años y ya tenia en claro el horario en el que esta se dejaba ver por entre los tonos rojizos del atardecer.
Como siempre, unió ambas manos a la altura de su pecho entrelazando sus dedos, como si de aquel modo el deseo que recitaba día con día en esta ocasión fuese a hacerse realidad.—Hoy parece un día bello...
JeongIn miro hacia atrás en dirección a la entrada y observó a SeungMin salir con su típica sonrisa cálida hasta tomar asiento sobre la banca situada a un costado de la puerta. JeongIn sonrió ampliamente consiguiendo que sus ojos desaparecieran y se sentó a un lado de SeungMin.
Sus manos hicieron los típicos movimientos ágiles a los cuales ambos jóvenes estaban acostumbrados ya que, aquella era la forma de comunicarse del chico de tan solo diecisiete años.—Si Jeongiie~ la comida esta lista ¿quieres entrar? —El mencionado asintió levantándose nuevamente hasta entrar de vuelta a la casa y sin parar llego a la cocina tomando su asiento frente a la mesa.
—Necesito que comas tus vegetales ¿Sabes? Últimamente solo comes cosas de colores menos lo verde. Estas en crecimiento JeongIn.
El mas bajo fruncio el ceño y se cruzo de brazos haciendo notar su inconformidad.
SeungMin se limito a sonreír y negar colocando el plato de vegetales salteados y pasta frente a su menor y uno mas para si mismo.Su vida no había sido para nada sencilla y, aunque solo eran ellos dos ambos se cuidaban entre si. Aunque por supuesto JeongIn sentía que era solo el quien estaba siendo protegido por su hermano mayor, y es que, aún si no compartían padres, sangre o si quiera demasiado tiempo de conocerse, ellos ya se consideraban familia.
Habían pasado mil días exactamente desde que SeungMin había despertado en la cama de aquella casa desconocida, con algo de miedo exploro cada rincón del lugar y al llegar a una de las habitaciones se percató de la presencia de JeongIn... Aquello habría sido un problema de no ser porque el chico era demasiado delgado y joven, era pequeño a comparación de la complexión de SeungMin. Cuando despertó, JeongIn se encontró con aquella sorpresa, parecía confundido y le costo trabajo acoplarse a su compañero, meses de acciones para que pudiese ganar su confianza, además el hecho de que SeungMin conociera el lenguaje de señas le concedió puntos extras, puesto que JeongIn carecía del habla.Ninguno entendía que pasaba, durante meses trataron de buscar a alguien que les explicara la situación, pero después de un año en soledad, todo parecía indicar que sólo estaban ellos, ¿en todo el mundo? Eso ni ellos lo sabían, habían perdido la memoria y por suerte recordaban su nombre (aunque no su apellido) y su edad, sin embargo nada mas.
Algo curioso para JeongIn era que ambos sabían un dato mas en común: el lenguaje de señas. Era como si alguien los hubiese juntado por algún motivo, o posiblemente SeungMin y el si se conocían tiempo atrás...Desde entonces aprendieron a vivir a su modo; tenían aquella casa y extrañamente los servicios básicos funcionaban, además , si caminaban durante un rato llegaban al supermercado, que si bien no lo volvían a llenar había comida suficiente para sobrevivir durante muchos años mas. Las habilidades de cosecha de SeungMin se agudizaron y antes de perder totalmente los vegetales sembró algunos creando un pequeño huerto en el amplio jardín de la casa. Habían encontrado el modo de sobrevivir e incluso cómodamente y en paz.
—Mañana debemos ir a buscar mas comida Jeongiie. Se esta terminado.
El menor miro a su compañero y asintió terminando de comer. Se levantó, tomo ambos trastes y se dirigió a lavarlos cuando, un sonoro golpeteo en la puerta les hizo congelarse en su lugar.
Mil días, en mil días en los que la paz les había inundado, nunca habían pasado por algo similar.
JeongIn corrió hasta situarse detrás de SeungMin, quien a su vez había tomado un cuchillo de la cocina antes de avanzar hacia la entrada en guardia.
Por un momento pensó que se trataba del viento, pero los golpes se hacían constantes. Sentía el corazón de su compañero golpear ansioso contra su espalda e incluso podía jurar que temblaba.—JeongIn ve a la cocina... —Una suave presión se hizo presente por parte del aludido joven quien se negaba a alejarse de su amigo. —me sera mas sencillo correr a mi solo y luego alcanzarte si es que hay peligro. —Negó una vez mas.
A veces, la impotencia se apoderaba del cuerpo del mas bajo. Odiaba tener aquella discapacidad... Y la estaba odiando mas en ese momento donde deseaba gritarle a SeungMin que no se apartaría de el. Pero entonces los golpes cesaron.
Con precaución, el mayor avanzó un poco mas hasta abrir la puerta sin ver nada frente a el, aun así su corazón no detenía el golpeteo ansioso. Fue tan solo la suave mano de JeongIn golpeando un par de veces su brazo que le hizo reaccionar; el chico miraba a un punto fijo en el suelo, estaba boquiabierto y aunque su rostro ya no llevaba impreso la palabra 'miedo' en el, aun tenía una expresión poco común.Volteo a mirar al pie de la puerta encontrándose con el cuerpo inerte de un joven de cabello rubio, parecía no tener ninguna herida grave... O eso pensó hasta que dirigió su vista a una de las piernas de este, de donde comenzaba a formarse un charco de liquido rojo que , incluso con su poca experiencia, sabía que era una muy mala señal.
—Vamos a llevarlo adentro Jeongiie.
ESTÁS LEYENDO
Miroh : Clé
FanfictionHan pasado mil días desde que JeongIn despertó en un lugar desconocido, los mismos mil días que ha compartido con su compañero SeungMin en aquella amplia casa. Su vida parece tranquila y pacifica, sin embargo una serie de sucesos cambiaran el curso...