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⊑47: Séptima cita⊒

Jimin no asistía a conciertos muy seguido.
Cuando era adolescente y asistió al concierto de su boyband favorita del momento, un chico desconocido le lanzó una rebanada de pizza en la cara y después salió corriendo del lugar, no sin antes dejarle una tarjeta (del concierto) con un número telefónico al reverso.

El Omega nunca llamó.

Ahora en su vida adulta, veía las cosas de distinta manera y definitivamente ir a un concierto lleno de jóvenes gritando, brincando y coreando canciones no sonaba muy llamativo para él.

Sin embargo, ese chico Mingyu le despertaba un interés genuino. Tal vez había sido su forma de ser directa y cómica o su cara bonita.
Llegó al lugar en punto de las 6:00 PM y se encontraba parcialmente lleno, el escenario ya estaba armado y había técnicos haciendo pruebas de sonido sobre él.
Caminó hasta el puesto de café donde vería a Mingyu y luego de esperar unos cinco minutos, el pelinegro apareció.

- ¿Jimin? - Dijo el chico.

- Mucho gusto, Mingyu. Este lugar de ve lindo. - Habló Jimin y el otro rió.

- Lo es, pero definitivamente no querrás estar aquí cuando todo inicie, vamos atrás del escenario ¿Sí?- Jimin asintió y Mingyu lo tomó del brazo y llevo hasta backstage donde había músicos por todas partes y staff ayudando a éstos mismos.

- Háblame de ti, Minnie - Ofreció Mingyu luego de sentarse en un cómodo y blanco sillón.

- Pues...-

- ¡Mingyu! - Gritó un castaño interrumpiendo su prematura conversación.

- ¿Qué pasa? - Respondió molesto.

- A tu camerino, an-dan-do. - Antes de obtener respuesta, su representante lo tomó del cuello de la camisa roja que llevaba puesta y lo llevó a su camerino.

Jimin luego de reír por su penosa situación decidió explorar un poco más el lugar buscando algún aperitivo o alguien con quien hablar un poco.

El rubio caminaba entre personas vocalizando y concentradas hasta que se topó con la mesa de comida.
Había una fuente de chocolate y fruta fresca además de hamburguesas, pizza y bollos de pan sabor canela recién horneados.

La boca de Jimin comenzó a salivar cuando el olor a canela se coló por sus fosas nasales.
A toda prisa se acercó a la mesa a pesar de la cantidad de personas que rodeaban el área de comida.

Buscó con la vista los bollos de canela y cuando finalmente su nariz los detectó camino directo hacia ellos.

Cuando estaba a unos centímetros de la mesa un hombre se dio la vuelta con su comida sin fijarse detrás de él.

Jimin sintió la salsa de tomate caliente quemando en su pecho.

Alguien tiró pizza sobre él.

Las mejillas de Jimin ardían del enojo, su camisa perfectamente blanca había sido arruinada por un tonto.

- L-lo siento yo- - Habló el pelinegro frente a él.

- ¡¿Es que tú eres ciego?! - Gritó Jimin atrayendo la atención de todos en la mesa de aperitivos.

- Uh... ¿Sí? - Respondió adormilado el chico de traje negro.

- ¡Jefe! - Intervino una chica rubia. - ¿Por qué eres así? - Golpeó al alfa en la frente.

- ¿Y mi disculpa? - Exigió Jimin.

- Lo siento, no era mi intención ser tan imbécil. - Habló Yoongi dejando con la boca abierta a Adora.