~16~

622 46 5
                                    

—¡Oh, mira eso! —exclamó Mirena. Ya habíamos salido de la escuela y nos encontrábamos caminando sin un destino, tras haber ido a una cafetería para comer algo—. ¿Qué te parece si vamos allí?

—¿Al centro de videojuegos?

—¿Acaso no te gustan?

—No, claro que sí. No soy tan aficionada a ellos, pero me gustan. No creí que a ti te gustaran —respondí mientras comenzamos a caminar hasta aquel lugar.

—Suelo venir con mi hermano algunas veces, por lo que terminaron por gustarme.

—Oh, entiendo...

En el tiempo que estuvimos allí, descubrí que Mirena era bastante buena en los juegos. Pero yo tenía práctica con dos hermanos y, por lo tanto, la mayoría de las veces era yo quien ganaba.

—No puedo creer que me hayas ganado otra vez —exclamó.

—Bueno... algún día podrás superarme, no te preocupes.

—¿Cómo es que eres tan buena en esto?

—Tengo dos hermanos. La competencia es bastante fuerte en los juegos, por lo que he tenido que mejorar mucho para poder ganarles.

—Ah, ahora entiendo —dijo riendo—. ¿Qué te parece si vamos allí ahora? —preguntó señalando un juego de baile.

—Sí sabes que es mi máquina favorita, ¿verdad?

—Jamás lo hubiera imaginado —contestó sonriendo.

—¿Estás segura?

—¡Claro! Obviamente ni de broma ganaré allí, pero creo que sería una oportunidad para ver qué tan buena eres en ello.

—Mmm... está bien.

Al dirigirnos a la máquina puse mi canción favorita en dúo, aunque jamás le dije a Mirena que puse la dificultad más alta, así que fue chistoso ver cómo trataba de seguir los pasos cuidando de no caerse.

—¡Oye, eso es trampa!

—Oh, ¿acaso dijimos algo sobre la dificultad?

—No, pero... eres un tramposa, ¿lo sabías? —reprochó entrecerrando sus ojos. Yo no pude evitar reír por ello—. No puedo creer que hayas seguido todo eso casi sin ningún error.

—Oh, sí he tenido errores; hacía bastante no venía a una de éstas.

v¿Bromeas? Has sacado el 95% de la canción.

—Antes sacaba el 100% —señalé.

—Ay, disculpe usted —exclamó levantando las manos y yo volví a reír—. Eres muy buena en esto, Yui... yo creo que deberías abrir un club de danza en la escuela.

—¿Qué cosas dices?

—La verdad... No hay un club, pero sabes que si consigues diez miembros tienes muchas posibilidades de que lo abran, ¿verdad?

—Lo sé... pero enseñar no es para mí. Si lograra abrirlo tendría esa responsabilidad y no me gusta...

—Mmm... entonces... —murmuró pensativa—. Podrías volver a retomar tus clases de baile.

—¿Acaso no quieres verme en el club de música? —bromeé, fingiendo que aquel planteo me había molestado.

—No, no es eso. Eres buena en música también; aprendes muy rápido y has logrado un nivel muy bueno para alguien que no sabía nada de música hasta hace unos meses atrás —explicó mientras salíamos de aquel lugar para sentarnos sobre un banco que había fuera—. Pero al verte bailar noté algo diferente, no sé cómo explicarlo... es como si transmitieras todo lo que sientes al hacerlo; se nota que pones tu corazón en ello, ¿sabes?

Sólo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora