Volver a casa

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Llevo mucho tiempo fuera de casa.

El día que me fui lo hice por un objetivo muy claro, tenía que encontrarme. No podía seguir tan perdida en mi propia vida. Sabía que para conseguirlo, tenía que alejarme de absolutamente todo. Tenía que dejar caer de una vez, toda la carga que llevaba en la espalda.

Necesitaba empezar desde cero.

Me subí al primer barco que pillé, no quise saber el destino, solo necesitaba salir de mi entorno. En esta búsqueda sin mapa, encontré todo lo que necesitaba para poder volver a creer en mí.

Todavía recuerdo como empezó todo, yo con apenas algo de conciencia y sin ningún apoyo. Y ahora ver que tengo hasta lo que jamás pensé tener...

-¿En qué piensas?-preguntó

Se me había olvida por completo que seguía a mi lado. Estaba tan metida en mis recuerdos que me olvidé de su presencia.

-En todo lo que me ha pasado.-contesté por fin.

-Y entonces, ¿Por qué lloraras?- preguntó

No me había dado cuenta de que tanta melancolía había hecho que llorase. Y justo cuando iba a contestarle, él aparto esa fría lagrima que recorría mi rostro y me dio un beso en la mejilla.

-Nunca había conocido a alguien tan valiente como tú.

Sus palabras hicieron cosquillas en mi estomago, como casi siempre que me hacía algún cumplido.

-¿Por qué decidiste quedarte?-pregunté- Me refiero al hecho de que sigas a mí lado, después de haber hecho todo lo posible para alejarte de mí.

-Me quedé por el simple hecho de que estoy loco por ti, además sé que no has tenido las cosas fáciles, y sé por todo lo que has tenido que luchar. Pero eso solo provocó que mi amor creciera mucho más.-contestó.

-Además...-me cogió de las manos- Quiero estar ahí siempre que me necesites, quiero que me cuentes todos tus planes de futuro, quiero ser yo quien te quite las lágrimas y ser el primero en hacerte reír. Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado.

No pude evitar emocionarme con sus palabras, y para no hacerlo.

Conocerlo fue lo mejor que me ha pasado en este viaje. Él me demostró que podía darle una oportunidad más al amor. Él estuvo en casi todos mis momento de dolor, fue él quien no me dejó rendirme tan fácilmente.

-Estás preparada para volver a casa.

-Quisiera poder decirte que no, pero la verdad es que tengo muchas ganas de volver. Aunque he de confesar que estoy un poco nerviosa.

-Tranquila, yo estaré contigo

-Gracias...

Volver a casa...

Sé que será extraño pero ya era la hora de regresar.

De repente es como si todos los recuerdos que he vivido durante estos años, regresarán a mi mente por arte de magia. Desde la despedida con mi pasado, hasta ahora.

No puedo evitar sonreír. Conseguí todo lo que me propuse, crecí como persona, me superé en todos los sentidos, disfrute de la vida y pude encontrarme. Realmente estoy agradecida por todo lo que me ha pasado, pero sin duda le doy las gracias a todos los momentos de dolor, ellos me han hecho más valiente, gracias a ellos descubrí que después de todo el desastre, viene la calma.

Todavía no me creo que está sea yo. Es todo lo contrario a como era antes, y eso me enorgullece porque significa que algo he hecho bien, y que no todo estaba tan jodido.

Por fin soy quien quería ser.

-Sabes, me recuerdas a los tulipanes.

-¿Los tulipanes?-pregunté extrañada.

¿Qué tienen que ver los tulipanes conmigo?

-Sí, los tulipanes.

-Y qué tienen de relación ellos conmigo.

-Cuando los tulipanes aparecieron por primera vez, todo el mundo estaba loco por ellos. Aquellas hermosas flores cambiaron el rostro de muchas damas, al ver que sus queridos esposos las habían regalado un ramo de aquellas peculiares flores. Pero no todo fue bonito. En aquella época la codicia era imparable, y provocó que aquellas hermosas flores fueran arrancadas de su tierra, para venderlas como simples objetos. Con el pasar del tiempo aquello cambio; la sociedad evoluciono y los tulipanes recuperaron su hogar y belleza. Aquellas que parecían insignificantes plantas, fueron capaces de salir adelante, de no dejarse marchitar. Y tú, chica, me recuerdas mucho a los tulipanes.

No sabía como reaccionar, pero sin duda era algo que recordaría siempre.

-Es muy bonita.-contesté sin más.

-Como tú.-dijo haciéndome sonrojar.

-Entonces soy...La chica de los tulipanes.

-Sí, pero mi chica.-dijo mientras me cogía de los brazos para abrazarme.

Supe en ese instante que no cambiaría este momento por nada. Ni este ni todos lo anteriores. Era la hora de decir adiós a la aventura, y de darle las gracias por convertirme en La chica de los tulipanes.


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La Chica De Los TulipanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora